Horacio Rodríguez Larreta recorrió la semana pasada la exposición de la Sociedad Rural y tuvo un primer test positivo. Sin la red que lo acompañaba en las épocas de presidenciable, hubo acercamientos espontáneos, algunas selfies y uno que otro “volvé”. También recorrió el Ecoparque, que durante su gestión como jefe de Gobierno reemplazó al Zoológico porteño. Son señales de una decisión de levantar el perfil, que se suman a la puesta en marcha del Movimiento al Desarrollo (MAD), una plataforma con la que buscará construir una alternativa de centro, junto a liderazgos alejados de los extremos ideológicos y políticos que representan el kirchnerismo y los libertarios. El objetivo es encontrar un camino eficaz para confrontar con Javier Milei.
Desde hace varios meses el ex precandidato presidencial viene teniendo diálogos políticos, contactos y trabajos comunes con dirigentes y mandatarios provinciales y municipales de Juntos por el Cambio y del Peronismo no K, que se mantienen independientes de los nuevos polos de la grieta, consolidados en torno al kirchnerismo y los libertarios. Son tareas que venía realizando de manera individual y que, a partir del MAD, Larreta buscará empezar a darle una institucionalidad y un sentido más orgánico y metódico.
En concreto, puso en marcha este movimiento de centro y desarrollista junto con la senadora Guadalupe Tagliaferri -que ejercerá como presidenta-; el ex ministro de Cultura, Pablo Avelluto, que será el secretario General; el diputado nacional Álvaro González y el legislador porteño Emmanuel Ferrario. Además de ese primer grupo, también hay un equipo de técnicos que lo acompañaron en los años de gestión de la ciudad de Buenos Aires y el asesoramiento externo del economista Hernán Lacunza.
Larreta cree que hay necesidad de plantear una alternativa programática, política y de poder sólida para enfrentar las consecuencias que tendrá, a su juicio, el gobierno de Milei. Cree que en el mediano plazo, ante la falta de resultados, la gente va a empezar a valorar los liderazgos con gestión, con resultados. Si bien a sus íntimos les dice que no prevé un escenario de crisis grave, sí estima que habrá una caída en la imagen del gobierno por la profundización del deterioro de los indicadores sociales y económicos. “Hay una política de estabilización que tuvo resultados hasta ahora para bajar la inflación, pero el futuro es incierto. Soy uno de los que no la ven”, manifestó el ex jefe de Gobierno ante sus colaboradores la semana pasada, según pudo saber Infobae.
Para Rodríguez Larreta -de acuerdo a lo que transmiten en su cercanía- “a Milei se lo escucha poco y no se toma en cuenta que él plantea que dice lo que piensa y hace lo que dice; y él dice que es el topo que viene a destruir el Estado desde adentro”. “Esa idea es muy peligrosa y tiene efectos, porque el Estado se retira de la educación de los chicos en el conurbano bonaerense o del mantenimiento de las vías de comunicación. ¿Tiene más o menos libertad un chico que ahora va a un escuela pública del Conurbano? ¿Va a haber más o menos libertad de comercio si no se puede navegar la Hidrovía porque no se hace el dragado?”, aseguran que comentó días atrás.
Para el equipo que está trabajando con Larreta, la idea del Estado mínimo o las políticas libertarias podrían pensarse para países con sociedades abiertas, con niveles de desarrollo medio y alto y con estándares elevados de integración comercial. “En un país con más del 50% de pobres y siendo uno de los Estados que menos acuerdos comerciales tiene con el mundo no tiene sentido retirar al Estado. Los gobiernos firman acuerdos para que las empresas vendan y compren con otros mercados y no les pongan barreras arancelarias o paraarancelarias. Ni todo tiene que estar a cargo Estado, como plantea el kirchnerismo, ni el Estado tiene que desligarse de todas sus obligaciones, como dicen los libertarios”, plantearon cerca del ex jefe de gobierno porteño.
La interna del PRO y Rodrik
Son miradas y opiniones que confrontan con el rumbo que Milei puso en marcha en diciembre y que difieren de la perspectiva que tienen los dos líderes que se disputan la conducción del PRO: Mauricio Macri y Patricia Bullrich. “Se pelean por ver quién es el interlocutor con Milei, no se discute sobre las medidas que se están tomando. Piensan en las listas del año que viene y en quién pone un director o un secretario”, afirman en el larretismo. Y aclaran que el ex jefe de gobierno no va a renunciar al partido. “Mauricio está en contra de la presidencia de Riquelme en Boca, pero a nadie se le ocurre que vaya a renunciar al club o que se haga hincha de River”, le dijo el ex jefe de Gobierno a uno de sus interlocutores con los que habló sobre la actualidad del partido que fundaron hace dos décadas.
De todos modos, el camino de Larreta ahora, más que en el PRO, está en las charlas que tiene con gobernadores e intendentes de JxC, a los que les transmite su experiencia de gestión. No está de acuerdo con la dirección que tiene su partido ni con la cercanía con La Libertad Avanza. “Cada uno a su manera, está poniendo al PRO en brazos de Milei”, aseguran que manifestó el ex precandidato presidencial. Por eso, mantuvo conversaciones sobre el modelo de gobierno que desarrolló en los 8 ocho años a cargo del Ejecutivo porteño con los mandatarios Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Claudio Poggi (San Luis) e Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), y los intendentes Pablo Javkin (Rosario), Ulpiano Suárez (Mendoza) o Juan Pablo Poletti (Santa Fe).
Según pudo saber Infobae, Larreta va a seguir con esos y otros contactos políticos para convocar “como uno más” a un espacio de centro que tenga la mirada en el desarrollo. Es parte de la herencia familiar: su padre fue uno de los colabores más cercanos que tuvo el ideólogo del desarrollismo argentino, Rogelio Frigerio, en los tiempos de la presidencia de Arturo Frondizi. Una de las actividades que está analizando el ex Ejecutivo porteño es conectar al prestigioso economista de origen turco Dani Rodrik, profesor de Economía Política Internacional en la Escuela de Economía Kennedy de Harvard, presidente de la Asociación Económica Internacional y autor de varios libres de amplia influencia en gobiernos y en la academia.
Es uno de los exponentes de la denominada “nueva política económica industrial” (new economics of industrial policy) que plantea una discusión profunda del capitalismo como la llave para enfrentar a las olas de populismos de derecha que se expandieron en el mundo. “Reconocer que los mercados por sí solos no detendrán el cambio climático ni conducirán a una distribución menos desigual de la riqueza es sólo un paso hacia la elaboración de estrategias óptimas que puedan abordar eficazmente los desafíos reales que enfrentamos (...) Ahora nos enfrentamos a una elección entre una reacción populista proteccionista, con todo el conflicto que ello implica, y un nuevo conjunto de políticas que respondan a las preocupaciones de la gente. Para adelantarnos a los populistas, necesitamos un nuevo consenso político que se centre en las causas de la desconfianza de los ciudadanos, en lugar de en los síntomas”.
“Es necesario un esfuerzo concertado para que los ciudadanos y sus gobiernos vuelvan a tomar las riendas y promuevan el bienestar de la mayoría, a fin de restablecer la confianza en la capacidad de nuestras sociedades para superar las crisis y garantizar un futuro mejor. Para recuperar a la gente no se necesita nada más –ni nada menos– que una agenda para la gente”, difundió días atrás Rodrik. Es uno de los argumentos que planteó en una columna el profesor de Harvard. A esa universidad volverá Larreta en septiembre. “Ahí nadie habla de la Escuela Austríaca”, contó.