(Desde Washington, Estados Unidos) Javier Milei vuela mañana a Los Ángeles para describir su programa de Gobierno y su mirada sobre el mundo en la conferencia global del Instituto Milken, un foro conservador con muchísima influencia en la costa oeste de los Estados Unidos.
Además de su discurso como orador principal, Milei podría tener encuentros con el CEO de SpaceX, Elon Musk y Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Con Musk sería la continuación del diálogo que mantuvo en Austin, adonde hubo sintonía perfecto respecto a la economía, las finanzas y la tecnología.
Milei usará el avión oficial que compró Alberto Fernández antes de concluir su mandato, tras la recomendación de Patricia Bullrich de elevar los niveles de protección del Presidente. El jefe de Estado hace una defensa cerrada sobre el derecho de israel de exterminar a Hamas en Gaza, y la ministra de Seguridad recomendó que se evitaran los vuelos comerciales frente a la crisis de Medio Oriente.
Nicolás Posse, jefe de Gabinete; Luis Caputo, ministro de Economía; Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y Gerardo Werthein, embajador en Estados Unidos, integran la delegación oficial. Está previsto que la gira presidencial tenga una extensión aproximada de 60 horas, pero Milei ha demostrado que su agenda en el exterior puede sufrir cambios inesperados.
En la tarde del seis de mayo, Milei describirá en Los Ángeles su programa de Gobierno y su mirada geopolítica del mundo. El presidente cerrará una jornada que ya habrá tenido las disertaciones de Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI; Illan Goldfjan, titular del BID; Chris Dodd, asesor especial de Joe Biden para América Latina, y Mohammed El-Kuwaiz, Presidente de la Junta Directiva del Mercado de Capitales de Arabia Saudita.
Como siempre sucede en las giras presidenciales, Milei tiene agenda propia y acotada. En este caso podría ser Musk e Infantino, mientras que el tándem Posse-Caputo se dedicarían a los inversores extranjeros que participan de la convención global y a la directora gerente Georgieva, que aún es reluctante a empujar un desembolso extra del FMI para abrir el cepo cambiario.
La convocatoria del Instituto Milken para la convención global tiene como leit motiv “dar forma a un futuro compartido”, y su exposición de motivos refleja la actual situación del tablero internacional: “Hoy nos enfrentamos a cuestiones críticas, desde una geopolítica peligrosa, pasando por la crisis climática y las complejidades de la inteligencia artificial, adonde hay que examinar su potencial y su impacto en los trabajadores, las empresas y los mercados globales”.
En este contexto, Milei insistirá con la perspectiva ideológica que ya adelantó en los discursos que pronunció en Davos, la Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC) y la Universidad Internacional de Florida (FIU). El Presidente critica la intervención del Estado para resolver las fallas de mercado, soslaya a la clase política como nexo obvio con la sociedad y hace una defensa a ultranza de la Escuela Austríaca.
“El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta”, argumentó Milei en Davos.
“La economía neoclásica de fallos de mercado es funcional al avance del estatismo y cómo ello destruye el crecimiento económico, poniendo un freno a las mejoras en el bienestar y la lucha contra la pobreza”, añadió el mandatario en la CPAC.
Y completó su perspectiva con esta frase -casi de arrabal- que improvisó durante su conferencia en la Universidad de Florida: “Soy un cisne negro; llegué porque hubo una triple carambola”, dijo Milei después de cuestionar a Antonio Gramsci, Benito Mussolini, Adolfo Hitler, John Maynard Keynes y Joseph Stiglitz.
Si no hay cambios en la agenda presidencial, Milei regresa el 7 de mayo.