El Gobierno enfrentará esta semana varios días de conflictos con los sindicatos más importantes del país, con paros y un movilización de la CGT incluidos, en medio de la expectativa de que comience a sentirse una recuperación de la actividad económica y del salario, proceso que aseguran que “ya está en marcha”, mientras comienza el debate por la Ley Bases en el Senado.
Con el presidente Javier Milei de viaje en los Estados Unidos, donde participará de una conferencia global de inversores que organiza el Instituto Milken, en la que defenderá su plan de gestión ante algunos de los empresarios más poderosos del mundo, en la Argentina los gremios comenzarán con diferentes protestas en rechazo a las reformas que propone el oficialismo.
Por un lado, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) realizará este lunes una serie de asambleas entre las 8 y las 11 de la mañana que, según aseguraron, afectará los vuelos en 24 aeropuertos de todo el país, que podrían sufrir cancelaciones o suspensiones.
“El programa de ajuste del Gobierno golpea fuerte a la aviación comercial y pone en riesgo el sector. Quieren privatizar hasta nuestro cielo y dejar a los trabajadores en disponibilidad, y no lo podemos permitir. Al intento de tercerizar funciones de la ANAC, se le suma el congelamiento salarial. Si se cancelan vuelos, no será responsabilidad de los trabajadores”, sostuvo Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE.
Esa medida se engloba en una serie de cese de actividades previstas para ese mismo día por parte de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y que también perjudicará el normal funcionamiento de los servicios terrestres, portuarios y marítimos.
Estas protestas serán la antesala del paro general que llevará adelante la CGT el próximo jueves, que el Gobierno reconoce que no se va a poder desactivar, a pesar de los múltiples contactos que ambos sectores mantuvieron en el último tiempo.
De hecho, hace algunas semanas los líderes de la central obrera, acompañados por Hugo Moyano, visitaron al ministro del Interior, Guillermo Francos, en Casa Rosada para conversar sobre la Ley Bases y, sobre todo, la reforma laboral.
En aquel encuentro estuvo también el asesor presidencial Santiago Caputo, una de las figuras más influyentes dentro del Gobierno, quien les agradeció la reunión y les anticipó que se iba a quitar de la iniciativa parlamentaria los artículos vinculados con la modificación de las cuotas solidarias, que afectaba directamente a los gremios.
“Queremos aclarar que no hemos discutido ni negociado ningún proyecto, ni dictamen, ni media sanción que ocurrió en la Cámara de Diputado. Además, queremos ratificar, en nombre de los más de 300 mil compañeros que se movilizaron, que esta CGT no va a resignar un ápice de los derechos conquistados”, sostuvo Héctor Daer, en su discurso inicial durante el acto por el Día del Trabajador.
Así las cosas, la central obrera realizaría el jueves su segundo paro general contra la administración de Milei: el primero lo llevó adelante el 24 de enero pasado, tan solo 45 días después de la asunción del libertario y, aunque se preveía multitudinario, en aquella oportunidad tuvo poco acatamiento.
“Unas 40 mil personas fue lo que vimos en la calle. Para nosotros transcurrió tal como lo habíamos previsto. Un día prácticamente normal, la movilización duró aproximadamente tres horas, el transporte funcionó con normalidad hasta las 19 horas, y la vida de los locales comerciales ha sido prácticamente normal”, señaló el vocero presidencial, Manuel Adorni, después de esa protesta.
Por su parte, ya en Los Ángeles, Milei continuó informando a través de su cuenta de X los datos más recientes de algunos medios de comunicación y organismos privados que dan cuenta de una fuerte desaceleración inflacionaria que se seguiría viendo en el análisis de abril, que terminaría con un índice de un dígito.
En este sentido, el Presidente compartió un gráfico de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que indica que ventas minoristas, en la comparación mensual desestacionalizada, repuntaron un 1,6 por ciento.
Además, mediante esta misma red social, volvió a defender su plan económico y a apuntar contra quienes insisten con la idea de que existe un atraso cambiario: “Si Argentina tiene una presión fiscal formal agobiante, una infraestructura deficiente y mercados poco abiertos que dificultan la competencia, lo que nos hace caro en dólares, ¿les parece justo pedir devaluación para licuar los salarios en dólares y así aumentar la pobreza? Acaso, ¿no sería mejor ir por reformas estructurales que nos permita ser competitivos sin castigar al salario real? ¿No les alcanza con casi 90 años de una receta inválida?”, preguntó.
De acuerdo con lo que precisaron fuentes cercanas al mandatario, en el Gobierno sostiene que “ya comenzó a pasar” la recuperación de la economía, aunque remarcan que “es un proceso lento” y reconocen que por el momento no se puede hablar de una recomposición de los salarios, aunque aseguran que el proceso “está en marcha”.
En este sentido, las autoridades nacionales destacan que “ya empezó” el camino de mejoramiento del poder adquisitivo y como ejemplo marcan lo que ocurrió en marzo, mes en el que la inflación fue de poco más del 11%, mientras que los salarios registrados en marzo aumentaron 13,1 por ciento.
En este marco, luego del largo camino que recorrió el proyecto y que derivó en un texto que tuvo el suficiente consenso como para ser aprobado en la Cámara de Diputados, el Gobierno encara ahora las negociaciones por la Ley Bases en el Senado, donde el contexto es más adverso para el oficialismo.
Como precisó este medio, las reformas impulsadas por el Poder Ejecutivo comenzarán a ser tratadas en las correspondientes comisiones el martes próximo y el objetivo es que para el jueves ya haya dictamen, la misma fecha para la que está previsto el paro y la movilización de la CGT.