Mientras se acomoda en la recién degradada cartera de Interior, Lisandro Catalán se estrenó en sus nuevas funciones esta mañana con un pedido del gobernador más crítico de Javier Milei, Axel Kicillof, que le exigió el traspaso de una autopista por problemas de inseguridad y narcotráfico, y sumó al pedido que les entreguen un millar de obras que están frenadas en el distrito. Estuvo acompañado por su jefe político, Guillermo Francos, recién devenido Jefe de Gabinete, que había pautado el encuentro desde antes de cambiar de rol, aunque ya sabía, al momento de organizarlo, que iría al ministerio coordinador en reemplazo de Nicolás Posse.
El principal emisario de Kicillof fue el titular de la cartera de Seguridad, Javier Alonso, que llegó acompañado por su ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, y el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares. Permanecieron cerca de una hora en la Casa Rosada, en el encuentro que había sido gestado con la intervención de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que además estuvo presente, aunque quiso mantenerlo en secreto.
Después del descenso del Ministerio que conducía Francos y de su traspaso a la órbita de la Jefatura de Gabinete, a Catalán le tocó recibir a Alonso y a dos referentes bonaerenses peronistas que tuvieron el rol de ministro y de intendente durante la gestión de Alberto Fernández. La reunión, aseguraron, se llevó en buenos términos, pero al terminar en la Provincia se mostraron impacientes: “Si no las van a terminar, queremos que nos las pasen. No pueden dejarlas así”, dijeron cerca de Katopodis, sobre la paralización de las 1000 obras nacionales en territorio de la PBA desde que asumió Milei.
En realidad, el cónclave se había gestado por el interés en terminar la Autopista Presidente Perón, que está en marcha en un tramo largo (83 kilómetros, de los cuales funcionan 52), pero le faltan 21 para funcionar, y que además no está iluminada ni señalizada en buena parte del trazo. Kicillof había hecho varios llamados de atención al Gobierno por este tema desde febrero, pero no tuvieron respuesta, y acudieron a Patricia Bullrich porque, dijeron, era prioritario por un tema de seguridad.
La semana pasada, Alonso aprovechó la visita de Bullrich a La Plata por una actividad sobre narcotráfico para insistirle: le dijo que el abandono de la autopista estaba facilitando el tránsito de drogas por los caminos laterales, donde no hay controles, en una reunión en la sede central de la Superintendencia de Institutos de Formación Policial de la Policía bonaerense.
Kicillof había sido alertado, a su vez, por los intendentes de las jurisdicciones que atraviesa la ruta, a quienes había prometido la creación de un “consorcio” para gestionarla y completar las obras pendientes. Carlos Bianco, su jefe de Gabinete, llegó a oficializarlo en conferencia de prensa, pero para concretar cualquier acción concreta necesitan el aval jurídico de la Nación, es decir, quedar habilitados para hacerse cargo.
El traspaso de este tipo de obras entre jurisdicciones, advirtieron en la Casa Rosada, es complejo desde el punto de vista legal y técnico. Además, no se discutió en detalle de dónde saldrían los fondos. En la Nación quedaron en “evaluar” el tema, pero no dieron una respuesta concreta. Aunque desde la Provincia dijeron que el encuentro fue “operativo y productivo”, y que les dijeron que se formarán “equipos técnicos” para abordar la solución del problema. “Nos mostraron disposición para transferir la responsabilidad de la autopista a la provincia”, dijeron.
La reunión, en rigor, estaba pautada desde antes de que Catalán asuma, y todavía no estableció su agenda. De perfil bajo hasta ahora como segundo en el Ministerio político, comenzará probablemente desde la semana que viene a tener mayor exposición. Todavía no está prevista una reunión con todos los gobernaciones para presentarse en su nuevo rol, pero hoy recibió a Raúl Jalil, que al igual que Alonso, proviene de las filas del peronismo. Su impronta, dicen, será dialoguista “con todos”, y está por verse el grado de injerencia que conservará su jefe, Francos, que se encargó de esos vínculos desde diciembre y ahora, como jefe de Gabinete, probablemente empiece a delegar ese tipo de negociaciones.