La ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, fiel a su costumbre, sigue alejada de los flashes. Sin embargo, a casi siete meses de haber abandonado el cargo la líder de un sector del peronismo se mantiene activa y con una agenda más que dinámica.
Las únicas pistas que da respecto de sus actividades son las publicaciones que hace en las redes sociales, en especial en videos que sube a su cuenta de TikTok, pero tras bambalinas, mantiene una profusa agenda de encuentros en sus oficinas del Instituto Patria.
“Está activa y pendiente de todo”, explicaron desde su entorno. “Se reúne con todos, pero no está enfocada en la interna, le parece irrelevante, está preocupada por las políticas que lleva adelante el Gobierno nacional”, agregaron.
Cristina Kirchner hace tiempo que dejó de ser la dirigente que sólo se reunía con los propios. Aseguran que tiene asíduos encuentros con sindicalistas, diputados, senadores, gobernadores e intendentes. A todos los recibe sin distinción de cargo. Recopìla información y da su opinión como quien sabe cuál es el peso de su palabra. En ese contexto, apuesta a que el Congreso de la Nación concentre la discusión.
“En febrero ya hablaba de acuerdos parlamentarios. El otro día se logró -por el debate de las jubilaciones- y es un avance de la oposición”. Para la dos veces presidenta, Javier Milei “no entiende cómo funciona el Congreso o lo que es peor, no le gusta. El otro día se produjo un diálogo entre las bancadas y se llegó a un acuerdo”.
Ese es el camino que marca desde su despacho en el Patria, a 100 metros del Palacio Legislativo. “Ojalá se puede seguir en acuerdos de este tipo. Es bueno para los argentinos que sus representantes aúnen criterios para dar soluciones concretas”, aseguran que es el mensaje que bajó Cristina Kirchner.
Parte de esto tiene que ver con que en el Instituto Patria, como en cualquier otro centro político, se consumen encuestas, y las últimas que estuvo leyendo CFK destacaban el ítem jubilados y el impacto de la crisis de ingresos en ese segmento de la sociedad. A partir de esto es que se mostró satisfecha con el accionar del bloque de UP en Diputados que, aunque proponía algo diferente al proyecto radical, terminó acordando con el resto de las fuerzas lo que le generó al Gobierno un gran dolor de cabeza.
La pregunta es si esa convivencia se puede mantener en el tiempo. “Nosotros queremos acuerdos parlamentarios y ella -por CFK- los apoya. No hay otra manera”, señaló un diputado con acceso al despacho de la ex funcionaria nacional.
En el Patria analizan los pasos de Milei. Aseguran que no lo hacen bajo la premisa de que “está loco”. Cristina Kirchner entiende que eso es bajarle el precio a la discusión e insiste en transmitir preocupación. Lo que sucedió con el reparto de comida y el Ministerio de Capital Humano fue la confirmación de la idea que tiene: en algún momento el relato libertario va a empezar a mostrar grietas. Son más los que entienden que, en el mejor de los casos, fue inoperancia y, en el peor, decisión. Pero en ningún caso es culpa de la herencia kirchnerista.
Con las encuestas sobre el escritorio, el primer acuerdo parlamentario exitoso, y acietada la agenda de encuentros, CFK avanza en “llevar adelante lo que escribió en el documento que publicó en febrero”. En un texto de 36 páginas, la exmandataria había apuntado contra el actual presidente, a quien nombró como un “showman-economista” que llegó a la Casa Rosada y señala que la Argentina está entrando en su “tercer crisis de deuda”.
En ese documento, Fernández de Kirchner señalaba que “el nuevo gobierno sólo ha desplegado un feroz programa de ajuste que actúa como un verdadero plan de desestabilización y que no solo retroalimenta el espiral inflacionario colocando a la sociedad al borde del shock, sino que además provocará irremediablemente el aumento de la desocupación y la desesperación social en una suerte de caos planificado. Es más que evidente que en la cabeza del Presidente el único plan de estabilización es el de la dolarización. No se explican las medidas adoptadas en otro marco teórico”.
A partir de esto es que en las últimas reuniones con los senadores K los instó a buscar acuerdos para lo que entiende es la única salida: rechazar la ley Bases. Algo que parece poco probable.