La Peña Juan Bautista Alberdi, que preside Ricardo Romano, retomó sus tradicionales encuentros con la presencia de la economista Marina Dal Poggetto y del ex gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey.
Unos cien invitados se dieron cita en el Centro de Criadores de Caballos de Carrera en el barrio norte de la capital federal el jueves 9 de mayo para la primera cena de la Peña Juan Bautista Alberdi en esta nueva etapa.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del presidente de la Peña, Ricardo Romano, quien abogó por “un nuevo empeño conceptual para que la dirigencia no renuncie a pensar y la Argentina pueda conversar, porque sin la unidad política del país no hay logro alguno que se pueda alcanzar”.
La mesa principal estaba presidida por Urtubey, Dal Poggetto, Romano, Verónica Llambí, Pilar Paz, Graciela Camaño y Carlos Hourbeight. Entre los presentes, se encontraba Teresa Gonzalez Fernández, la ex gobernadora de Tierra del Fuego Rosana Bertone y el vicepresidente de Pan American Energy, Rodolfo Díaz.
Entre los oradores hubo coincidencia en tomar distancia tanto de la administración anterior como de la actual y en la necesidad del diálogo y del acuerdo para superar los continuos vaivenes en la política y la economía.
“Venimos de una administración que en nombre del estatismo destruyó el Estado y estamos frente a una nueva administración que quiere instituir esa destrucción del Estado en nombre de la libertad”, dijo Romano, en su breve alocución de presentación. También se preguntó qué clase de liberales son quienes desconocen la obra de la generación del 80 y en particular la de Roca, de quien destacó la obra educativa. Además señaló que, debido a la “impunidad oral” y a la “impericia” en materia diplomática, Argentina corre “el riesgo de convertirse en un tercer campo”, es decir, escenario de una disputa entre potencias.
“Debemos crear un nuevo estatus político que coloque al Estado y al mercado en la situación más armónica posible para facilitar el desarrollo de la sociedad civil”, señaló, a modo de presentación de Marina dal Poggetto, que fue la primera expositora de la velada.
“La economía sin política no sirve”, señaló la reconocida economista: “Ningún plan de ajuste en la historia política contemporánea funcionó de no ser en el contexto de un plan integral económico y social”, agregó.
Puso el ejemplo de la convertibilidad, que “fue eficaz al principio y terminó siendo letal al final”. “Las necesidades políticas de corto plazo terminan siendo letales para la política económica, sostuvo. “Se fuerza el corto plazo y se sacrifica el largo plazo”, amplió.
“Hay 3 cosas que considero indispensables: orden de precios relativos, cerrar las cuentas fiscales y pensar cómo se distribuyen los costos del ajuste”, explicó y agregó que “el mundo lo que exige es un triángulo donde estén armónicamente presentes la macroeconomía, la microeconomía y la gobernabilidad”. “Mi triángulo: Programa macro, programa micro y gobernabilidad”, sintetizó.
“El gobierno debe aumentar la productividad sistémica -dijo-. No hay forma de tener un programa macro sin un programa microeconómico que tenga eje en la productividad”.
Advirtió que “no se puede hacer un ajuste fiscal hundiendo más a los jubilados”. Criticó el RIGI, Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, al que definió como “un esquema de jubileo” y señaló que “desde el punto de vista macroeconómico es un problema dar más exenciones tributarias”.
También señaló que “en nuestra historia, cada gobierno que viene rompe el contrato del anterior y corroe lo bueno, aunque sea poco, hecho por su predecesor”. “En la política económica pasamos de un extremo al otro -amplió-, y no hay una mirada profunda de cómo se distribuyen los costos del ajuste”.
“Milei sostiene la gobernabilidad porque no hay nada del otro lado”, dijo.
Contó que conversa “con todos los actores de la vida institucional, políticos, empresarios, medios, etcétera, y no observo mirada de corto, mediano y largo plazo”. Instó en consecuencia a “construir algo distinto; esto es un péndulo y no puedo suponer que se va a acomodar solo”.
Luego fue el turno de Juan Manuel Urtubey, quien empezó invocando la frase de Alberdi, que es el lema de la Peña, y que se encontraba impresa junto al plato de cada comensal: “No dé usted por muerta a la República Argentina, Dios es grande y el hombre inagotable”.
“Pienso en los grandes hombres que hicieron grande a la Patria, y me lleva a esta reflexión: qué penoso fue vivir en la Argentina en los últimos 20 años, qué hemos hecho nosotros para merecer esto, pero es claro que por acción u omisión somos responsables de lo que nos pasa”
“Las últimas décadas anidaron el presente actual”, concluyó, e invocó “un acuerdo político para reconstruir un contrato social quebrado”.
También señaló que “la representación, el sistema, se aleja de quienes proveen bienes y servicios”.
En cuanto a Javier Milei consideró que “el pueblo quiso romper todo y encontró un candidato que rompe todo”. “Estamos ante un proyecto político al que le va muy bien, mientras al pueblo argentino le va muy mal”, dijo, Y agregó: “Al gobierno le interesa más acelerar las pasiones que si a la gente le va bien, porque piensa que es atractiva la desmesura y que ese es su principal activo político”.
“Todas las cosas que uno hace terminan siendo marginales cuando hay una cultura que destruye nuestra Nación”, advirtió.
Abogó por que las instituciones en el país sean “más importantes que los hombres”. “La Argentina fue un país vibrante desde la inmigración hasta Perón” dijo y convocó a tomar conciencia del significado de la Argentina en el mundo, la Nación que dio un Papa, un Maradona, un Messi…
Por último llamó a dar “la batalla cultural” contra los dos regímenes: el anterior y el presente.
“Dar la batalla con una intensidad tal que te queme el alma”, concluyó.