Milei visita La Rural enojado con CRA pero obligado a regar el vínculo con el campo en medio de las presiones por las retenciones y el cepo

El Presidente necesita mantenerse en sintonía con el sector y cerrará la exposición con un discurso “tranquilo” y “amigable”. Pero no se descarta que le pase factura a las autoridades de las Confederaciones Rurales, que aremetieron con un duro comunicado. En la Casa Rosada y en Hacienda los acusan de plantarse públicamente contra las retenciones por “despecho” en la interna con la Sociedad Rural

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Javier Milei en La Rural - Nicolás Stulberg
Javier Milei en La Rural - Nicolás Stulberg

El duro comunicado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), quizá el sector más combativo con el Gobierno de la Mesa de Enlace, cayó como una bomba en la Casa Rosada. Javier Milei, contaron testigos, se “calentó mucho” con la entidad que conduce Carlos Castagnani, que se había quejado sin rodeos por las retenciones dos días antes de que el Jefe de Estado asistiera, por primera vez, a la Exposición Rural de Palermo. También en Hacienda hubo malestar, pero sobre todo, sorpresa, porque Luis Caputo había visitado personalmente el predio, se había reunido con los jefes del sector y había ordenado “llevar la gestión a los stands” durante toda la muestra como gesto para sanear el vínculo en medio de los reclamos para levantar el cepo o reducir la brecha, y bajar los impuestos.

“A Milei le cayó para el orto el comunicado de CRA”, dijo, sin tapujos, un funcionario el viernes por la tarde. Y en el quinto piso de Economía contaron que también Caputo y su nuevo secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, y el de Coordinación de Produción, Juan Pazo, recibieron muy mal la misiva, porque habían escuchado personalmente a los jefes de las entidades -Coninagro, Federación Agraria, Sociedad Rural y la CRA- tres días antes de que esta última se despachara con el mensaje titulado “Los tiempos del campo no son los tiempos del Gobierno”, con un pedido en términos severos para que se eliminen las retenciones o se esboce un plan en ese sentido.

El pedido en sí mismo, harto conocido, no sorprendió al Gobierno. Sí la forma, y el momento. “Ya conocíamos el reclamo. Pero usaron un tono totalmente distinto hacia afuera. Ni siquiera nos avisaron que iban a escalar así”, dijeron en Hacienda. Y contrastaron con la nota que lanzó la misma semana el Consejo Directivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), que también tiene una postura crítica y pidió “mayor previsibilidad para afrontar la campaña″. “En Carbap se plantaron con pedidos, sí, y también lo hicieron público. Pero al menos reconocieron lo que se hizo hasta ahora, fue otro tono”, sostuvieron.

Carlos Castagnani, de CRA
Carlos Castagnani, de CRA

En la Casa Rosada, donde rige para todos los sectores la impronta amigo-enemigo y donde están a la orden del día las sospechas de traición, interpretaron la misiva como un modo de presionar al Presidente y obtener mayor atención e mejor interlocución con la cúpula nacional. “Es lo peor que podrían haber hecho, Javier no se banca ni perdona esas cosas. Que se olviden”, dijeron en su entorno. Y atribuyeron la jugada a la interna con la SRA, por los supuestos “celos” que les genera el trato especial que le brinda el Presidente a Nicolás Pino, de la Sociedad Rural, con quien tiene un vínculo previo y suele reunirse en la Casa Rosada o hablar por teléfono.

No obstante, un viejo miembro del sector agropecuario que, además, formó parte de la CRA, consideró que el comunicado, más que por rivalidad o ambición de poder, fue un modo de las autoridades de “cubrirse” frente a la rama más beligerante de los productores del interior, especialmente, de Córdoba.

Por ahora nadie en la Rosada ni en Economía les respondió. Y, en principio, adelantaron, el primer mandatario tiene planeado dirigirse al sector con un discurso moderado después de desembarcar nuevamente en La Rural, a las 11. “Va a ser amigable, tranquilo”, auguró un ladero. Pero no descartó que haya un pase de factura específico para esa entidad.

Además, en Balcarce 50 adelantan represalias políticas. Como están convencidos de que la jugada de Castagnani fue a título personal y que no representa las ideas de la mayor parte de las entidades que componen la confederación, empezaron a tomar contacto disimuladamente con las confederaciones del interior, para tantear el nivel de adhesión interna. “Vamos a conseguir que sociedades rurales que están en CRA de todo el país, de las provincias, se manifiesten de otra manera, con lo que realmene creen. Hay que diferenciar a las bases de las autoridades”, dijeron, en pie de guerra.

Camino de espinas

Milei está obligado a mantener una relación cordial con el campo. Desde la campaña los defendió, y durante la gestión, en varias ocasiones, los encumbró como motor del desarrollo del país. Su último contacto directo fue en mayo, cuando participó de un acto en La Rural organizado por la Asociación Argentina de Angus (AAA), en donde aseguró que eliminaría las retenciones, el Impuesto PAIS y que levantará el cepo cambiario. Promesas que, dicen tanto él como Caputo, aún no puede cumplir.

A medida que las palabras se vuelven insuficientes, en la segunda etapa del primer año de administración, aunque en distinta medida y con variadas formas, todos los sectores empezaron a mostrar señales de impaciencia. Manifiestan pruritos con la política económica del Gobierno, especialmente la demora en la eliminación del cepo, y resienten la degradación del manejo del área agropecuaria al rango de secretaría. Al punto de que, como gesto mientras se dilata la atención a sus reclamos, algunos esperan como gesto que vuelva a ser restaurado a ministerio. Pero por lo pronto, ni Javier Milei ni “Toto” Caputo lo tienen en sus planes. Por ahora, seguirán pidiendo tolerancia.

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