El líder de la Resistencia Ancestral Mapuche, Facundo Jones Huala podría recuperar la libertad a fines del mes entrante, momento en el que se agota el cumplimiento de la pena que le impuso la Justicia de Chile por el atentado incendiario a un fundo en el sur de ese país y la portación ilegal de armas de elaboración artesanal. Sin embargo, la situación del convicto es un misterio debido a que aún no se le computaron los días en los que permaneció detenido en Argentina, a pesar del pedido del Juez Gustavo Villanueva durante el proceso de extradición.
“No tenemos novedades”, señaló a este medio Gustavo Franquet, uno de los abogados que interviene en la defensa del revolucionario dirigente mapuche. Es decir que, al menos hasta ahora, en Chile aseguran que la libertad del lonko no será en junio, sino recién en 2025.
“La situación está sin resolver”, aseguró en diálogo con Infobae. La diferencia en el cómputo resulta, a prima facie, como una diferencia administrativa. Un cálculo matemático que aún está pendiente del otro lado de la Cordillera, situación que preocupa a los miembros de su comunidad por la inminencia del plazo previsto para que recupere la libertad.
Los pobladores de Villa Mascardi siguen con atención la evolución de la causa. Temen por el arribo del convicto a la región, por los antecedentes de atentados y hechos violentos que se adjudicó la RAM, el grupo que conduce.
La RAM se autoproclama como “brazo político militar” del Movimiento Mapuche Autónomo, que utiliza métodos violentos para lograr la recuperación del territorio de los pueblos originarios y proclama la conformación de la Nación Mapuche.
Jones Huala fue condenado en diciembre de 2018 a nueve años de cárcel por un ataque incendiario realizado en 2013, en Los Ríos (950 kms al sur de Santiago). La Corte de Apelaciones de Temuco lo dejó libre en enero de 2022, pero la Suprema revocó la medida. Sin embargo, cuando debía regresar a prisión, su paradero era incierto.
Se mantuvo en la clandestinidad durante casi un año (11 meses) hasta que fue detenido en El Bolsón. En una comunicación que emitió durante su permanencia en la U14 de Esquel, Jones Huala agradeció a las comunidades mapuches que le dieron cobijo durante ese tiempo.
Se cree que permaneció oculto en las tierras que la comunidad Lafken Winkul Mapu usurpó en Villa Mascardi
El tiempo en el que estuvo prófugo se computa como si hubiese estado en prisión, es decir que es un “gris” que no le genera excedentes a la pena impuesta por la Justicia.
Los abogados confían en que a partir del reclamo, los once meses que estuvo detenido en Argentina serán contemplados en el tiempo de cumplimiento de la pena, aunque en Chile aún no modificaron los plazos.
Antes de ser extraditado, los abogados de Jones Huala intentaron convencer al Juez para que lo autorice a agotar la pena en la prisión Argentina, teniendo en cuenta los pocos meses que restaban para que finalice el tiempo de condena.
Sin embargo el magistrado federal que subroga el Juzgado de Bariloche siguió adelante con el proceso de extradición, tal como lo hacía solicitado la Justicia de Chile que en cuanto fue detenido en El Bolsón expresó su interés de que sea trasladado a ese país para que cumpla el total de la condena allí.
Incluso el envío al país que lo condenó se entorpeció por el estado de salud del convicto, quien forzó una huelga de hambre seca para expresar su desacuerdo con el nuevo proceso.
A diferencia de otras detenciones, esta vez el activista evitó la difusión de mensajes intimidatorios desde prisión. El último que remitió a los medios de comunicación se produjo días después de su captura, en 2023, cuando pidió disculpas a sus seguidores por el modo en el que fue capturado – alcoholizado y vestido de mujer – y fustigó a las comunidades mapuches que desconocían la agrupación que conduce (RAM). “Una falta grave de autodisciplina” reconoció, y admitió que atravesaba problemas con el alcoholismo, la cual se agravó durante la clandestinidad.
Sin embargo no todo fue autocrítica. En ese mensaje reafirmó la intención de continuar pujando por la obtención de reconocimiento territorial y autonomía a través del ejercicio de la violencia, al sostener que “como organización autonomista y revolucionaria mapuche, hemos definido una línea política basada en la confrontación, mediante el sabotaje ….”. Y desafió: “el Estado debe devolver todo o asumir las consecuencias”.
Con un discurso similar, amenazó a las autoridades cuando le concedieron el beneficio de libertad condicional en Chile. “Hay que seguir saboteando a los capitalistas” dijo. Días más tarde la Corte Suprema de ese país revocó la autorización y ordenó su inmediata detención, cuando ya estaba prófugo.