La postal se replicó en cientos de países del mundo. Por las elecciones en Venezuela, los venezolanos residentes amanecieron a primera hora afuera de la Embajada de ese país con el objetivo a respaldar la candidatura de Edmundo González Urrutia, el postulante opositor que surgió como alternativa a María Corina Machado, la líder de la oposición que fue proscrita por Nicolás Maduro, el presidente del régimen autoritario.
Minutos antes del cierre de la votación para presidente en Venezuela, una larga columna con miles de inmigrantes de ese país se concentró en los alrededores de la embajada en Argentina. Los ciudadanos venezolanos se agruparon desde las seis de la mañana en la esquina de Emilio Ravignani y Luis María Campos, en el barrio porteño de Palermo, donde está la sede diplomática de Caracas.
En Argentina hubo habilitados cerca de 2.700 venezolanos para votar. A minutos del cierre, habían sufragado casi 1.500 personas. Entre ellas, sobresalió la presencia de Catherine Fulop, animadora y modelo radicada en Argentina desde hace años.
Los venezolanos votaron entre la continuidad del presidente Nicolás Maduro o la novedad del principal candidato opositor, Edmund González Urrutia. El ex diplomático era el postulante impulsado por María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
En la concentración de venezolanos en la Embajada también hubo presencia de dirigentes argentinos. Desde temprano, se acercaron los legisladores del PRO Damián Arabia y Alejandro Bongiovanni, quien intentó viajar como “veedor” a Venezuela, pero fue deportado en un vuelo desde Panamá, antes de volar hacia Caracas. Fue la regla con cientos de dirigentes del mundo, opositores al chavismo, que intentaron viajar a supervisar los comicios de hoy.
En tanto que cerca de las 18 se acercó Luis Petri, ministro de Defensa de la Nación, junto a su prometida, la periodista Cristina Pérez. El funcionario recorrió la zona y saludó a los venezolanos que esperaban los resultados.
“Libertad, libertad, libertad”, corearon mientras aplaudían los venezolanos entre muchas banderas tricolor. La concentración en la zona de la Embajada respalda a la oposición y tiene expectativas de que hoy pierda el régimen de Maduro. “Se va caer, se va a caer, este Gobierno va a caer”, cantaban los venezolanos en otro momento de la tarde. Todo se da en un clima de algarabía, entre bocinas de los autos que deambulan por la zona y se suman a la euforia electoral.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela solamente concedió la posibilidad de votar a 2.638 personas de los 220.000 residentes en Argentina. Esta situación se repite alrededor del mundo donde Venezuela tiene embajadas, según el activista y vicepresidente para el Cono Sur del partido opositor Primero Justicia, Charbel Najm, quien indicó que unos 5 millones de migrantes quedaron impedidos para el sufragio.
En paralelos, un grupo de dirigentes argentinos organizó una movilización masiva en la plaza Intendente Seeber, frente a la Embajada de Estados Unidos en Argentina. La convocatoria la lideró Richard Blanco, el diputado venezolano de la Asamblea Nacional, asilado en Argentina tras haber sido preso por el régimen chavista.
Junto a Blanco estuvieron Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación, y Silvana Giudici, Diputada Nacional y amigo del diputado venezolano. Ambas dirigentes del PRO fueron a visitarlo a Caracas en 2009, cuando el legislador estaba preso. No obstante, el entonces presidente, Hugo Chávez, les impidió ingresar al penal.
Además, también participaron del encuentro en Plaza Seeber la canciller, Diana Mondino, el ministro de Defensa, Luis Petri, el ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff, y los legisladores del PRO Fernando Iglesias, Hernan Lombardi y Sabrina Ajmechet.
Más avanzada la noche, cuando aún no se conocían datos oficiales, una parte de esos dirigentes circuló por las inmediaciones de la Embajada de Venezuela, como Ajmechet. También se sumaron la senadora nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), Carolina Losada, el ex senador, Luis Naidenoff, el diputado nacional de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, y el de La Libertad Avanza, José Luis Espert.
Ese grupo de legisladores se mantenía en contacto con el centro de cómputos que montó la oposición, a través de Elisa Trotta, referente del espacio de Corina Machado. En tanto que la joven dirigente Adriana Flores Márquez, también ligada a la ingeniera venezolana.
Minutos después de la 1, en medio del frío de Buenos Aires, los venezolanos se agruparon en medio de la Avenida Luis María Campos, para conocer el primer boletín oficial con la carga de los datos oficiales. Entonces, el Consejo Nacional Electoral anunció que Maduro se imponía con el 51% de los votos contra el 45% de González Urrutia.
Automáticamente, los venezolanos presentes comenzaron a llorar y a protestar frente a la Embajada porque consideraron que “hubo fraude”. De pronto, se desató un clima caldeado en las calles de la zona, aunque duró pocos minutos y todo se calmó.
En este contexto, el Gobierno argentino salió al cruce de Maduro. Fue a través de un tuit del propio Jefe de Estado argentino. Allí, Milei anticipó que no reconocería el resultado del escrutinio que difundiría poco después el líder autoritario. Cuando ya se había emitido el primer parte sobre los resultados, Maduro se hizo presente y apuntó contra su par argentino: “No me dura un round”, provocó respecto al Jefe de Estado.
Entre dudas, sospechas y desilusiones, otra elección más sembró dudas sobre el respeto a las sombras electorales y la transparencia. Urrutia y Machado pidieron anoche que los testigos de su equipo, presente en la sede diplomática en Buenos Aires, permanezcan en los centros de votación y defienda las actas y telegramas con los datos oficiales de la elección.