Decidido a modificar profundamente la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), el Gobierno acelera los detalles del decreto con el que planea implementar los cambios en el organismo y entre los planes es prioritario que se transforme nuevamente en una secretaría. Volvería a denominarse con sus viejas siglas, SIDE (por Secretaría de Inteligencia del Estado), las que tuvo hasta que Cristina Kirchner la disolvió en 2014 para atenuar el impacto de la crisis por el caso del fiscal Alberto Nisman.
El empoderado consultor todoterreno del Presidente, Santiago Caputo, que interviene en un sinfín de áreas, incluida las negociaciones por la Ley Bases, quedó a cargo de la transformación de la agencia desde que Silvestre Sívori, que respondía al ex jefe de Gabinete, Nicolás Posse, fue expulsado del mando de los servicios, acusado por supuesto espionaje interno por orden de su jefe. Una versión que desde el entorno de Sívori rechazan y que nunca fue confirmada, pero tampoco desmentida por la administración libertaria, que por otro lado no presentó ninguna denuncia formal hasta ahora.
Después de nombrar como “Señor 5″ a un amigo de su padre, Sergio Neiffert, con el que tiene un vínculo de extrema confianza, Caputo trabaja a diario en el nuevo diseño con la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzábal Murphy, una de las soldados principales de su cada vez más poderosa tropa en Balcarce 50.
Con oficina en el Salón Martín Fierro del primer piso del palacio, la abogada ingresó en abril al Gobierno, cuando le crearon la secretaría a medida. Está encargada de la redacción de la norma con los cambios que saldría publicada la semana que viene o, a más tardar, la siguiente. “Es un tema muy delicado y sobre todo complicado, necesitamos tiempo para hacerlo bien”, dijeron sobre el trabajo de la letrada, que actúa en paralelo al secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo; estuvo en funciones durante el gobierno de Mauricio Macri e integró el estudio jurídico Cassagne, especializado en Derecho Público y Regulación Económica, cuyos equipos colaboraron con el DNU 70 y la Ley Bases de Milei.
La demora, sin embargo, no sólo se debe a lo intrincado del área, sino a la dilación de la sanción de la Ley Bases, que le permitiría al Presidente contar con las facultades delegadas para, entre otras cosas, avanzar sobre el organismo de manera exprés.
Muy interesado en los temas vinculados a la ciberseguridad -estudió ingeniería informática en el Ejército durante tres años antes de pasarse a la carrera de Ciencia Política en la UBA-, Caputo planea dividir la polémica agencia, que tuvo implicaciones en abusos de poder y violaciones de derechos humanos, en tres áreas: Defensa, Seguridad Interior y Tecnología. Y evalúa crear un órgano de contralor dentro del área, para que la fiscalice en paralelo a la Comisión Bicameral de Inteligencia. Su titular respondería al propio Neiffert, cuya designación salió publicada en el Boletín Oficial anteayer, una muestra de la intención del Gobierno de acelerar las modificaciones en el área.
Francos avala estos movimientos. “La AFI se ha utilizado en épocas anteriores para otras cuestiones que poco tienen que ver con la inteligencia interior y exterior. Debiéramos tener un organismo, o dos organismos, divididos, donde cada uno con esa función se ocupen de analizar estos temas que son importantes para cualquier decisión estratégica del país”, había dicho a la prensa cuando empezaron los cambios.
De hecho, Caputo empezó a coordinar acciones con el nuevo secretario de Asuntos Estratégicos, José Luis Vila, que reemplazó al polémico ex brigadier de la Fuerza Aérea y alfil de Posse, José Antelo. Vila es un hombre de Francos, con quien el ex Durán Barba empezó a ponerse en órbita en una larga reunión esta misma semana, en paralelo al debate caliente de la Ley Bases en el Congreso.
“Tuvieron muy buena sintonía, José Luis tiene muchísima experiencia y está aportando lo que sabe”, dijeron en la Casa Rosada sobre el ex funcionario del gobierno de Raúl Alfonsín, que también integró la SIDE y se especializó en temas de defensa e inteligencia. Últimamente era representante de Nación en la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), y había tenido un paso por el Consejo Escolar del ex intendente de Malvinas Argentinas de Juntos por el Cambio, Jesús Cariglino.
Los nombres para las sub-agencias no están definidos, pero se descuenta que tendrán el aval de Caputo y, por extensión, de sus jefes directos, Karina y Javier Milei, admiradores del gobierno de Carlos Menem en la década del 90, cuando la SIDE estuvo involucrada en varios escándalos de espionaje interno y corrupción.