Tras sus discursos de las últimas dos semanas, Cristina Kirchner volvió a aparecer en la escena pública por tercera vez para recibir en el Instituto Patria al Grupo de Curas en Opción Preferencial por los Pobres. Se trata de una agrupación con la que tiene un vínculo muy cercano, y a la que había elegido para que la acompañara el año pasado, en el Senado de la Nación, para hablar por primera vez luego del intento de asesinato que sufrió en la puerta de su departamento en Recoleta.
Ese grupo de religiosos, que incluye a sacerdotes militantes, como Juan Carlos Molina, Eduardo de la Serna y Francisco “Paco” Oliveira, es muy crítico del impacto social de las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. Junto con ellos, la ex mandataria denunció que a “diario no mandan a los comedores dinero para comprar alimentos” y que la “gente come una o dos veces por día”.
“Yo escucho todo el tiempo en los medios y también entre los compañeros. ¿Cómo puede ser posible que con este estado de situación haya gente que apoya estas cosas? Y yo quiero - no traerles tranquilidad, pero sí información- que después, cuando vino el golpe, después de todo lo que pasó después de la muerte de Mujica, después de la muerte del Pelado Angelelli, hubo un tiempo en que la Argentina que era tremenda la violencia y, sin embargo, amplios sectores de la sociedad la ignoraban o decían cosas peores ‘algo habrán hecho’, ‘por algo se lo llevaron’”.
El motivo oficial del acto fue la la entronización de una imagen de la Virgen de Luján en el edificio partidario que tomó como sede principal de sus operaciones políticas la ex presidenta.
Además, mañana se cumplen 50 años del asesinato del padre Carlos Mugica, y en los últimos días hubo distintas expresiones callejeras y en iglesias. Por ejemplo, frente a la Catedral Metropolitana hubo una muestra con carteles y banderas esta semana.
En otra parte de su discurso, Fernández de Kirchner expresó: “Lo peor que nos puede pasar es agachar la cabeza ante lo que está pasando, ahí sí estaremos vencidos”. “Quiero decirles a todos y a todas que tenemos que seguir trabajando muy fuerte. En todos los frentes, en las universidades, en los barrios, en las iglesias. Necesitamos además sacerdotes que hagan lo que hacía Carlos. Que salía a la calle a hablar, a organizar, a interpelar”, reclamó.
Cristina Fernández de Kirchner había hablado por primera vez en público y en vivo desde el inicio del gobierno de Javier Milei hace dos semanas, en Quilmes, junto a la intendenta Mayra Mendoza. Ese día lanzó fuertes críticas a la administración libertaria y algunos mensajes en clave de interna para pedir que sus dirigentes dejen de pelearse, incluidos su hijo Máximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof junto a Andrés “Cuervo” Larroque.
Además, le había exigido a Milei “dar un golpe de timón a estas políticas”. “Eso de que el mercado no tiene fallas... ¿Qué pasó con las prepagas? Dio marcha atrás y no resolvió nada”, lanzó. “Lo vamos a ayudar, si quieren convertir a la Argentina de nuevo donde se lleven las riquezas y eliminar la clase media, me voy a pintar de avatares y me pinto de celeste. De colonia otra vez nosotros no”, advirtió.
Después, la ex presidenta encabezó un homenaje a Eva Perón en un nuevo aniversario de su nacimiento con la inauguración -también en el Instituto Patria- de un “Salón de las Mujeres del Bicentenario”. El acto en sí mismo fue una crítica a Milei, que a través de su hermana, Karina Milei, le cambió el nombre al Salón de las Mujeres de la Casa Rosada por el de Salón de los Próceres y descolgó todos los cuadros de personajes históricos de género femenino para reemplazarlos por figuras masculinas.