El mega proyecto de licuefacción del gas de Vaca Muerta, que proyecta llegar a los 30.000 millones de dólares y que contempla la construcción de una planta de gas natural licuado (GNL), entró en estas horas en su recta final y el potencial destino de esa inversión amenaza con terminar de erosionar por completo la relación política entre la Casa Rosada y el gobernador Axel Kicillof, uno de los principales opositores al gobierno libertario.
Ayer, altas fuentes oficiales aseguraron a Infobae que la decisión sobre la ubicación de la planta de GNL, un proyecto clave de la petrolera YPF en alianza con la malaya Petronas para la matriz energética del país y de enorme relevancia para la provincia que lo albergue, estaba confirmada en un altísimo porcentaje no en favor de la provincia de Buenos Aires -en el puerto de Bahía Blanca- si no de su competidor, Río Negro, en Punta Colorada, en el distrito de Sierra Grande, en el sureste. “Ya está tomada la decisión”, apuntaron las fuentes.
Hace dos viernes, en su presentación ante Alejandro Fantino en los estudios de Neura, el propio Javier Milei había dicho que trabajaría para que el proyecto se instalara en Río Negro.
El gobernador Alberto Weretilneck, de buen vínculo con la Casa Rosada, fue uno de los firmantes del escénico Pacto de Mayo que colaboró activamente para la sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal que incluyeron al RIGI entre sus prioridades. Kicillof, por el contrario, se opuso abiertamente a cualquier tipo de negociación, y se plantó en un posicionamiento político contrario al rumbo elegido por Milei, que también aprovechó la posición del gobernador bonaerense para confrontarlo y capitalizarlo con su electorado.
En La Plata están convencidos de que, de confirmarse la inversión en Río Negro, arrastrará en ese sentido un componente mucho más político que técnico. Una dimensión que altas fuentes oficiales no negaron ante la consulta de este medio: “La cuestión política de la decisión también es importante”, confiaron en Casa Rosada.
Este lunes, en la gobernación bonaerense sobrevolaba una creciente inquietud sobre la resolución de la instalación de la planta. Por eso se terminaba de redactar el proyecto provincial de régimen de incentivo a las grandes inversiones, cuyo envío a la Legislatura se presumía para los próximos días, y que Kicillof apuró en esta última quincena cuando empezó a olfatear seriamente que el proyecto se le escurría de las manos.
El viernes 12, Río Negro convalidó mediante una ley local la adhesión al RIGI nacional en una sesión exprés de la Legislatura provincial que Weretilneck se encargó de celebrar públicamente. Tres días después, el lunes 15, Kicillof presentó en conferencia de prensa su propio régimen de inversiones para presionar a YPF e inclinar la inversión en favor de Bahía Blanca. “Habría que conocer bien los motivos por los que ahora se analiza un cambio de locación, porque además ya hay unos 50 millones de dólares invertidos en el puerto de Bahía Blanca debido a los estudios preliminares”, dijo el ex ministro esa mañana.
A fines de mayo ya había habido una reunión en la Legislatura bonaerense con autoridades del puerto de Bahía Blanca y el intendente Federico Susbielles con los legisladores. Cuando se aprobaron en el Congreso la Ley Bases y el paquete fiscal, diputados provinciales del PRO y de La Libertad Avanza presentaron tres proyectos de adhesión al RIGI nacional. Y esperaron la respuesta del gobernador. El fin de semana trascendió una invitación informal a los jefes de los distintos bloques para visitar Bahía Blanca que, según remarcaron, nunca terminó de concretarse formalmente.
Hace unos dos meses y medio, Horacio Marín, CEO y presidente de YPF, se reunió con Weretilneck -luego se cruzaron en un evento social- y Kicillof, por separado, para explicarles el proyecto y las obras que debían considerarse en ambos puertos. Y planteó, según fuentes de la petrolera, que el RIGI era condición necesaria para la inversión. Después se envió una carta con siete requerimientos técnicos que ambas jurisdicciones respondieron hace unos quince días, para el análisis final de los equipos de Petronas y de YPF, y de la consultora norteamericana Arthur D. Little que, como publicó este medio, está a cargo de la auditoría del proceso.
La decisión se conocerá oficialmente el mes entrante. “La idea es que no se demore demasiado, que esté definido en agosto”, subrayaron desde la petrolera. Una vez definida la disputa, las autoridades de la empresa prevén viajar a Europa y Asia para cerrar los precontratos de venta con los eventuales compradores del gas licuado y salir a buscar la inversión a los bancos, que serán los encargados de financiar el proyecto. Petronas aporta el know-how.
Ayer, fuentes bonaerenses explicaron que Kicillof estaba dispuesto a incluir en su régimen de inversiones un ítem con la adhesión al RIGI de Milei, pero aclararon que, por tratarse de una normativa nacional, tenía vigencia en la provincia. Aclararon, además, que el ex ministro hizo desde el inicio del proyecto todo lo que estuvo a su alcance para que la planta de licuefacción del gas de Vaca Muerta se instale en Bahía Blanca, que trabajó incluso con el intendente anterior, de otro signo político, y que les llamaría la atención que la balanza se incline finalmente por Río Negro, incluso por un tema de infraestructura.
Lo cierto es que la cuestión política hizo su parte. En los últimos días, por caso, Ignacio Torres, de Chubut, y Rolando Figueroa, de Neuquén, salieron a respaldar a Weretilneck en la puja con Buenos Aires.
Es que desde el propio entorno de Milei aseguraron que de elegir entre un gobernador aliado como Weretilneck y uno opositor como Kicillof, prefieren al rionegrino. El mandatario patagónico tiene una relación directa con el “triángulo de hierro” presidencial que conforman el presidente, su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo. Negociaron por la Ley Bases y el paquete fiscal, y existen tratativas vinculadas, por ejemplo, a la sanción de la boleta única papel en el Senado. Existe un posición reacia del gobierno provincial al modelo de boleta que permite convalidar con una sola tilde todas las categorías, tal como fija el dictamen de comisión que se firmó en el verano en la Cámara alta y que todavía está vigente después de que Diputados remitiera su media sanción.
En el caso de Kicillof, prácticamente no existe ningún tipo de relación con el Ejecutivo. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, exploró alguna conversación al inicio del gobierno. Fuentes oficiales remarcaron alguna conversación entre Sebastián Pareja, un funcionario del riñón de la secretaria General de la Presidencia, a cargo del armado en territorio bonaerense, y Carlos Bianco, mano derecha del gobernador. Pero nada trascendente.
Es que, desde que desembarcó en Casa Rosada, Milei se encargó de profundizar su disputa pública, y de gestión, con la administración bonaerense: cortó cualquier tipo de ayuda financiera a la provincia, quitó beneficios y programas, y dinamitó todos los puentes.
Escogió a Kicillof de rival así como el gobernador ahondó sus diferencias con el Ejecutivo: junto a un grupo de gobernadores referenciados en el kirchnerismo, se opuso fuertemente al pacto de mayo y a la sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal. Fue uno de los abanderados, en ese sentido, en contra del RIGI.
En Casa Rosada explicaron en estas horas que, hasta el momento, esa estrategia pública le dio sus réditos a Milei. Al menos en términos de popularidad, Kicillof también tuvo sus frutos: las encuestas lo posicionan como el dirigente mejor evaluado de la oposición por fuera de la órbita de La Libertad Avanza. Es uno de los puntos que tienen en cuenta los estrategas del Presidente. Se aprovechan de la atomización del sistema político, y por eso no quieren aglutinar a todo el electorado opositor detrás de la figura del ex ministro de Economía. “(Mauricio) Macri hizo eso con Cristina (Kirchner)”, compararon cerca del jefe de Estado.
La disyuntiva en torno a la decisión inminente de YPF, sin embargo, podría volver a presentarse en los próximos años con otro ambicioso proyecto. Se trata del acuerdo que Pan American Energy y la noruega Golar LNG firmaron por 20 años para la instalación de un barco flotante de licuefacción que prevé producir gas natural licuado para exportación, un compromiso de inversión de 300 millones de dólares por año cuando el barco, que ahora opera en Camerún, entre en operación. Según los planes, en el 2027.
Desde PAE resaltaron que la empresa analizará en el terreno estrictamente técnico, en su momento, si el buque conviene que se instale en el puerto de Río Negro o en Bahía Blanca.