Javier Milei enfrenta la etapa post Ley Bases y paquete fiscal con prioridades enfocadas en tres ministerios. La definió como la fase 2, que tiene a la Economía en lo más alto de las urgencias, pero no es la única. La euforia atraviesa al Gobierno por la conquista de esos dos objetivos parlamentarios, pero aparecen en el horizonte riesgos que lo obligan a involucrarse de lleno en esas temas que son decisivos para el futuro de su administración.
En el Ministerio de Economía, que encabeza Luis “Toto” Caputo; en el de Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello; y en Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, están cifrados los principales objetivos que tiene el presidente. Más allá de que sigue la marcha general del gobierno y dialoga de manera radial con todos sus ministros, en esas tres áreas están concentrados los temas en los que Milei está poniendo ahora prioridad.
En cada uno hay urgencias que tienen el potencial de conseguir éxitos de gestión o dolores de cabeza. Como se decía antes, “el Cielo o Devoto”. Con Caputo, Milei tiene que seguir el minuto a minuto de una economía indómita, donde coexisten señales positivas, como alertas persistentes. Ahí están la suba del dólar, la caída de los bonos y el repunte del riesgo, como recordatorio de que al mercado no siempre se lo convence con leyes.
Con Pettovello, amiga personal y soldado leal del Presidente, tiene una amplia variedad de temas, que van desde la agenda social y la relación conflictiva con los piqueteros, a las políticas en Educación, una de las áreas donde Milei quiere dejar una huella perdurable.
Y en Seguridad, otro pilar de su administración, está la lucha contra el delito y una urgencia que irrumpió con el vértigo de los dramas que suelen aparecer en Argentina, donde se combina la pobreza, el abandono y la desprotección de los más postergados. En esos flagelos emergen, de manera cíclica, los chicos como primeras víctimas. La desaparición de Loan Danilo Peña, el nene de 5 años que fue visto por última vez el pasado 13 de junio en una zona rural de la localidad de 9 de Julio, provincia de Corrientes, es una de esas manifestaciones.
En el resto de las prioridades, Milei descansa en el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a quien bendijo con una historia de Instagram con una foto de él y la secretaría General de la Presidencia, Karina Milei, factotum del gobierno libertario: El Jefe y El Jefe, la tituló.
La imagen fue tomada en la Cámara de Diputados, mientras en el Senado navegan sin definición el debate de las jubilaciones y algunos ascensos a militares que fueron la comidilla política en algunos pasillos del poder. Algunos intuyeron en el freno de la promoción de unos generales una muestra de autonomía política de Victoria Villarruel. Con la vicepresidenta, Milei atraviesa una momento de relación política óptima, sin sospechas ni reproches.
Sobre la cuestión castrense hay siempre una mirada diagonal. Es la consecuencia de haber cambiado el plan original de darle la gestión política de Defensa y Seguridad a Villarruel, que se frustró tras la incorporación al proyecto libertario de Bullrich y Luis Petri, la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio. El propio Milei manifestó en los últimos reportajes que el vínculo político con la vicepresidenta está intacto y le reconoció su rol para conseguir la victoria inicial en el Senado de Bases y el paquete fiscal.
En el Senado también se juega un partido clave: la aprobación de los pliegos de los candidatos a la Corte que presentó el Presidente. Mientras crecen las chances de que la mayoría apruebe la postulación del juez federal Ariel Lijo y el jurista Manuel García-Mansilla, desde algunas usinas del Gobierno empezaron a testear qué impacto podría tener una ampliación del máximo tribunal. Es una alternativa que el Presidente no rechaza, pero por ahora tampoco promueve.
A la fase dos, Milei llega fortalecido en términos políticos, porque con bloques minúsculos en Diputados y el Senadoc consiguió formar una mayoría parlamentaria robusta para doblegar los objetivos del kirchnerismo de paralizar la gestión. Hasta la madrugada del viernes, los seguidores de Cristina Kirchner habían tenido éxito: consiguieron el récord de tener a Milei siete meses sin una sola ley.
Pero no sólo hay un éxito en la política institucional. El titular de Aresco, Federico Aurelio, reveló a Infobae que en su última encuesta detectó un fuerte salto en la imagen del presidente. Hay un acompañamiento del orden del 56% de su gobierno, al mismo nivel que lo obtenido en la segunda vuelta y en el inicio de su gestión. Son datos de un sondeo nacional que está en reserva y que se conocerá en las próximas horas, que seguramente tendrán un push en redes sociales de la cada vez más nutrida militancia digital.
Hay en ese sondeo un dato importante: la mayoría está a favor de la Ley Bases y del paquete fiscal, pero cuando se consulta a la gente por algunos contenidos, hay rechazo a temas centrales, como la restitución del Impuesto a las Ganancias, la privatización de empresas públicas y la reforma laboral, entre otros temas. Es un rechazo matizado: más del 40% está a favor. “Hace un año era impensable. Es parte de la batalla cultural que Milei parece estar ganando”, dijo el consultor.