Comenzó el segundo semestre en la Cámara de Diputados y el escenario es bastante diferente al que se vivió durante los primeros seis meses del año. El oficialismo que llegó al receso invernal festejando la aprobación de la Ley Bases se prepara para una segunda etapa en la cual quienes se mostraron amigos empiezan a poner reparos.
La sesión caída del miércoles pasado fue un primer indicio de lo que se avecina. La Libertad Avanza sólo llegó a juntar 114 diputados frente a los 129 que se necesitan para obtener el quórum y no se vislumbra que vaya a cambiar la próxima semana.
Esto obliga a la Casa Rosada a demorar el envío de algunos proyectos que ya tiene listos, por ejemplo la anticipada Ley Hojarasca -que apunta a eliminar regulaciones inútiles y desburocratizar la economía- diseñada por el ministro de desregulación Federico Sturzenegger.
Pero no sólo es consecuencia de que cambió la relación entre el oficialismo y la oposición dialoguista sino que cada uno de los bloques más importantes de la Cámara de Diputados está viviendo un proceso de reorganización a raíz de nuevos posicionamientos internos.
El más visible hasta ahora era el de la Unión Cívica Radical que, a pesar de haber votado en conjunto la Ley Bases, dejó expuestas desde el principio sus tensiones internas. Hoy, dentro del bloque que conduce Rodrigo De Loredo conviven cuatro grupos. Sobre 34 diputados, hay 15 radicales libertarios, 9 que conduce Facundo Manes, 6 de Evolución, y 4 “libres”.
Pero no es el único. El espacio que hoy se denomina Encuentro Federal -antes Hacemos Coalición Federal- también tiene sus propias internas. En este caso se dividen en dos. Unos denominados “oficialismo republicano” en donde se paran Miguel Angel Pichetto y Ricardo López Murphy y los 14 legisladores restantes que se enmarcan en la oposición dialoguista, y cada vez menos dialoguistas.
En el caso del bloque mayoritario, el de Unión por la Patria, con 99 legisladores, también conviven varias “tribus” que tensionan en las discusiones. Esto quedó en claro en el debate del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) en donde sufrió fuga de votos. Acá, el presidente del bloque, Germán Martínez, articula todo el tiempo entre los 3 sectores en disputa. Por un lado están los que se referencian en Máximo Kirchner y La Cámpora, que suman alrededor de 28 legisladores; otros responden directamente a los gobernadores, son alrededor de 15; y los denominados PJ que son la mayoría, allí se aglutina el resto de los legisladores.
Las diferencias en el PRO entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich también se trasladaron a la Cámara de Diputados en donde Cristian Ritondo amalgama intereses de dos bloques que por ahora parecen unidos. Por un lado están los “amarillos” que responden al actual presidente del partido -son la mayoría- y por otro hoy otro grupo menor más ligado a la actual Ministra de Seguridad que no suma más de 11 votos sobre un total de 37 legisladores.
Esta situación podría ser aprovechada por La Libertad Avanza. Las discusiones internas podrían facilitar a Gabriel Bornoroni y su gente salir a “pescar” votos para los paquetes de leyes que impulsa la Casa Rosada. Sin embargo, los libertarios también navegan en aguas turbulentas.
El bloque se compone de libertarios puros, liberales y conservadores clásicos. Esa ruptura quedó expuesta con la visita que hicieron varios legisladores a detenidos y condenados por delitos de Lesa Humanidad. Esto hizo que las divisiones que ya se mostraban en el grupo de whatsapp salieran a la luz, al punto que alguno de los miembros del bloque habían adelantado que votarían a favor de alguna sanción.
Mientras los sectores mileistas puros siguen la línea del Presidente de la Nación y señalan que no lo hubiesen realizado, los conservadores se llaman a silencio y los liberales se preparan para hacer equilibrio.
La agenda parlamentaria de la semana próxima será un ejemplo de estas divisiones internas. La Libertad Avanza y el PRO llamaron a sesionar el miércoles. Parte del radicalismo y de Encuentro Federal lo hicieron pero para el jueves. Las presencias y las ausencias en cada una de las sesiones será la primera foto de una película que comienza a desarrollarse.