La comisión de Acuerdos del Senado, que comanda la legisladora Guadalupe Tagliaferri (PRO), avanzó este jueves con la firma de dictámenes de pliegos militares y de diplomáticos de carrera. En el primer lote se encuentran los tres jefes de las Fuerzas Armadas designados por el Gobierno libertario.
En ese sentido, sólo resta que el recinto sesione para aprobar los ascensos hacia el grado inmediato superior al Contraalmirante Carlos María Allievi (Armada), al General de Brigada Carlos Alberto Presti (Ejército) y al Brigadier Mayor Fernando Luis Mengo (Fuerza Aérea).
Durante el cónclave, un pliego militar fue separado y su despacho deberá esperar a que se resuelva la investigación por el “bautismo” con cal viva a paracaidistas ocurrido en Córdoba, en mayo pasado.
La reunión tuvo algunos cruces entre el oficialismo y la oposición. Por caso, al inicio del encuentro, la senadora del Frente de Todos y vicepresidenta de la comisión, Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), criticó la decisión de la junta calificadora de Cancillería -analiza los ascensos diplomáticos- por tomarse la potestad no sólo para este año, sino de manera retroactiva de 2022 y 2023.
“Una junta calificadora, que no estaba calificando en 2023 y 2023, ha evaluado a gente que estaba en 2022 y 2023. Eso nunca ha sucedido. Sí se han retirado e ingresado nuevos nombres, pero nunca una evaluadora lo hizo retroactivamente, es novedoso”. Y agregó: “Esta situación, de convalidarse, va a dejar un antecedente pésimo”.
Tagliaferri respondió rápido: “Ponemos todos los mensajes que cumplen el proceso reglamentario y legal. Entendemos que existieron modificaciones en los listados, pero sigue siendo una junta evaluadora de diplomáticos”.
En tanto, el peronista disidente Juan Carlos Romero (Salta) calificó de “trivialidad enorme” la discusión ocurrida en ese momento y explicó: “La junta de 2024 se ve obligada a tratar lo de 2022 y 2023, pero lo que no se explica es por qué el kirchnerismo no la trató ni sesionó”. Luego recordó que durante la gestión anterior, por “diferencias internas entre la Casa Rosada -Alberto Fernández- y el Senado -Cristina Kirchner- no se trataron los pliegos”.
Otra cuestión relacionada con el sector diplomático fue el pedido de Fernández Sagasti para retirar la promoción de un postulante “presuntamente denunciado por violencia de género”. La legisladora mendocina dio a entender la dificultad para encontrar el expediente en cuestión y sugirió dejarlo en espera hasta corroborar el estado de situación.
Minutos más tarde el jefe de La Libertad Avanza en el Senado, Ezequiel Atauche, expresó que tenía en su celular la desestimación de la denuncia en cuestión, lo que te generó un ida y vuelta de la comisión, que no tenía el trámite original a la vista y, mucho menos, la resolución anunciada por el jujeño.
Como solución, Tagliaferri definió -con anuencia de gran parte de la comisión, excepto el Frente de Todos-, firmar un dictamen con todos los diplomáticos y dejar al candidato observado por Fernández Sagasti con otro despacho, que -dijo la senadora del PRO- “se puede firmar hoy, mañana y hasta llegar a la sesión que se nos permita ver la denuncia” y desestimación informadas por Atauche.
Demora
Otra puja se activó con un ascenso militar nunca denunciado de manera formal, pero sí impugnado por mail en la comisión, como confió Fernández Sagasti. Lo curioso es que, durante la gestión anterior, se le consultó al Ministerio de Defensa y los funcionarios kirchneristas nunca respondieron. Sí se dio de manera informal para descartar el asunto.
Este tema generó un cruce sobre si correspondía dictaminar o no. “¿Estamos hablando de una denuncia o de un rumor? Hace tres años que no se contesta y hace tres años estaba su Gobierno”, le espetó la radical Carolina Losada a la senadora mendocina.
“Acá hay una no certeza de denuncia. No es igual que en el caso anterior, donde hay una denuncia y desestimación. Así que podemos preguntar, pero no es razón para apartarlo y podemos dictaminar y, hasta la sesión, sacarnos la duda”, afirmó Atauche. Fue el camino que se adoptó.