Un cabo y un sargento de la Policía de Entre Ríos fueron pasados a disponibilidad la semana anterior. La medida se tomó tras comprobarse que la muerte del hombre de 38 años que tenían bajo custodia se habría producido a consecuencia de la toma que hicieron a fin de retenerlo.
La maniobra que aplicaron para contener a Goyeneche durante la madrugada del 12 de febrero fue la misma que utilizó Derek Chauvin, el oficial de la policía de Minneapolis, para inmovilizar a George Floyd en 2020: con el detenido esposado y tirado boca abajo, uno de ellos se arrodilló sobre su espalda.
Chauvin fue declarado culpable de homicidio. Y el caso Floyd reactivó la campaña “Black Lives Matter” en Estados Unidos.
La abogada Lara Linari, junto a Andrés Bacigalupo representan a la familia de Goyeneche en la causa. En declaraciones a Infobae, adelantó que esta semana el fiscal Santiago Alfieri determinará qué delitos se les imputa a ambos suboficiales.
La pericia clave fue la autopsia, llevada adelante por Lilian Pereyra, del Cuerpo Médico del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos. En el informe, dado a conocer hace unos días, la forense señaló que el deceso del hombre se produjo por asfixia mecánica por compresión exterior en a nivel del tórax y el abdomen.
“Es una prueba contundente, esclarecedora, autosuficiente y completa que da cuenta de la causa de muerte de Ariel”, precisó Linari. Los agentes que participaron, por ahora, están “sospechados y se los citó para que designen abogados defensores”, agregó.
El caso
En la madrugada del 12 de febrero, feriado de Carnaval, un vecino de calle Piedrabuena, cerca del centro de Paraná, avisó a la Policía que un hombre caminaba por los techos del barrio.
El patrullero 902, a cargo de un sargento y un cabo, fue hasta el lugar. El denunciante indicó que no había sido víctima de robo. Los uniformados convencieron a Goyeneche de que bajara del techo. Según la versión policial, se lo veía visiblemente alterado. Decía que estaba huyendo porque alguien quería matarlo. El hombre tiene historial de consumos problemáticos. Y se presume que esa madrugada estaba afectado por esa razón.
Con la anuencia de Goyeneche, lo esposaron y lo subieron al móvil. La intención era, según indicaron los uniformados en su momento, llevarlo a la Comisaría 2ª que tiene jurisdicción en la zona.
La historia se torna confusa a partir de este punto. La versión policial indicó que el hombre, que venía inmovilizado en el asiento de atrás y acompañado por un uniformado, logró escapar del patrullero 50 metros antes de la Comisaría, frente a la Jefatura Departamental. En el interior de la dependencia, Goyeneche se mostró muy alterado: corría y gritaba. Volvieron a recapturarlo y a subirlo al móvil. Avanzaron un trecho y, al cruzar calle Belgrano, casi enfrente de la Segunda, volvió a escaparse. Por eso tuvieron que “contenerlo” con esa maniobra en el piso.
En la investigación deberá esclarecerse cómo hizo una persona esposada por la espalda y bajo la custodia de un policía para abrir la puerta de un patrullero. Y luego correr hacia el interior de un edificio policial sin ser detenido. Tampoco hay claridad sobre el porqué tras este incidente no llevaron a Goyeneche al Hospital San Martín, ubicado a menos de 400 metros del lugar.
La prueba fundamental que desbarató la versión policial fue el video que filmó un vecino desde la ventana de su departamento. Allí se observa a Goyeneche con vida. Se lo ve tirado en la calle, pidiendo ayuda con gritos ahogados. Uno de los policías está arrodillado sobre su espalda. Otro lo retiene por las piernas. En la toma siguiente, se puede observar a varios uniformados practicándole RCP al cuerpo inerte del hombre. Minutos después, una ambulancia se llevó el cadáver.
“Por jerarquía funcional, tenemos que pensar (también) en el oficial a cargo del operativo por posibles imputaciones penales. El parte policial (del incidente) fue totalmente falso. Ariel estuvo 25 minutos con las rodillas del suboficial en la espalda”, consignó Linari.
El caso le explotó en la cara al ministro de Seguridad, Néstor Roncaglia, a menos de dos meses de haber asumido al frente de la nueva cartera del Gobierno provincial. Cuando se conoció el resultado de la autopsia, cuatro meses después del incidente, ordenó el pase a disponibilidad de los uniformados.
A raíz del episodio, puso en marcha un mecanismo para crear un protocolo de actuación ante situaciones de este tipo. Las fuerzas federales tienen su manual, pero la Policía de Entre Ríos no cuenta con uno.
La autopsia detectó otras lesiones en el cuerpo de Goyeneche: inflamación en los pulmones y en los riñones y daño en el hígado. Además, hematomas en varias partes de la cabeza y raspones en el abdomen, los codos, las rodillas y la zona interior de los tobillos. El estudio forense indicó que el fallecido medía 1,75 metros y pesaba 60 kilos. El policía que se le colocó encima tenía el doble: 120 kg, según se informó en su momento.