En un nuevo, contundente gesto hacia PRO, cuyas gestiones fueron decisivas para que el oficialismo lograra la media sanción de la ley Bases la semana pasada, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, convocó por segundo día consecutivo al presidente del bloque de PRO en Diputados, Cristian Ritondo, y sumó a cinco legisladores de esa bancada; al jefe de bloque de LLA, Gabriel Bornoroni; y al titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda, el también libertario José Luis Espert.
La mano derecha de Javier Milei busca abroquelar a la principal partido aliado de cara al complicado escenario que se configurará después de que se termine de debatir el proyecto Ómnibus en el Congreso, cuando la desmembrada bancada de Hacemos y el sector más crítico de la UCR posiblemente endurezcan sus posturas. Además, la hermana del Presidente intentó asegurarse de que sus asociados sostengan el respaldo a la ley Bases en caso de que retorne a Diputados, un escenario que consideran factible después de dos jornadas de debate en el plenario de comisiones del Senado.
Karina Milei estaba junto su principal asesor político, Eduardo “Lule” Menem, muy cercano a su primo, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Y al encuentro se sumó, a diferencia de lo que ocurrió ayer, el ministro del Interior, Guillermo Francos, aunque sólo estuvo durante algunos minutos. La charla empezó a las 11 y se prolongó durante una hora y media, y al salir, Ritondo reveló en el Patio de las Palmeras, acompañado por los diputados de su órbita que lo acompañaron -Silvia Lospennato, Silvana Giudici, Damián Arabia, Martín Maquieyra y Hernán Lombardi- que buscaron acordar las bases de un trabajo legislativo en conjunto, una vez que se haya terminado la discusión por la ley Bases.
El PRO venía pidiendo una retribución a cambio del fuerte respaldo legislativo que le brindaron desde el comienzo de la gestión. Mauricio Macri sugirió en varias ocasiones al Presidente y sus asesores que podía aportar cuadros técnicos, para empezar a ocupar lugares de peso en el Ejecutivo y los ministerios y, en consecuencia, ganar espacios de poder en el Gobierno. Pero Milei apenas incorporó algunos funcionarios que responden al ex mandatario, en segundas y terceras líneas. Y hoy mostró que decidió que la especie de compensación se concrete en el Parlamento. Nuevamente, decidió priorizar a Ritondo, a quien también había recibido a almorzar, hace algunos meses.
El PRO tiene una serie de medidas pendientes en la agenda legislativa, y Karina Milei se comprometió con sus socios a ayudar a que esas propuestas salgan en Diputados como señal de reconocimiento de la determinante ayuda que le dieron a la ley Bases en la primera fase de la discusión parlamentaria. Incluyen la Boleta Única, el voto para los argentinos en el exterior, la ficha limpia, y varias iniciativas sobre temas de seguridad que, además, coinciden con el paquete que giró la ministra de ese área, Patricia Bullrich (por ejemplo, la baja de la edad de imputabilidad). Los proyectos no se aglutinarán en un único paquete, pero serán priorizadas en la próxima fase parlamentaria, después del Pacto de Mayo, con ayuda del presidente de la Cámara, Martín Menem.
Las reuniones de ayer con Ritondo, y de hoy con él y Bornoroni y Espert fueron una primera aproximación hacia un eventual interbloque entre PRO y LLA, aunque no hubo definiciones en ese sentido. De hecho, Ritondo dijo que seguirán trabajando en sintonía, pero como espacios separados formalmente. Hasta ahora el oficialismo resistió esa movida, al punto de que el ex presidente del bloque libertario, Oscar Zago, que había bregado por esa fórmula política en el Parlamento, salió expulsado de su rol a instancias, justamente, de Karina Milei.
Aunque brevemente, también hablaron de la posibilidad de que el proyecto de ley Bases sufra pedidos de cambios en el Senado, donde empezó a debatirse anteayer. Lo cual implicaría que sea reenviada, para su revisión, a la Cámara de origen. Los diputados le dijeron a la Secretaria General que sostendrán el apoyo para que la ley sea aprobada finalmente en Diputados, y que respetarán los eventuales cambios que haya acordado imprimirle el oficialismo en el Senado.
La comunidad de intereses entre ambas fuerzas se sostiene prácticamente desde el inicio de la administración libertaria. Pero el Gobierno decidió materializar un gesto más contundente hacia sus principales colaboradores al vislumbrar, de cara al segundo semestre, un escenario más complicado en el Congreso. Después del Pacto de Mayo, el jefe de Estado tiene planeado impulsar otras 3000 medidas, y las otras fuerzas que lo ayudaron a avanzar con Bases ya avisaron que profundizarán sus condicionamientos. Además, avanzarán con fuerza para mejorar el presupuesto universitario y la movilidad jubilatoria.
Ritondo se mostró decidido a ayudar a LLA y deslizó que, si se pide más presupuesto para distintas áreas, “primero debería decirse de dónde sacan los fondos”. “Se llama limitación presupuestaria”, agregó Lospennato para reafirmar el mensaje. Al igual que su jefe de bloque, había sido elogiada por Milei la semana pasada. Hoy esos reconocimientos se transformaron en promesas más concretas, como pedían, aunque el Gobierno se reserva cualquier tipo de alianza formal para más adelante, según su propia conveniencia.