“Mauricio está muy político. Llama a intendentes, habla con los diputados del partido. Se mueve, hace gestiones”, dice un dirigente histórico del PRO. Mauricio es Macri. Y la descripción hecha por el referente bonaerense del partido refiere al momento que atraviesa el ex Presidente y el espacio que lidera. Es tiempo de “renovación” y “cambios” en la política. El macrismo no es ajeno a ese contexto. En estos días empezará un giro táctico para darle forma a la oxigenación partidaria. Algo inevitable después del traspié electoral de 2019 y 2023.
Macri citó para hoy a los gobernadores e intendentes del PRO y a un grupo de diputados nacionales y dirigentes de su confianza. Es lo que llaman la “Mesa Ejecutiva”. Estarán Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Soledad Martínez (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata). En tanto que Nacho Torres (Chubut) seguirá la reunión desde Italia, donde se encuentra por un viaje vinculado a un foro energético. También participarán los diputados Cristian Ritondo, Diego Santilli y María Eugenia Vidal. A ellos se suma Facundo Pérez Carletti, secretario general del partido y concejal de Santiago del Estero. Se espera que estén, además, los dirigentes Fernando De Andreis, Jorge Triaca y Humberto Schiavoni, cercanos el ex Presidente. Quien integra esa mesa y no pudo estar fue Rogelio Frigerio (Entre Ríos).
En esa mesa no están intendentes relevantes como Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Ramón Lanús (San Isidro). Tampoco está Damián Arabia, diputado nacional y vicepresidente 2° del PRO nacional. Son dirigentes alineados con Patricia Bullrich. Eso los aleja del círculo del macrismo. Lanús es una excepción, porque cultiva buen vínculo con Macri, en un complejo intento de equilibrio.
Un punto de inflexión
El cónclave tendrá lugar hoy a media mañana con el objetivo de analizar la situación del PRO, el contexto político, repasar el estado de la Ley Bases, que se debatirá mañana en Diputados, y repasar el cierre de listas en provincia de Buenos Aires. Ritondo es el candidato de consenso que lidera la única postulación que se presentó ayer ante la Justicia electoral bonaerense. El PRO renueva autoridades en Buenos Aires y el diputado nacional se convertirá en presidente del partido con el aval de Macri.
Macri viene reuniendo a la Mesa Ejecutiva desde que asumió como presidente del PRO, en abril de este año. Es un espacio que busca fortalecer al partido, repasar la situación política del sello en todas las provincias y tratar temas políticos, de gestión. Un punto central de esos encuentros es el intercambio que hacen los dirigentes sobre la relación con el Gobierno. El PRO es un aliado clave para La Libertad Avanza, el espacio de Javier Milei. No obstante, el vínculo tiene matices y oscilaciones.
En el macrismo señalan que el cónclave marcará un punto de inflexión. Se da en una semana clave para el Gobierno: Milei pretende tener aprobada la Ley Bases este jueves. Macri ha señalado ante sus interlocutores de confianza que levantará el perfil político suyo y del PRO una vez que la Casa Rosada tenga esa normativa en vigencia. El ex Presidente respaldó todo el tiempo el proyecto de Ejecutivo. Así como también hace saber que desea que a Milei “le vaya bien”.
No obstante, conducirá al PRO para dar paso a una nueva etapa política: el partido buscará que su partido se diferencie de La Libertad Avanza cuando lo considere necesario, marcará dificultades en la gestión que estime prudente. Pondrá un ojo sobre los funcionarios ligados a Sergio Massa y al kirchnerismo que integran puestos en el organigrama estatal.
Son puntos que generan discordia con Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad y Macri no se hablan hace meses. La relación quedó rota dese el ingreso de la dirigente al Gabinete de Milei. La funcionaria se mueve para promover la fusión del partido amarillo con La Libertad Avanza y actúa como oficialista.
En el macrismo señalan que Bullrich tiene una posición minoritaria en el PRO, pero no desconocen que es una de las ministras con mejor imagen del Gobierno y que cuentan con ascendencia en la opinión pública. En el bullrichismo consideran que el macrismo “subestima” a la ministra de Seguridad. Se desmarcan de las críticas y se enfocan en construir políticamente a la par del armado libertario.
Este marco desató una interna que dividió al partido en dos. Desde principio de año ambos sectores, el macrismo y el bullrichismo, se tiran dardos cruzados que azuzan la tensión. El último episodio tuvo lugar este fin de semana. La ministra de Seguridad echó el sábado a Vicente Ventura Barrerio, que se desempeñaba como el segundo del Ministerio. El ex funcionario es de plena confianza de Ritondo.
Bullrich explicó el sábado que corrió a Ventura Barreiro porque el funcionario “intentó”, presuntamente, “interferir en un proceso licitatorio de servicios de comida para el Servicio Penitenciario Federal (SPF)”. “Es una cuestión política, sólo eso”, deslizó a Infobae un dirigente cercano a Ritondo que conoce a Ventura Barreiro. Macri siguió de cerca todo el affaire Tito, como le dicen al ex funcionario. En la mesa política del ex Presidente están convencidos de que la salida de Ventura Barreiro fue una reacción de Bullrich para cobrarse la jugada de Ritondo-Macri para controlar el PRO de la provincia de Buenos Aires.
Ritondo se convertirá en presidente del PRO en Buenos Aires. Lo hará con respaldo de Macri y buena parte del partido en ese distrito. Armó una lista de Consejo Directivo en la que están representados los principales intendentes amarillos y referentes históricos.
Quien también gana peso en el relanzamiento del PRO es Jorge Macri. El jefe de Gobierno porteño conduce el partido en la Ciudad y tendrá incidencia en Buenos Aires. Soledad Martínez, intendenta de su círculo político, es vicepresidenta del PRO nacional y tendrá idéntico cargo en el Consejo Directivo bonaerense. Con el respaldo de los Macri, la jefa comunal gana peso en la política bonaerense. Mientras que Pablo Petrecca, intendente de Junín, otro jefe comunal cercano al alcalde, asumirá como vice 2° en el PRO Buenos Aires.
Mientras tanto, Macri ya piensa en el acto que hará en julio o agosto, una vez aprobada la Ley Bases, para celebrar su asunción como presidente del PRO. Será un lanzamiento político que formalizará el inicio de la nueva etapa del partido. El puntapié, acaso, de las discusiones electorales rumbo a 2025.