En su tercer discurso desde el lunes en el contexto de la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez, insistió en sus duras críticas contra el Gobierno, pero esta vez dio señales conciliadoras hacia Javier Milei: sostuvo que “seguimos apostando a una agenda de diálogo” y afirmó que “ninguna fuerza política podrá resolver los problemas estructurales en soledad”.
Los guiños dialoguistas del líder de la UOCRA son importantes porque se dieron en la sesión de la OIT en la que se discutieron los informes del presidente del Consejo de Administración y del director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, ante todos los países miembro de la organización.
En su discurso, Martínez dijo que “en la Argentina los desencuentros de la política han sido negativos para el país” y que “el sinónimo del éxito ha sido culpar al otro y así sucesivamente”. “Hemos degradado la calidad institucional -destacó-. Hoy el mensaje es el mismo la confrontación”.
Allí fue cuando cuestionó que “en el actual gobierno se acumulan demandas impostergables en términos económicos y sociales” y luego enumeró sus críticas: “No promueve políticas de ingresos y de empleo, desfinancia la salud, se despreocupa de la educación y del alimento para nuestros sectores, expuestos a una pobreza que duele bajo fundamentos de un liberalismo extremo; pretende transferir al sector privado el rol del Estado, colisiona con los valores de la justicia social”.
Para el directivo de la CGT, “sin Estado no hay Nación”, tras lo cual reconoció que “el proceso electoral nos dejó una enseñanza que debemos respetar”, ya que “el mensaje del pueblo nos obliga a encontrar caminos diferentes entre los deficientes resultados de los últimos tiempos”. Advirtió a continuación “Nuestro país, con grandes potenciales productivos y económicos, es incompatible con un casi 60% de nuestra población viviendo en la pobreza y la indigencia”, resaltó.
Martínez consideró que “la preocupación por reducir los altos niveles de inflación ha sido una demanda permanente del movimiento sindical” y que “la inflación es el impuesto a la pobreza”. Y agregó: “Nuestro movimiento sindical es heredero de una rica historia que nos hizo ejemplo de progresos y movilidad social ascendente a través del diálogo social tripartito”.
Al reiterar sus ataques al Gobierno, el sindicalista criticó “el intento inconsulto de una reforma laboral regresiva en derechos” al atribuirle que “pretendía algo particularmente inadmisible en esta casa (por la OIT) que es destruir los derechos laborales, sociales y sindicales”. Y dijo que “la respuesta del movimiento sindical fue a través de la justicia, logrando detener la aplicación del capítulo laboral del Decreto de Necesidad y Urgencia, como cualquier intento de disciplinar a la acción sindical”.
Otro fragmento del discurso que tendió puentes hacia el oficialismo fue cuando Martínez consideró que “la política pública necesita de todos los actores políticos y sociales y debe contenernos a todos”. Añadió que “el consenso de la sociedad en torno de bajar la inflación debe ser el resultado del esfuerzo compartido y no del sacrificio exclusivo de los trabajadores y los sectores más golpeados”.
“Como advertimos desde la CGT -puntualizó-, un modelo de desarrollo, producción y trabajo es mucho más que un mero plan antiinflacionario. Le exigimos al Gobierno estabilizar la economía sin desatender la acuciante situación de pobreza y la desigualdad agravada por la profunda recesión, que ya tiene un impacto indiscutible sobre la economía real y el empleo”.
El dirigente de la CGT señaló en otro tramo del discurso que “los trabajadores somos la voz de la demanda” y aclaró: “No somos quienes conducimos las estructuras ni las definiciones de la política, pero somos quienes sufrimos las consecuencias de las malas decisiones”. Por eso, enfatizó, “los trabajadores y las trabajadoras reafirmamos nuestro compromiso y nuestro derecho a participar en el diseño de una sociedad más justa en un futuro esperanzador”.
Al finalizar, Martínez brindó su mensaje más conciliador pese a la pelea que mantiene la CGT con Milei: “Nuestra realidad exige que nadie especule. Ninguna fuerza política podrá resolver los problemas estructurales en soledad. Seguimos apostando a una agenda de diálogo para una Argentina del desarrollo, la producción y el trabajo solidaria, inclusiva, con igualdad de oportunidades”.