“Gobernador Alberto Weretilnek, cuente usted con el apoyo del gobierno y el pueblo de Santa Cruz”, le escribió Claudio Vidal a su par de Río Negro, interviniendo así en la polémica con la provincia de Buenos Aires para dirimir en qué territorio se radica la multimillonaria inversión que construirá un puerto de Gas Natural Licuado (GNL).
Weretilnek y Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, compiten desde hace meses para que la inversión se realice en sus jurisidicciones. Mientras que el rionegrino se apuró a adherir al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que impulsó el presidente Javier Milei, el bonaerense impulsa que se apruebe en la legislatura provincial un régimen propio.
En el medio de la disputa, el gobernador santacruceño escribió un texto en su cuenta de X para ubicarse del lado su vecino en la región. “Entre Buenos Aires y Río Negro, que es parte de la Patagonia, prefiero que la planta de GNL se haga en la Patagonia”, dijo Vidal este martes 30 de julio.
Entre los motivos, el ex dirigentes sindical de la industria petrolera, explicó: “Soy un gobernador patagónico, como tal quiero el puerto para poder exportar GNL en la Patagonia. Lo quiero en Río Negro. Lo quiero en la tierra desde donde se extrae el recurso que da tanta riqueza”, argumentó.
“Siempre se le dio prioridad a Buenos Aires y no es justo. Siempre nuestra riqueza termina allí, para que luego nos impongan condiciones en los precios, los recursos, el abastecimiento y la distribución. Hoy, la oportunidad de desarrollo debe ser aprovechada por la Patagonia”, cuestionó el patagónico.
Luego, el gobernador agregó una razón técnica a la posición política expresada antes. “La planta de GNL tiene, en Sierra Grande, una ubicación que ofrece ventajas técnicas, ambientales y sociales que la posicionan como la mejor opción para la construcción de un puerto que nos permita exportar, e industrializar nuestro gas, para desarrollar nuestra región y compartir la riqueza con toda la Argentina”, sostuvo.
La planta de GNL: cómo es el proyecto
El proyecto que Buenos Aires y Río Negro se disputan pertenece a YPF y la empresa malaya Petronas. Es considerado como la mayor obra de infraestructura de la historia argentina. Se trata de una instalación necesaria para transformar gas y hacerlo exportable por medio de barcos, un producto idéntico al que hoy el país importa para asegurar la provisión de energía en los inviernos.
Si la inversión se concreta, los cálculos oficiales proyectan que desde 2031 las exportaciones anuales totales alcanzarían los USD 30.000 millones (gas y también crudo). La misma cantidad de dinero es necesaria para realizar la obra. La inyección en la economía local que representa para las provincias es la razón de la disputa entre Weretilnek y Kicillof.
El gobierno del presidente Javier Milei, enemistado políticamente con la gestión de Kicillof, ha manifestado desde un principio su apoyo a Río Negro. Lo hizo el propio presidente, al valorar la adhesión al RIGI de la provincia patagónica. “En Buenos Aires tenés al lastre de Kicillof, que es un expropiador serial. ¿Le van a confiar a un comunista? Si hubiera querido hacer las cosas bien, se hubiera adherido al RIGI nacional”, dijo el líder libertario.
El ministro de Gobierno y mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco, afirmó en las últimas horas que el RIGI nacional “está vigente en la provincia”, aunque el oficialismo bonaerense continúa impulsando un debate para aprobar una ley provincial que otorgue “mejores condiciones” para las inversiones.
La oposición bonaerense viene aumentando la presión al gobernador para que su gestión impulse la adhesión al RIGI explícitamente, dado que se trata de una condición excluyente de las empresas. Mientras se espera una definición, este miércoles, una comitiva de legisladores se trasladarán a Bahía Blanca en un nuevo intento por mostrar ventajas comparativas de ese territorio bonaerense.