Luego de bloquear durante más de 24 horas el ingreso y egreso al yacimiento petrolífero Loma La Lata de Neuquén, la comunidad mapuche Lof Painemil logró el compromiso de abastecimiento de gas envasado para proveer a viviendas de la zona.
La firma del acta acuerdo destrabó el conflicto y los mapuches liberaron el acceso a uno de los yacimientos más importantes de la provincia, que de forma paulatina retomó la producción petrolera.
El reclamo empezó este martes a la mañana y se extendió hasta las 16 de este miércoles, cuando el grupo – comandado por Elba Painemil- llegó a un acuerdo con el gobierno provincial y la estatal YPF.
Las autoridades advirtieron a los mapuches sobre la gravedad de la medida y las consecuencias judiciales que podrían recaer sobre los dirigentes del grupo por la dureza de la medida, motivo por el que sus voceros minimizaron los hechos y negaron haber prohibido a los trabajadores regresar a sus viviendas luego de los turnos correspondientes.
Sin embargo fuentes de las empresas contratistas confirmaron que más de 230 operarios debieron permanecer varias horas guarecidos en dependencias de la compañía, algunos de los cuales incluso fueron retenidos hasta este miércoles.
Otra agrupaciones mapuches salieron al cruce de la comunidad Painemil y se desentendieron de la extrema modalidad del reclamo. “Nosotros no tenemos nada que ver, es una comunidad que se corta sola y suele impulsar estos reclamos extremos, que se hagan cargo”, admitieron en diálogo con Infobae.
El sindicato de Petróleo y Gas Privado, incluso, admitió que unos 80 trabajadores de la esfera privada estuvieron retenidos dentro del yacimiento, entre los cuales mencionaron a varios operarios de YPF.
Para levantar el bloque, los mapuches, el gobierno neuquino y la petrolera estatal YPF rubricaron un acta acuerdo a través del cual los dos últimos se comprometieron a proveer de gas envasado los zepelines que alimentan las viviendas donde residen los mapuches.
El bloqueo afectó la producción de petróleo y generó una preocupación mayúscula, sobre todo porque de mantenerse afectaría el abastecimiento de distintas provincias del país, entre ellas Buenos Aires.
En el acta, las partes acordaron mejorar el abastecimiento y llenado de gas envasado en los zepelines hogareños en hogares de la zona, en varios de los cuales residen miembros de la comunidad mapuche.
Figura además que semanalmente se verificará el contenido de los zepelines, los cuales se nivelarán al 100 por ciento, priorizando las primeras cargas en aquellas viviendas que contengan menos del 30 por ciento de carga.
Además, una vez que estén todos completos, se realizará un análisis para medir el consumo de cada vivienda, con el objetivo de diseñar un cronograma de carga y evitar así que las viviendas se queden sin el fluido.
Acordaron también realizar gestiones conjuntas y configurar una mesa de diálogo para resolver las diferencias a través de esa vía y evitar nuevos bloqueos como el que protagonizaron.
El reclamo reciente no es inédito ya que la misma agrupación realizó distintos bloqueos en el acceso al yacimiento, para expresar su postura ante distintas situaciones. Una de las últimas manifestaciones tuvo lugar como consecuencia de un reclamo sindical.
La máxima autoridad de la agrupación, Elba Painemil, dijo que el yacimiento está “en el patio de nuestras casas” y aseguró que “no puede ser que haya gas para todo el país y no para nosotros”.
“Tenemos el yacimiento incrustado dentro de nuestro patio y sacando gas para todo el mundo, menos para nosotros”, expresó en diálogo con el diario Río Negro.
Antecedentes violentos
No se trata del primer bloqueo que encabeza la comunidad mapuche. A principios de este año, un grupo lideró un reclamo sindical por “discriminación y violencia” y el mismo derivó en un corte del acceso principal al yacimiento, tal como ocurrió ahora.
El yacimiento Loma La Lata es uno de los más importantes de la provincia petrolera. En aquel entonces, el gobierno provincial intervino y convocó a los mapuches para descomprimir el conflicto.
“Seguimos bloqueando el paso y vamos a permanecer acá esperando respuesta. Si nadie nos llama, nos vemos obligados a fortalecer las medidas”, amenazaron en aquel entonces.
Pero las intimidaciones son recurrentes. “Estamos dispuestos a todo”, consignaron en reiteradas ocasiones, para exigir que sus planteos sean atendidos.
El reclamo que comenzó este martes afectó la producción del yacimiento, de acuerdo a información que aportaron fuentes de las empresas contratistas.