Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la extrema derecha. ¿Se unirán los partidos europeístas para resistir ese avance? ¿Podrán esos partidos en crecimiento conducir a la Unión Europea? Son algunos de los interrogantes que dejaron las elecciones del Parlamento Europeo anoche, en las que los espacios de izquierda, socialdemócratas y de centro perdieron posiciones ante grupos conservadores y “euroescépticos”. Del otro lado del Atlántico, el Gobierno argentino vivió esos resultados con sensaciones encontradas. Los libertarios hablan de un “efecto Milei”. Sin embargo, en los pasillos de la diplomacia se aplica cautela política.
El Parlamento Europeo es el órgano soberano de la Unión Europea, clave en las decisiones políticas de ese bloque continental. Los europeos votaron anoche para renovar la totalidad del cuerpo, integrado por 720 bancas. Los resultados arrojaron un avance de los partidos y las familias políticas de extrema derecha, ultranacionalistas y “euroescépticas”. Son grupos conservadores, que ponen en crisis el proyecto europeo, cuestionan las políticas ambientales y la inmigración. Sin embargo, las alianzas de centro aún conservan la mayoría. En caso de llegar a acuerdos, podrán mantener el control político de esa sociedad internacional.
En Argentina se siguió de cerca la elección europea. Milei viaja el miércoles a Italia, invitado por Giorgia Meloni, presidenta de Italia, a la Cumbre del Grupo de los Siete (G7) que se hará en ese país. El presidente evalúa que el contexto político en Europa le ofrece una escenografía más cómoda para su perfil político. Anoche activó su cuenta oficial de X para celebrar el triunfo de la derecha en los comicios de la Unión Europea.
Tras idas y vueltas, el Presidente decidió que irá a la reunión del G7 que se hará entre el jueves y el sábado en . Se trata de una cumbre que reúne a los líderes políticos más poderosos de occidente. Participan los Jefes de Estado y Gobierno de Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá y Japón. Con el plus de que este año fue convocado nada menos que el Papa Francisco. El presidente argentino se siente envalentonado por el triunfo de la extrema derecha en Europa y lo ostentará en su viaje a Bari.
El “efecto Milei” en Europa
En La Libertad Avanza hablan de un “efecto Milei”. Asumen que el fenómeno del líder libertario es global y que el auge de su figura impulsa el crecimiento de dirigentes que comparten sus ideas. El Presidente se hizo eco de publicaciones que ratifican esa hipótesis. “Triunfa el mundo libre! Europa sigue el camino de Argentina y se afianzan los partidos que defienden la vida, la libertad y la propiedad privada”, escribió el legislador libertario Nahuel Sotelo y Milei lo retuiteó.
Por su parte, el Jefe de Estado también reposteó el comentario de Agustín Romo, diputado bonaerense y referente liberal: “Europa le dijo NO a la Agenda 2030. Lo celebramos profundamente”. Además, le dio retuit a una publicación de la cuenta libertaria Escuela Austríaca de Economía, con la que suele interactuar habitualmente. “Efecto Milei en Europa, aplastante derrota de la izquierda”, celebró ese usuario y se ganó la reacción del Presidente.
Con la misma lógica, escribió un tuit para cuestionar, otra vez, a su par español, Pedro Sánchez. “Pretensión de realeza... No le podía salir bien de ningún modo, miren el fondo al terminar el video... había señales que el rojito no había visto y así hizo otro papelón”, escribió el Jefe de Estado al compartir un posteo en donde Sánchez vive un momento tenso con el Rey Felipe VI.
Cautela diplomática
Milei entiende que su figura gana popularidad internacional y se convierte en una especie de espejo en el que se mira hoy Europa. Por fuera de la militancia libertaria, en el mundo diplomático se aplican otras categorías de análisis. En el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, observan que las elecciones del Parlamento Europeo auguran un escenario incierto para la relación de la Unión Europea con Argentina.
El nuevo equilibrio de poder en Europa no facilita el camino para el punto de mayor interés que tiene hoy Argentina: la aprobación del Acuerdo Unión Europea Mercosur. Se trata de un tratado que promueve el comercio y las inversiones entre ambos bloques, cuyas discusiones comenzaron hace cuatro décadas. Este escenario político envalentona la figura de Milei, pero aleja la posibilidad de que el acuerdo con la UE tenga luz verde.
El cimbronazo más grande de las elecciones en el Parlamento Europeo estuvo en las dos potencias principales del bloque. El partido de extrema derecha de Marine Le Pen arrasó en Francia y le dio un cachetazo a Emmanuel Macron. El presidente francés lidera la coalición europea Renovar Europa, que perdió 20 bancas. El triunfo de Le Pen logró que Identidad y Democracia, la alianza que lidera junto al italiano Matteo Salvini, sume 11 eurodiputados y alance los 60 escaños.
El fantasma de la “cohabitación” amenaza a Francia
Como respuesta, Macron anunció la decisión de disolver la Asamblea Nacional (el Poder Legislativo francés) y convocó a elecciones legislativas anticipadas. La primera vuelta tendrá lugar el 30 de junio y el balotaje el 7 de julio. Francia tiene un sistema semipresidencial donde el Poder Ejecutivo es bicéfalo. El presidente (Macron) es electo directamente por el pueblo, tiene un mandato fijo de cinco años, y ejerce el rol de Jefe de Estado. Por otra parte, el Primer Ministro ocupa la tarea de Jefe de Gobierno, es designado por el Presidente con aval de la Asamblea Nacional, y la duración de su mandato depende de las mayorías en el parlamento o de la confianza del Jefe de Estado.
Ese cargo lo ocupa actualmente Gabriel Attal, dirigente cercano a Macron. Además, es amigo de Ian Sielecki, embajador argentino en París. Tras la derrota en las elecciones europeas, el presidente francés busca cambiar la configuración de la Asamblea Nacional para legitimar su gestión. La jugada es riesgosa. En caso de imponerse el partido de Le Pen y contar con las bancas suficientes, el Jefe de Estado puede perder control político del parlamento. En tal caso, la oposición forzará la designación de un Primer Ministro afín. Sería un escenario de cohabitación, donde el Jefe de Gobierno sería de un partido opuesto el de Macron.
Milei tenía prevista una bilateral en el Palacio Elíseo para el 19 de junio. Sin embargo, decidió cancelarla. Se volverá a Argentina después del G7 y regresará a Europa el 21 de este mes para visitar Alemania y España. Al calor de los resultados de las elecciones de anoche, el Presidente evitará una foto que hoy le puede resultar incómoda. ¿Casualidad o decisión estratégica?
Europa vira a la derecha
En Alemania, el otro referente del Viejo Continente, el canciller Olaf Scholz también sufrió una dura derrota. Las fuerzas conservadoras teutonas ganaron posiciones en la eurocámara. Idéntica situación ocurrió en España, donde el Partido Popular se impuso por 4% de los votos ante la alianza socialista que encabeza el presidente Pedro Sánchez. En Bélgica, la victoria de la derecha nacionalistas llevó a la dimisión de Alexander de Croo, el primer ministro. Mientras que en Italia, Meloni consolidó su creciente liderazgo. También hubo avances de la extrema derecha en países como Grecia, Países Bajos, Hungría y Austria.
De todos modos, esos resultados no alcanzaron para que la extrema derecha conquiste la Unión Europea. Las dos principales instituciones del bloque son la Comisión Europea y el Consejo Europeo. En ambos casos, la designación de esas autoridades depende de las mayorías en el Parlamento Europeo y del aval de los 27 Jefes de Estado de los países miembros.
Con la nueva configuración, seguirá siendo mayoritario el Partido Popular Europeo, que alcanzará las 181 bancas. Se trata de la coalición a la que pertenece Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea. La dirigente alemana tiene voluntad de ser reelecta. Anoche ya dio indicios de que se moverá hacia el centro para evitar un avance de la extrema derecha y extrema izquierda. Necesitará, entonces, el apoyo de la centro izquierda, los liberales y el Partido Verde.
La coalición de centro izquierda europea Socialistas y Demócratas perdió 19 eurodiputados y tendrá 135 bancas. Suficientes como para continuar como la segunda fuerza del parlamento. Allí está, entre otros, el PSOE de Pedro Sánchez. ¿Habrá en Europa una alianza que reúna, paradójicamente, al presidente de España y Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular Europeo, para sostener el equilibrio político de la Unión Europea?
Por su parte, los Conservadores y Reformistas alcanzaron los 71 eurodiputados. Mientras que Identidad y Democracia, la coalición que lideran Le Pen y Salvini, creció de 49 escaños a 62. Renovar Europa, alianza de Macron, cayó de 102 a 82. El izquierdista partido Verde, por su parte, pasó de 72 a 53 bancas.
Las familias políticas europeísta, socialdemócratas y liberales suman un 56% de los 720 escaños. Si se suman los Verdes alcanzarán el 60%. Si bien no se puede desconocer el crecimiento exponencial de las derechas radicales, los espacios de centro pueden aún conservar la conducción del Parlamento Europeo por los próximos cinco años. No obstante, la ola derechista fue estrepitosa y marcó un llamado de atención para la política tradicional.
Otro dato significativo en ese sentido fue el gran ausentismo: votó apenas el 51% de los europeos habilitados. Otro síntoma de la apatía política que vive el sistema internacional.
Tras las elecciones de anoche, la Unión Europea enfrenta para los próximos cinco años una serie de desafíos que signarán su rumbo político. La guerra entre Ucrania y Rusia, que puso al límite la capacidad defensiva del bloque, la necesidad de avanzar hacia una UE más geopolítica, la posibilidad de continuar con la agenda verde 2030, la transición energética y la estabilidad económica.
La Unión Europea mira a Argentina con especial interés. Es el tercer inversor en el país, después de Brasil y Estados Unidos. Los inversores europeos miran con avidez el hidrógeno verde y el litio. El Acuerdo con el Mercosur permitiría potenciar el intercambio comercial. Sin embargo, el nuevo escenario político en le viejo continente aleja esa posibilidad.