La liberación del líder mapuche de la RAM generó una disputa internacional entre Argentina y Chile por una diferencia en los cómputos del tiempo en el que estuvo detenido Facundo Jones Huala, quien para forzar su liberación comenzó esta semana una huelga de hambre por tiempo indeterminado.
Jones Huala insiste en esa medida de fuerza que en ocasiones anteriores no le dio resultados. La última vez que abandonó la ingesta de alimentos líquidos y sólidos ocurrió mientras estaba detenido en la cárcel Federal de Esquel. Pretendía, en aquel momento, que la justicia chilena le permita agotar la pena en la penitenciaría ubicada en territorio chubutense, en lugar de ser extraditado a Chile hasta agotarla.
Lo único que consiguió es que su salud se deteriore, al límite de quedar internado en el hospital de Esquel, donde los facultativos le suministraron complejos vitamínicos y nutrientes para reestabilizarlo. Luego volvió a la U14, dependiente del Servicio Penitenciario Nacional, y al poco tiempo reanudó la ingesta de alimentos.
La nueva medida que inició Jones Huala tomó estado público a través de un comunicado que firmaron la RAM, la agrupación a la que pertenece en Cushamen (Chubut) y e Movimiento Mapuche Autónomo (MAP).
“Hoy es el término de su condena, por lo que debe ser liberado inmediatamente según consta en los fallos y pedidos tanto de los tribunales Chilenos como Argentinos. De no ser así, se estarían incumpliendo flagrante y dolosamente tratados internacionales jurídicos y diplomáticos vigentes entre ambos países y vulnerando todo derecho humano. La detención es ilegal y carece de argumento, por lo que gendarmería y el estado de Chile serían los artífices del secuestro del Lonko”, menciona el documento.
Acusan a organismos chilenos de mentir “al intentar sumar otro año a su condena, cuando todos los fallos judiciales en los que se desarrolla nuevamente el juicio de extradición dicen claramente que este 26 de junio termina su condena, no el 8 de junio del 2025 como indica gendarmería de Chile”.
El caso, que anticipó en exclusiva Infobae, surgió meses atrás cuando el abogado defensor Gustavo Franquet le confirmó a este medio que no tenía novedades sobre la liberación, que a su criterio debería ser inminente, de Jones Huala.
A partir del cálculo trasandino, Franquet reclamó al juez federal subrogante de Bariloche, Gustavo Villanueva, que interceda ante los organismos internacionales para, en principio, conocer el criterio que utilizó Chile para retenerlo en prisión.
El magistrado, en una nota que envió a través de Cancillería, recordó que durante el juicio de extradición que encabezó y que se celebró en julio de 2023, solicitó que se contemple en el cumplimiento de la condena el tiempo que estuvo detenido en Esquel.
La diferencia, en cálculos matemáticos, es de unos 11 meses. Los abogados, por la coincidencia en el plazo, creen que no se habrían computado los días que estuvo detenido en Esquel, desde que fue detenido a principio de 2023 hasta su extradición, en enero de 2024.
Sin embargo, otra hipótesis es que en Chile decidieron agregarle el tiempo – también de 11 meses- que permaneció en la clandestinidad, luego de que la Corte Suprema de ese país revocara el beneficio de libertad condicional y le ordenara regresar a prisión.
El activista asegura que extenderá la medida de fuerza hasta lograr la liberación definitiva. “La actual huelga de carácter político, viene tanto a exponer el nivel represivo de los estados opresores Argentino y Chileno que se hayan al servicio de transnacionales y terratenientes; como a denunciar la total falta de garantías jurídicas, de condiciones carcelarias con pertinencia cultural, la vulneración de derechos a los presos políticos mapuche, a nuestros familiares y cercanos por parte de Gendarmería” denuncian los mapuches.