Luego de permanecer en la clandestinidad y ocultarse en distintos asentamientos ilegales mapuches de Río Negro, Alejandro Javier Morales Godoy fue detenido esta semana. Lo llamativo fue la forma: el mapuche acudió por voluntad propia al Juzgado Federal de Bariloche para consultar por el avance de un expediente que lo involucra y se encontró con la orden de detención.
A fines de junio, el juez federal Hugo Greca lo declaró en rebeldía y ordenó su captura, debido a que no había sido ubicado en los domicilios que fijó y tampoco respondió a las distintas citaciones que impartió el juzgado.
El magistrado interpretó que Morales Godoy estaba oculto en un asentamiento ilegal ubicado en el Paraje Cuesta del Ternero, entre Bariloche y El Bolsón, y encomendó a Gendarmería Nacional que realice tareas de investigación para efectivizar su detención.
Sin embargo, la diligencia fue aún más sencilla, ya que el mapuche se presentó en el edificio que el juzgado posee en el centro de Bariloche para realizar averiguaciones y los funcionarios que lo atendieron notificaron a la Policía Federal para que acuda a su detención.
El hombre está acusado de provocar destrozos en el mismo edificio donde quedó detenido, durante la lectura del fallo para la anterior extradición de Facundo Jones Huala, en marzo de 2018.
En el mismo proceso, otros tres mapuches fueron condenados, entre los cuales se encuentra Matías Santana, conocido como el mapuche de los “binoculares” por sus falsas declaraciones durante la búsqueda de Santiago Maldonado, en Chubut.
En la sentencia, el juez federal que subroga en Bariloche confirmó que los mapuches provocaron daños en el edificio judicial de la ciudad patagónica y lesionaron a siete efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que estaban a cargo de la custodia de esa repartición.
A los tres les fijaron penas en suspenso aunque restaba juzgar a Morales Godoy, ya que permanecía en la clandestinidad.
Además de Santana fueron condenados por el mismo delito y con los mismos cargos a Ariel Navarro y Laura Gisel Millananco.
El juez consideró que los tres condenados fueron coautores responsables de atentado a la autoridad, doblemente agravado por haber sido cometido a mano armada– con piedras y palos- y por la reunión de tres o más personas.
Gustavo Franquet, abogado defensor de Santana, cuestionó el veredicto y aseguró que su cliente “fue condenado arbitrariamente” por atentado a la autoridad. El mapuche permanece detenido en la cárcel federal de Esquel, implicado en distintas causas judiciales.
El ataque al Juzgado Federal se produjo durante la lectura de la sentencia para extraditar a Jones Huala a Chile, donde fue juzgado a seis años de prisión por el atentado incendiario a un fundo y la portación ilegal de armas caseras.
Agrupaciones mapuches y de derechos humanos se enfrentaron con efectivos de gendarmería y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), lo que derivó en incidentes con pedradas, balas de goma y gases lacrimógenos.
Los disturbios comenzaron luego de un audio que se pudo escuchar desde un parlante ubicado en calle, que reprodujo un mensaje de Jones Huala: “Hagan lo que tengan que hacer”. Así, los manifestantes arrojaron piedras y golpearon con palos a los efectivos de seguridad que custodian el edificio judicial.
El juicio se desarrolló en un gimnasio de Bariloche, bajo un fuerte operativo de seguridad. Jones Huala estaba detenido en la cárcel federal de Esquel y fue trasladado en helicóptero hasta el gimnasio municipal 3, situado al este de Bariloche.
En el centro de Bariloche, donde se encuentra el juzgado, también hubo un importante despliegue de uniformados, quienes vallaron el edificio público para evitar desmanes. Sin embargo unas 50 personas, entre las que se encontraban los tres que fueron condenados a fin de junio, retiraron las vallas y arrojaron elementos contundentes al edificio.
Durante el episodio, las arterias céntricas de la localidad lacustre estuvieron cortadas al tránsito y hubo pánico entre los turistas, algunos de los cuales sufrieron las consecuencias de los gases lacrimógenos que arrojaron los uniformados para repeler el ataque.
Morales Godoy permanece detenido en una dependencia local y la Justicia ordenaría en las próximas horas su traslado a la Unidad Federal 14 de Esquel.