Juan Schiaretti no se da por vencido y retoma el sueño que gestó en septiembre del 2018 con Alternativa Federal. Ese espacio que había nacido para enfrentar al kirchnerismo pero que fracasó ante el nacimiento del Frente de Todos, que llevó a la fórmula Alberto Fernández y Cristina Kirchner de regreso al Poder Ejecutivo. Hoy, luego de meses de haber terminado su mandato como gobernador de Córdoba, el dirigente peronista busca revivir ese proyecto de alianzas con el mismo objetivo de ser una opción diferente dentro del PJ, pero con otros condimentos: la necesidad de lograr una lista competitiva para las elecciones legislativas del 2025, donde su provincia pone en juego nueve bancas y tiene a La Libertad Avanza al acecho.
Como adelantó Infobae, en el entorno de Martín Llaryora apuestan a tener a Schiaretti como cabeza de lista para la Cámara de Diputados y hasta consideran imprescindible que cambie de distrito: desean una candidatura en territorio porteño. “Para encarar un proyecto nacional ayudaría que vaya por la Capital Federal”, aseguran en el Panal. Hasta se atreven a ironizar: “Las reuniones las está haciendo en Buenos Aires”.
Se debe a que Schiaretti mantuvo un encuentro con dos de sus aliados en la construcción de una alternativa peronista de centro: Miguel Ángel Pichetto y Florencio Randazzo. El ex ministro de Transporte compartió una foto en sus redes sociales en la que ponderó “la necesidad de construir y defender una Argentina federal que apoye al interior productivo, a la industria y el trabajo. Vamos a seguir aportando para alcanzar ese objetivo y lograr el país próspero que nos merecemos”.
“Juan está trabajando para el 2025 y el 2027. Su objetivo es lograr una opción de centro democrático y la idea es que sea una construcción en todo el país”, describieron cerca de Schiaretti en diálogo con Infobae, quienes -en paralelo- descartan de plano la posibilidad de que encabece una pelea electoral porteña.
La fórmula presidencial que encabezó el entonces gobernador -junto con Randazzo- obtuvo el 6,73% de los votos a nivel nacional, y casi el 29% en Córdoba. Ese piso es altamente deseado por Llaryora ya que, ante un escenario económico complejo, el panorama para la próxima elección legislativa se complejiza.
Históricamente para el peronismo cordobés la pelea por las bancas nacionales es adversa ante la imposibilidad de desdoblar los comicios (como sucede para llegar al Ejecutivo) y la desventaja que encuentra en la disputa con fuerzas nacionales. Para colmo, La Libertad Avanza trabaja a contrarreloj para tener un partido libertario puro en todo el país, que no necesite de otros sellos provinciales. De hecho, hace al menos un mes el Juzgado Federal con competencia electoral habilitó al diputado nacional Gabriel Bornoroni a conformar el partido en Córdoba.
Schiaretti -al igual que otros dirigentes de la oposición- cree que una vez que se resuelva el futuro de la Ley Bases el Gobierno “se quedará sin escudo y deberá mostrar gestión”. Además, duda que el Gobierno pueda llegar a una instancia electoral con resultados concretos o fortalecido, sobre todo en el 2027. “Milei puede llegar a hacer una buena elección de medio término pero para su reelección no”, advierten en su entorno.
Con ese pronóstico, el peronismo cordobés analiza las fichas que quedan en juego: creen que el kirchnerismo está “moribundo” y que ya no representa el cambio de era. Al escenario se suma una fuerte interna y división tanto en el PRO como la UCR. Todos dan por muerto a Juntos por el Cambio a nivel nacional y provincial y, de hecho, el actual gobernador supo sacar provecho al sumar radicales y macristas su Gabinete. Según pudo reconstruir este medio, Llaryora mantiene su terea de sumar el apoyo de dirigentes que supieron ser opositores en los últimos comicios.
Pero para la pelea legislativa del 2025 el actual gobernador necesita de Schiaretti, quien terminó su mandato con un alto nivel de aprobación y buena imagen. Algo que Llaryora aún no puede presumir. De hecho, en el acto que encabezó Milei por el 25 mayo se escucharon insultos y quejas sobre la gestión local. “Eso es como poner al director técnico de Belgrano en la cancha de Talleres”, buscan bajarle el tono en el equipo del mandatario provincial al asegurar que esos gritos no son representativos de un malestar en la provincia.
Schiaretti irá a su tiempo y con sus propias ambiciones a construir ese espacio nacional. Además de la reunión con Pichetto, quien preside el bloque Federal en al Cámara de Diputados que integran los cinco diputados que responden al PJ cordobés, y Randazzo, el exgobernador también mantuvo una charla con el exintendente de La Rioja, Alberto Paredes Urquiza y el exintendente de la ciudad de San Juan, Emilio Baistrocchi.
No sería descabellado imaginar futuras reuniones con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau o Facundo Manes. De hecho, los primeros dos -junto con Gerardo Morales -fueron los que propusieron sumar a Schiaretti a Juntos por el Cambio, idea que hizo tronar a la coalición previo a la PASO y que generó un duro cruce con Patricia Bullrich. Esos dirigentes hoy pregonan la necesidad construir una alternativa de centro que pueda pelearle a Milei y termine de sepultar al kirchnerismo. Sin embargo todos mantienen cautela: falta mucho para el 2025.