Pablo Moyano dio marcha atrás: finalmente no se va a movilizar el jueves mientras la Cámara de Diputados aprueba la Ley Bases y, en cambio, participará esta tarde de una conferencia de prensa ante el Congreso “en defensa de la soberanía y en contra de la privatización de las empresas públicas” a la que asistirán sindicalistas de Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y los medios públicos.
Pese a que el dirigente del Sindicato de Camioneros anunció que iba a salir nuevamente a la calle para protestar contra la sanción de las leyes que quiere Javier Milei, en las últimas horas prefirió consultarlo con colegas de su sector, el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona), que lo convencieron de que la nueva movilización podía ser riesgosa para los manifestantes de sus sindicatos, que hace dos semanas tuvieron que retirarse abruptamente de la zona del Congreso por los graves incidentes.
La decisión de Pablo Moyano fue interpretada por sus rivales del sector dialoguista de la CGT como un gesto de buena voluntad para aliviar el clima de tensión que generó su resolución unilateral de movilizarse el 12 de junio junto al kirchnerismo y la izquierda cuando el Senado trató la Ley Bases.
Como anticipó Infobae, para esta semana estaba prevista una reunión de la mesa chica cegetista y el dirigente de Camioneros para tratar de superar el conflicto interno y analizar si aceptarán la convocatoria del Gobierno a firmar el Pacto de Mayo el 9 de julio próximo en Tucumán. Sin embargo, luego de algunos llamados entre miembros del ala dialoguista y Pablo Moyano decidieron postergar el encuentro para la semana próxima, aunque formalmente argumentaron “problemas de agenda”.
Pablo Moyano sufrió un duro revés no sólo porque dejó a la CGT al borde de la ruptura por cortarse solo para movilizarse al Congreso, apoyado sólo por sus fieles y por los sindicalistas K, sino también porque no pudo impedir la sanción de la Ley Bases luego de haber presionado a los legisladores para que no lo hicieran. Peor aún, Diputados convertirá en ley un artículo agregado por el Senado que penaliza los bloqueos contra las empresas al considerar que esas protestas, a las que suele recurrir Camioneros, representa una “grave injuria laboral”, es decir, causal de despido justificado.
Los dialoguistas de la CGT, en cambio, están satisfechos con el capítulo de modernización laboral de la Ley Bases: más allá de que no les preocupa el artículo “anti-bloqueos” porque no apelan a esa modalidad de protesta, en sus negociaciones con el Gobierno y parte de la oposición dialoguista consiguieron que se eliminaran 42 artículos de la reforma laboral en consonancia con sus reclamos.
Las diferencias en la CGT fueron más evidentes en los últimos días: mientras Pablo Moyano batallaba contra la Ley Bases, un moderado como el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (UOCRA), dio un guiño a la sanción de la iniciativa al sostener en una entrevista con el diario Perfil: “Soy de los que piensa que el Gobierno necesita tener una ley y mostrar mecanismos de gestión, que hasta ahora no se observan”. Otro dialoguista como Andrés Rodríguez (UPCN), secretario adjunto de la CGT, precisó que el contenido de la Ley Bases y del paquete fiscal “lo fuimos negociando hasta atemperar bastante sus efectos, tanto con legisladores como con el propio Gobierno”.
Hay un dato relevante en esta pelea: Hugo Moyano, líder del Sindicato de Camioneros, se mantiene en silencio, pero está aliado con los dialoguistas de la CGT y tomó distancia de su hijo Pablo en su estrategia rupturista de las últimas semanas. A mediados de junio, ante un reducido grupo de allegados, el jefe del clan Moyano se mostró inusualmente duro contra el díscolo cotitular de la CGT, al que le recrimina haberse alineado con el kirchnerismo y la izquierda para impulsar la movilización ante el Congreso en contra de la Ley Bases, que terminó con hechos de violencia.
Esta combinación de traspiés probablemente hayan llevado a Pablo Moyano a moderar su postura al no movilizarse el jueves ante el Congreso y sumarse a una conferencia de prensa que se hará este miércoles, a las 17.30, en la avenida Rivadavia 1841, ante el anexo de la Cámara de Diputados, que se hará “en defensa de la soberanía y en contra de la privatización de las empresas públicas”.
Además de trabajadores de Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y los medios públicos (Radio Nacional, TV Pública y Télam), estarán los gremios del Fresimona, que lidera Pablo Moyano y que integran Mario Manrique (SMATA) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), entre otros, además de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la Argentina (FeMPINRA), encabezada por Juan Carlos Schmid, y el titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar.
Sin el moyanismo, a la movilización de este jueves ante el Congreso sólo irán las dos CTA, la la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), organizaciones kirchneristas y la izquierda. Esta vez, la postal de las presencias callejeras hará sonreír a los dialoguistas de la CGT. Esta vez no habrá casi rastros de la CGT en la calle, en sintonía con la advertencia de Andrés Rodríguez luego del final violento de la concentración del 12 de junio ante el Senado: “No teníamos por qué movilizar y menos mezclándonos con otros sectores que nada tienen que ver con nosotros”.