La gestión libertaria en el Senado, que comanda la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, acumula pedidos de sesiones especiales sobre diferentes proyectos; algunos, de relevancia. Varios son del Frente de Todos, que ni siquiera envió, a esta altura del año, a los representantes de comisiones que intervienen de manera directa sobre esas iniciativas para dictaminarlas y llevarlas al recinto; incluso, con la presidencia que le corresponde al propio kirchnerismo.
El Frente de Todos, interbloque que maneja el formoseño José Mayans, reclamó sesiones para declarar la emergencia presupuestaria de las universidades nacionales durante 2024; incrementar de manera progresiva y sostenida el presupuesto nacional destinado a la educación universitaria, para llevar al 1,4% del PBI en 2032; y restablecer la vigencia del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), entre otras cuestiones.
Las iniciativas no se trataron por varios motivos: la potestad que tiene Villarruel de convocar a dichas sesiones, el poco deseo de la oposición dialoguista de quedar pegada al kirchnerismo y la imposibilidad, en algunos casos -como ocurrió semanas atrás con la ley que mejora las jubilaciones-, de lograr los dos tercios para activar un debate inmediato y sobre tablas en el recinto.
Sin contar la iniciativa previsional, el resto de los temas tendrían que tratarse, de mínima, en la comisión de Educación. La presidencia le corresponde al Frente de Todos, que aún no envió a sus representantes. “Los kirchneristas sólo se presentaron cuando hubo algún tema a punto de dictaminarse. Si no, no les interesa”, aseguró un legislador de la oposición dialoguista interesado en algunos de esos proyectos.
“Después buscan a los medios para quejarse por leyes que no se discuten y quedar bien con sus votantes. ¿Por qué no envían a sus legisladores a las comisiones que faltan para dictaminar los proyectos y presionar más al oficialismo? Los libertarios se quedarían sin margen en ese caso. Pero prefieren hacer todo al revés y ayudar, de manera indirecta, al Gobierno”, reflexionaron desde otro despacho.
En los últimos días y, en el clásico receso invernal -no formal, ya que es inventado-, Infobae se comunicó con un puñado de legisladores del Frente de Todos por esto y la respuesta siempre fue la misma: sólo están “preocupados” por la bicameral que tiene que revisar el funcionamiento de los servicios de inteligencia.
“Nunca tendríamos que haber ido a todo o nada en la sesión del 13 de diciembre pasado, cuando se votaron las autoridades de la Cámara -alta- y la integración de las comisiones. Perdimos feo y todavía no se le encuentra una solución a eso. Y el foco está ahora en inteligencia”, confió un senador del interbloque. Otro caso similar al de Educación se da con la de Salud. “Después, cuando venga de nuevo lo del dengue vamos a tener un tsunami de críticas”, pronosticaron desde una bancada dialoguista.
Una solución -hoy, lejana- que se podría evaluar de cara al futuro la ofrece el artículo 92 del reglamento de la Cámara alta, que expresa que “los miembros de cada comisión nombrarán anualmente un presidente, un vicepresidente y un secretario, que podrán ser reelectos”. Y agrega: “Mientras estas designaciones no se hagan, ejercerán dichos cargos el primero, segundo y tercer vocal nombrado respectivamente”. Los legisladores del oficialismo y la oposición dialoguista ya fueron nombrados meses atrás. De hecho, en algunas con presidencias anti K ya se activó el trabajo, sin incluir al Frente de Todos y con quorum justo.
Desde la oposición dialoguista, el radical Maximiliano Abad manifestó a este medio: “El Parlamento no puede ser ni una escribanía que avala cualquier cosa que mande el Gobierno, ni una tribuna de denuncia que lo único que hace es poner palos en la rueda”. Según cuentas realizadas por el senador por Buenos Aires, la demora del kirchnerismo significa no tener conformadas cerca del 40% de las comisiones de la Cámara alta.
Abad también destacó: “¿Por qué es clave la actividad de las comisiones? Porque se trata del ámbito natural de debate y consenso para avanzar con iniciativas en educación, ciencia y salud, que hoy hacen falta. Este momento del país nos exige responsabilidad y sensatez a todos los que ocupamos cargos públicos. En las comisiones se construyen los acuerdos que se reflejan en el recinto. No podemos depender de las sesiones especiales ni de la voluntad de la vicepresidenta para sacar las leyes que necesitamos”.