La ministra de Relaciones Exteriores de la Nación, Diana Mondino, analizó el presente económico y los desafíos en política exterior de Argentina durante la cena anual del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). “Consumo difícilmente haya en una situación que ha sido muy recesiva y que no se va a recuperar demasiado rápido”, sostuvo la canciller, que fue la principal oradora de la noche. Enfatizó en ese marco la importancia de potenciar el comercio externo como motor para estimular el crecimiento. “Si Argentina no exporta, no tiene ninguna posibilidad de crecer”, señaló.
Mondino se encargó de dar las palabras de cierre de la comida que realizó el CARI para celebrar el 46° aniversario de la institución. Además de la canciller, fueron invitados destacados funcionarios nacionales, entre quienes sobresalió la presencia de Luis Petri, ministro de Defensa, Carlos Torrendell, secretario de Educación, Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, y Rogelio Frigerio, gobernador de Entre Ríos. Además de Francisco de Santibañes, presidente de la entidad y anfitrión del evento.
La jefa de la diplomacia estructuró su discurso en dos partes. Por un lado, se refirió al comercio exterior. Luego, aludió a la diplomacia como llave para facilitar los vínculos comerciales. En ese marco, analizó las variables que componen el Producto Bruto Interno (PBI) y señaló que la salida para el crecimiento macroeconómico está en la política externa. “El PBI está compuesto por varios elementos. Consumo difícilmente haya en una situación que ha sido muy recesiva y que no se va a recuperar demasiado rápido”, sostuvo y continuó: “El gasto público tiene que reducirse. Inversión, en un país que no tiene ahorro, sólo podría ser inversión externa. Por lo tanto, no queda nada más que el sector externo o exportación para poder crecer. Y aunque no fuera el único, sabemos que el comercio es lo mejor que tenemos para el crecimiento y la paz. Los países que comercian entre sí, difícilmente tengan conflicto”.
La canciller fue la figura más destacada en un evento plagado de personalidades de la política, la diplomacia, la academia, y el sector privado. Llegó a un coqueto salón del predio de La Rural, en Palermo, minutos antes de las 21. Junto a sus principales asesores del Palacio San Martín atravesó el largo pasillo de antesala, que funcionó como cocktail de recepción, para ingresar al espacio principal donde estaban distribuidas las mesas redondas para la cena. Allí había montado un escenario con un atril donde hablaron de Santibañes y Mondino, ambos presentados por la destacada periodista Cristina Pérez.
Entre canapés de salmón, palta y empanadas de carne, 480 invitados hacían tiempo en pequeños conciliábulos que agrupaban a invitados de distintas índoles. Había cerca de 30 embajadores presentes y charlas en tantos idiomas como en la Torre de Babel. Petri celebró ante un grupo de legisladores y diplomáticos el operativo que el Ejército argentino ejecutó para entregar los alimentos retenidos en galpones a cargo del Ministerio de Capital Humano. El ruido político en torno a la cartera de Sandra Pettovello fue uno de los temas más codiciados de la noche.
Pero era una comida de diplomáticos. Entre conversaciones de política doméstica se entre mezclaban análisis de política exterior y la situación del sistema internacional. Eduardo Mata Cardozo, embajador de El Salvador en Argentina, comentó ante colegas sobre la reciente visita de Javier Milei a su país, donde se reunió con el presidente reelecto, Nayib Bukele. Eran Nagan, jefe adjunto de la Delegación de la Unión Europea en Buenos Aires, dio pinceladas sobre la previa a las elecciones del Parlamento Europeo. Francisco Paoltroni, senador de La Libertad Avanza, detalló ante un grupo de dirigentes el panorama en la Cámara Alta con la Ley Bases. Así como una ronda de internacionalistas y embajadores comentaba triunfo de Claudia Sheinbaum en México.
Hubo interlocutores para cuanto tema de política interna y global circula por la opinión pública. En el plano doméstico, Torrendell desplegó simpatía y cordialidad ante cada invitado que se acercó a saludarlo. Contó sus prioridades en el Palacio Sarmiento, pero fue cauto ante problemáticas en otras áreas del Gobierno de Milei. Mientras que Federico Pinedo, sherpa argentino del G20, conversó con un grupo de colegas sobre su próximo periplo a Río de Janeiro por las tratativas para organizar esa cumbre de presidentes que se hará en noviembre.
En la comida del think-tank de política exterior hubo cerca de 500 invitados. Las presencias fueron tan variadas como los temas de conversaciones. Desde los embajadores Wang Wei (China), Dinesh Bhatia (India), Romain Nadal (Francia), Hiroshi Yamauchi (Japón), Fabrizio Lucentini (Italia), hasta personalidades de la política local, como Enrique “Coti” Nosiglia, histórico dirigente radical, José Octavio Bordón, ex gobernador de Mendoza, Juan Manuel Abal Medina, ex Jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Argüello, ex embajador argentino en Estados Unidos, Mariano Caucino, embajador argentino en la India; así como también representantes del Poder Judicial, como Alberto Dalla Vía, presidente de la Cámara Nacional Electoral.
Cerca de las 21:30 se dio por cerrado el cocktail y los invitados se sentaron en el salón principal. Francisco de Santibañes rompió el hielo con las palabras de bienvenida, mientras los comensales degustaban un bife extracotto sobre humita con papas Uni y tomates ahumado. “El CARI es un lugar de encuentro en la política argentina”, sostuvo el presidente de la entidad y agregó: “Tratamos de generar consenso, estimular el diálogo pensando en la inserción de Argentina en el mundo”. Además, el académico resaltó la relevancia de “entender las tendencias globales como el crecimiento de Asia, la reaparición de conflictos militares y aparición de Inteligencia Artificial”.
Desde la mesa central escuchaban con atención Mondino, Petri, Frigerio y un grupo de invitados selectos. Además, quienes se sentaron junto a la canciller fueron de Santibañes, Bordón, Marcos Bulgheroni (Pan American Energy Group), Cristina Pérez, Christian Asinelli (CAF), y miembros del CARI como Elsa Kelly y Armelle Dubois.
Tras un break, Mondino ofreció su discurso de cierre. “Esto de los dos micrófonitos me pone nerviosa. Ustedes recordaran. Así que me corro”, bromeó en una alusión implícita a Cristina Fernández de Kirchner. La canciller hizo una intervención en la que soltó dotes de carisma y pragmatismo para sintetizar las prioridades de la agenda exterior del Gobierno.
“En la Cancillería no funcionaba el aire acondicionado ni la ducha y era una mugre entrar en el vestíbulo”, describió Mondino y desafió: “Les ruego que vayan los que no han ido en el último tiempo. Todo funciona. Ahora podemos dedicarnos a trabajar”. La ministra conoce los cruces internacionales que protagonizó Milei con presidentes de una ideología ajena al programa libertario.
Por eso, buscó mostrarse pragmática. “La parte diplomática tiene una importancia fenomenal. Con los países que piensan como nosotros es más fácil llegar a ciertos acuerdos. Con los que no tienen la misma ideología, lo mismo, tenemos que poder hacer transacciones. Lo tenemos que entender lo más rápidamente”, aseguró Mondino y concluyó: “Argentina se cerró durante 70 años y necesitamos abrirla en 70 meses”.
Entre las figuras que participaron del encuentro también estuvieron Xavier Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto, Fulvio Pompeo, secretario General del Gobierno porteño, Roberto García Moritán, ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, Ricardo López Murphy. Los legisladores de La Libertad Avanza Ramiro Marra, Jorge Reta y Sandra Reyes. Los asesores de la Cancillería Marcelo Cima, Federico Barttfeld, Gerry Díaz Bartolomé y Candelaria Álvarez.
Los embajadores Aleksandra Piątkowska (Polonia), Fares Yassir (Marruecos), Torsten Sven Ericsson (Suecia), Julio Glinternick Bitelli (Brasil), Yongsoo Lee (Corea), Karl Dhaene (Bélgica), Halvor Sætre (Noruega), Kirsty Hayes (Reino Unido). En tanto, hubo representantes de empresas como Bagó, AmCham, DirecTV, Equinor, Bodegas Bianchi y Plus Petrol.
En la ocasión, el CARI entregó por primera vez el Premio Embajador Carlos Muñiz a la trayectoria diplomática. El galardón se materializó en una escultura del artista Carlos Benavides en honor al fundador del CARI y del Instituto del Servicio Exterior (ISEN). La persona laureada fue un ejemplo de los valores legados por Muñiz en defensa y promoción de los intereses argentinos en el mundo.
Cabe destacar que el CARI es una organización sin fines de lucro dedicada al estudio y análisis de la política exterior argentina. Reúne a expertos, académicos, diplomáticos y líderes de opinión para fomentar el debate y la reflexión sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta el país en el contexto internacional actual.