Diputados se prepara esta semana para insistir con la versión original de la ley Bases y el paquete fiscal, o para aceptar las modificaciones realizadas por el Senado, según dicten los acuerdos a consumarse en las próximas horas. Uno de los temas que aún genera rispideces es la quita de Aerolíneas Argentinas de la bandeja de eventuales privatizaciones que hizo la Cámara alta: a fines del mes pasado, el legislador del peronismo disidente Juan Carlos Romero advirtió sobre este tema y dejó en claro que, con el actual sistema, la empresa podría ir a la quiebra y dejaría al Congreso sin la posibilidad de intervenir en un futuro.
Las declaraciones de Romero ocurrieron a fines de mayo último, cuando se obtuvieron -con esfuerzo- los dictámenes de mayoría de ambos proyectos en la Cámara alta. Allí, el experimentado salteño aseguró: “Los números son los números, y el senador por la capital -en referencia al cristinista Mariano Recalde- lo sabe muy bien, porque él estuvo ahí, en esa compañía, en medio de la peor época. Esa compañía le ha costado al país 7.000 millones de dólares desde que se estatizó nuevamente; que ni siquiera se estatizó: desde que el Estado se quedó con las acciones de una sociedad anónima”.
Seguido a ello, el senador agregó: “Hay un informe de auditoría que dice clarito que en 2022 se la asistió con 6.000 millones; en 2023, con 40.000 millones… y con 42.000 millones. Este es un informe de abril. Y ya sabe usted que el famoso equilibrio fiscal de esa compañía del año pasado fue porque vendía pasajes, y mientras a todos los argentinos que exportaban algo –porque vender pasajes es una exportación– les daban un dólar de 300 pesos, a Aerolíneas le daban un dólar de 1.000 y pico, o el dólar turístico. Entonces, han hecho una ficción en el balance contable, una cosa de contadores, que le da un equilibrio fiscal que no tuvo”.
“Yo no quiero castigar a Aerolíneas, porque es una empresa espectacular, la gente, pero usted sabe que es una compañía complicada; con diez gremios adentro, es difícil manejarla. Usted sabe que hay que invertir, cada tanto, y el país no está en condiciones de invertir. No estamos diciendo aquí que hay que cerrarla, ni tampoco que la privatización aquella fuera buena: fue un desastre. Fue un desastre. Quiero decir que el modelo de única línea aérea ya no funciona. Cuba lo debe tener, Venezuela tiene una sola línea aérea. Hoy hay competencia, porque hay compañías que encontraron la forma de vender billetes baratos. Y usted sabe que, por mucho tiempo, el gobierno les prohibió a todas las compañías vender billetes más baratos. Hay una franja de precios, que estos últimos años, con el gobierno anterior, estaba en el precio mínimo. Quiere decir que castigaban a una compañía que quisiera vender billetes baratos, y esto no me lo puede desmentir porque así funcionó hasta el año pasado”, expresó Romero.
Sobre el final de su exposición sobre este tema, el legislador salteño destacó: “Y les digo algo más a todos ustedes que van a votar en contra de que figure la privatización de Aerolíneas: se equivocan. Lo que le conviene al gobierno es que no autoricemos la privatización. Mi plan era agregar que sea privatización parcial. La mayoría quiere que caiga ese artículo. Al gobierno le conviene. Porque usted sabe que una sociedad anónima, no digo hoy ni mañana… Supongamos que tenga éxito la apertura de los cielos, que se vuelva a abrir Palomar, que vengan compañías a invertir y que Aerolíneas, en vez de 60, como tiene ahora, tenga el 30, yo digo: si sigue perdiendo plata una sociedad anónima, con uno o dos balances con patrimonio neto negativo, con uno o dos balances con falta de financiamiento, eso se llama cesación de pago. Va el gobierno al juez y le pide la quiebra, y la quiebra no la autorizamos nosotros; es un hecho concreto que podría darse. En cambio, si ponemos ‘privatización parcial’, lo obligamos a que ese sea el camino. O sea que les estoy diciendo a todos los que van a votar creyendo que protegen a Aerolíneas, que no la están protegiendo”.
Romero insistió con esta cuestión durante la sesión, realizada entre el miércoles 12 y jueves 13 pasados. Los ejemplos del peronista disidente fueron contundentes: “Esto pasó en Brasil. Miren ustedes: en Brasil quebró Varig, en el 90. Tuvo éxito desde el 27 hasta el 90. Si bien no era una compañía estatal, era una compañía muy subsidiada por el gobierno y había que poner 3.000 millones de dólares en el 90. Y el gobierno la dejó caer y quebrar. Les cuento que no fue Bolsonaro ni Milei, no. Lula fue, Lula. Lula, recuerden. Lula cerró Varig. Y Aeroméxico también quebró. Viasa en Venezuela, Ecuatoriana, PLUNA en Uruguay, Lloyd Aéreo Boliviano. En Italia, Alitalia desapareció; se convirtió en ITA, está privatizándose ahora y, seguramente, la va a comprar Lufthansa. Esto quiere decir que no estamos colaborando desde aquí para que haya un plan, un plano razonable para Aerolíneas, sino por el contrario, la dejamos en el limbo para que pueda pasar cualquier cosa, incluso su desaparición, cosa que yo no estoy proponiendo, sino diciendo que eso puede suceder”.