Poco antes de despegar rumbo a los Estados Unidos, el presidente Javier Milei le aceptó la renuncia al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien será reemplazado por el ministro del Interior, Guillermo Francos, una persona de extrema confianza del mandatario nacional y que, a pesar de su nuevo rol, mantendrá las responsabilidades que tenía hasta el momento.
De esta manera, el hasta ahora titular de la cartera política se convertirá en una de las figuras con mayor peso dentro de la administración libertaria y, además, en uno de los funcionarios que más atribuciones tendrá en la historia de la democracia argentina.
“La Jefatura absorberá las competencias del Ministerio del Interior en una Secretaría de Interior, a cargo del Dr. Lisandro Catalán. Francos aportará su profesionalismo, experiencia y capacidad política a la Jefatura de Gabinete”, precisó la Oficina del Presidente.
De esta manera, Francos seguirá estando a cargo, entre otras cuestiones, de la relación con los gobernadores e incluso con los líderes de la oposición en el Congreso, como viene haciendo en el marco de los esfuerzos para que avancen los proyectos de Ley Bases y paquete fiscal.
De hecho, en esta tarea lo venía acompañando Catalán, que pasaría ahora a tener aún más protagonismo, y el secretario ejecutivo de Gobierno, José “Cochi” Rolandi, de ahora un futuro incierto, ya que dependía formalmente de Posse, aunque solía interactuar con Interior.
Fue Francos, por ejemplo, el que recibió en su oficina de la Casa Rosada a los mandatarios de todas las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires, tanto en conjunto como individualmente, y también a varios de los jefes de los bloques “dialoguistas” de la Cámara de Diputados.
La vicepresidenta Victoria Villarruel lo espera este martes en el Senado para encabezar juntos una reunión con los líderes del PRO, de la UCR y de bancadas más pequeñas, con el objetivo de destrabar los proyectos que continúan siendo discutidos en comisiones.
Asimismo, el flamante jefe de Gabinete seguirá teniendo el control de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), los fondos que el Poder Ejecutivo Nacional reparte a discreción a las provincias para financiar obras o asistirlas ante una emergencia, y que por decisión de Milei tiene un control exhaustivo y se transfieren en casos muy específicos.
Por otra parte, si bien no estará directamente dentro de su obra, Francos podría quedar también con vínculos aceitados en el área de inteligencia, a partir de la renuncia del interventor de la Agencia Federal de Inteligencia, Silvestre Sivori, muy cercano a Posse.
El abogado presentó su renuncia al cargo inmediatamente después de que se conociera la salida del jefe de los ministros, que fue quien lo había acercado en 2023 a los equipos técnicos de la Libertad Avanza.
Más allá de su relación personal con Sívori, que incluso motivó ciertos rumores de espionaje a ministros del actual Gobierno que circularon los días previos a su desplazamiento, Posse también forjó lazos con la CIA y hasta se reunió en marzo último en la Casa Rosada con el titular del organismo estadounidense, William J. Burns.
En aquella oportunidad, el encuentro sirvió para establecer una hoja de ruta que permita coordinar esfuerzos entre Argentina y Estados Unidos destinados a reprimir al narcotráfico internacional y a las células terroristas apoyadas por Irán que operan desde la Triple Frontera.
Esa no fue la única vez que Posse y Burns estuvieron juntos, sino que se reunieron en otras dos ocasiones: la primera fue en enero, en Washington, y la segunda, a mediados de abril, cuando visitaron junto con el ministro de Economía, Luis Caputo, las oficinas de la CIA en Langley, en el estado de Virginia.
Con la salida de Sívori de la AFI, ahora el Gobierno deberá encontrar a un reemplazante que podría tener también buena sintonía con el jefe de Gabinete, aunque estrictamente, la agencia de inteligencia se encuentra dentro de la órbita de Presidencia.
Al tener bajo su ala a la Secretaría del Interior de Catalán, Francos mantendrá también la decisión final de varios sectores que ya dependían de él, como la relación con los municipios; las políticas de turismo, deporte y ambiente; la administración de los parques nacionales; el Renaper y la Dirección de Migraciones.
Al mismo tiempo, sumará las responsabilidades de la Jefatura de Gabinete, que además de coordinar el trabajo de todos los Ministerios y de sus funcionarios, se ocupa de la modernización del Estado; de las iniciativas en ciencia y tecnología; de la coordinación legal y administrativa, y de la Secretaría de Relaciones Parlamentarias y con la Sociedad Civil, que encabeza Omar de Marchi.
Asimismo, tiene el manejo de todas las empresas y sociedades del Estado, un área clave en el marco de los objetivos de privatización de la actual gestión; de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE); del Conicet y del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), entre otros organismos descentralizados.
Con todos estas atribuciones, Francos se convertirá, una vez que sea designado formalmente en su nuevo puesto, en uno de los funcionarios con más poder en la historia de la democracia argentina, superando incluso al “Super Ministerio de Economía” que en su momento encabezó Domingo Cavallo durante la gestión de Carlos Menem.
En más de una oportunidad, el propio Milei sostuvo que la primera administración del fallecido presidente riojano fue “la mejor de la historia argentina”, debido a la efectividad que logró el plan de convertibilidad para controlar los precios tras la hiperinflación que se desató durante el mandato de Raúl Alfonsín.