La Ley Bases y el paquete fiscal serán, de mínima, modificados en el Senado y volverán, en segunda revisión, a Diputados. El problema ahora pasa por el temor del Gobierno en cuanto a que los pedidos de cambios, que se acumularon de manera voluminosa en las últimas horas, no sean suficientes en la negociación abierta con la oposición “dialoguista” y se active el peor escenario para La Libertad Avanza en la Cámara alta: más de dos dictámenes y una potencial sesión de extrema complejidad.
Quien tanteó el panorama en las últimas 48 horas fue Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de la secretaria general de Presidencia, Karina Milei. Con la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, corrida de la negociación fina -cometió el crimen de avisarle al Ejecutivo, junto a un discreto y serio equipo de trabajo, que no apurara el debate por falta de votos-, el funcionario convocó a legisladores oficialistas para conocer, de primera mano, la realidad en la Cámara alta.
De los contactos de Menem con senadores -hubo reuniones en la Casa Rosada- salió una premisa: que la eventual firma de los dictámenes sea con las menores disidencias posibles, algo improbable si se consideran las demandas de la oposición y un Gobierno que, si bien acepta el intercambio y dio guiños a favor de retoques, no quiere que le escriban leyes nuevas.
La jornada de ayer dejó una bandeja cargada de temas a repensar sobre las dos leyes. Por caso, la UCR enfocó sus observaciones en el Régimen de Incentivos para grandes Inversiones (RIGI), con el fin de amortiguar un potencial golpe a la industria local; y alertas sobre el blanqueo no sólo por años hacia atrás a considerar, sino también por la desactivación de familiares de funcionarios y el impedimento sobre el ingreso de criptomonedas.
Otro ítem es la polémica por el Monotributo social que se dio en Diputados. Las más de dos horas de encuentro entre los radicales también sirvieron para abrir aún más el grifo y reclamar un tratamiento acelerado por jubilaciones -la Cámara baja puja también por ello- y aumentar gastos para las universidades.
La bolsa de sugerencias se llenó también con los requerimientos que aterrizaron desde el peronismo disidente, que advirtió al Gobierno sobre una reinstauración de Ganancias que pende de un hilo, salvo que una parte del kirchnerismo ayude en una votación en particular, como hicieron un par de legisladores en Diputados.
Durante la jornada de ayer, al menos dos experimentados senadores de la oposición manifestaron su preocupación con la UCR, que en privado desliza que iniciaría el bosquejo de un dictamen por su cuenta si el Gobierno no acepta todas -o gran parte- de sus propuestas.
Si ello ocurriera, dicho embrollo incluiría -al menos- un despacho del oficialismo y otro del kirchnerismo de rechazo pleno, que quedaría en condiciones de ser el de mayoría. Por eso los frenéticos movimientos en las últimas horas desde la Casa Rosada y de funcionarios como José Rolandi -segundo de jefatura de Gabinete-, a quien se lo volvió a ver por la tarde en el Senado.
Mientras tanto, hay gobernadores que piden a sus legisladores quedarse de brazos cruzados -y labios con pegamento- para que no se vislumbre ninguna postura. La discusión en comisiones se dilata por la extensión de las exposiciones y continuará mañana, donde pocos avizoran una firma de dictámenes. Ni hablar del recinto, donde hay fuerzas que necesitan responder a mandatarios provinciales pero suplican no avalar cuestiones difíciles de tragar, como las facultades delegadas.
“Si ya se va evalúa posponer el Pacto de Mayo, trabajemos bien esto y a fin de mes o inicios de junio votemos las leyes consensuadas”, expresó un senador a Infobae antes que el plenario de comisiones pasara a un cuarto intermedio. Hoy dará su primer informe el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y serán horas clave en la Cámara alta. Al funcionario se le quiere conocer la voz, aunque muchas cosas podrían ocurrir afuera del recinto.