Miguel Ángel Pichetto fue uno de los protagonistas decisivos para que el gobierno de Javier Milei pudiera celebrar la media sanción en Diputados de la Ley Bases. Negoció en partidas simultáneas y consiguió que todos cedieran algo. Entre la Casa Rosada, los gobernadores, sindicalistas y empresarios, hilvanó acuerdos frágiles, que terminaron en nada al primer intento, allá por febrero, y se tradujeron en media sanción, hace pocos días, cuando se consumía el mes de abril. El proceso fue desgastante: de enero a mayo, su bloque pasó de 23 a 16 bancas. Se llamaban Hacemos Coalición Federal, pero con la ruptura de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, deberá definir nombre nuevo.
Pichetto habló con Infobae sobre los últimos acontecimientos, la “rosca política” previa al debate que empezó el pasado lunes y terminó 25 horas después. En la charla, el diputado le pide a Milei que profundice el diálogo y los acuerdos, que evite las descalificaciones y reconstruya un vínculo institucional que le permita convertir al Congreso Nacional más que en una colina a conquistar y doblegar, en una instancia de negociación para sacar las leyes que necesita para implementar su plan de gobierno.
“No quiero reconocimientos, pero tampoco agresiones. Siempre trabajé para la gobernabilidad”, aseguró Pichetto, al hablar sobre el mensaje que publicó la cuenta oficial de la Oficina del Presidente en X, que reconoció el trabajo que hizo él y Cristian Ritondo (PRO) y Rodrigo De Loredo (UCR), los jefes de las tres bancadas que aportaron los votos decisivos para que el proyecto sea aprobado.
En la entrevista, el presidente del bloque insistió con la necesidad de que el Gobierno se esfuerce en establecer un diálogo y una relación razonable para poder avanzar en sus principales medidas, sobre todo porque “tiene minoría en las dos Cámaras y requiere de construcción de mayorías para poder sacar las leyes”. Durante la charla aparecen opiniones críticas sobre el asesor sin cartera, Federico Sturzenegger, sobre funcionarios que plantearon medidas imposibles de pasar el tamiz parlamentario ni un mínimo control de constitucionalidad.
Pichetto fue uno de los que osciló entre el mundo de la política, los sectores de la agroindustria, la energía y los gremios para moderar desde el universo a aplicar el Impuesto a las Ganancias como de las escalas, o suavizar una reforma laboral que el ex Techint, Julio Cordero, pretendió ser extra large. Defendió los aspectos centrales del régimen de promoción de grandes inversiones -conocido como RIGI- aunque marcó diferencias; y habló de la impactante inclusión del capítulo del Tabaco, que obligará al zar de los cigarrillos, Pablo Otero, a pagar más impuestos.
Más allá del reconocimiento explícito, tanto personal como político, a Elisa Carrió, lamentó el portazo que dio y su decisión de salir del bloque y retomar su identidad. De todas maneras, admitió que puede ser una oportunidad para crecer o tratar de incorporar a más sectores del “panperonismo”, que carecen de un liderazgo convocante, pero que no están dispuestos a alinearse con el kirchnerismo.
La entrevista a Miguel Ángel Pichetto
-¿Qué perspectiva tiene sobre el debate que empezará la semana que viene en el Senado?
Lo primero que hay que decir es que el Gobierno tiene que reconciliarse con el Congreso, con el Senado y dejar de hacer ataques. Como por ejemplo, no impugnar la temática salarial, sobre todo cuando se sabe que los directores de YPF se dieron un aumento para cobrar 77.000 dólares por mes. Eso es más de lo que cobran ejecutivos de empresas americanas en Texas. Estamos en la Argentina, que no puede, que no hay plata, ¿cómo ocurrió eso en una compañía que tiene mayoría estatal sin que nadie diga nada?
Lo que planteo es que el presidente Milei debe tener un diálogo razonable. En el debate en la Cámara de Diputados que terminó con la media sanción de la Ley Bases, los ministros que trabajaron bien fueron Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, más con un perfil bajo, y José Rolandi, que aprendió a conocer el Congreso. Hay que ser conscientes de que el Gobierno tiene que conciliar en Diputados con 257 personas y en el Senado con 72. Es el arte complejo de la política.
-La artesanía de los acuerdos políticos.
Exacto. El arte de los acuerdos, no de las agresiones; el arte del diálogo, el arte de poner las cosas en el mejor punto posible para que salgan, para que se aprueben. No todo lo que yo quiero. Y mucho menos un gobierno que tiene minoría en ambas cámaras. El Gobierno tiene que dialogar. Dialogar no significa entrega, no significa ninguna cuestión espuria, dialogar es propio del Congreso.
El otro tema es que el Senado tiene que volver a recuperar la mayoría que tuvo al momento que se constituyeron las comisiones y la elección del presidente provisional. Tuvo 39 votos. Si dialogan y reconstruyen esa mayoría, sobre una ley que ha ido con mucho trabajo previo, razonable, me parece que pueden estar.
-¿Y si hay alguna modificación?
Tampoco dramatizo mucho, te digo la verdad, Facundo. Si viene con alguna modificación, la Cámara de Diputados se tendrá que abocar al tratamiento única y exclusivamente de lo modificado por el Senado. No va a volver a discutir la ley in totum. Es importante esto: si el Senado modifica uno o dos artículos, en la Cámara se tiene que discutir sobre esos dos artículos, no sobre toda la ley. A Diputados le queda o ratificar la posición del Senado o ratificar la previa con dos tercios.
-¿El Gobierno no tendría que forzar a que la ley salga sin tocarse?
El primero que tiene que desdramatizar es el Gobierno. Este es el procedimiento parlamentario, así funcionan el Congreso americano y las grandes democracias en el mundo. Si de la Cámara de Senadores la ley sale entera, sin modificaciones, mejor para el Gobierno. Pero si viene con alguna modificación, no hay que dramatizar. La Cámara se abocará a los temas que el Senado haya tocado -y que tiene derecho a tocarlo porque es una Cámara independiente- y se volverá a aprobar. Además lo que hay que entender es que la Cámara de Senadores representa a las provincias y los diputados, al pueblo.
-Es fundamental esa distinción porque atienden objetivos e intereses distintos.
Por eso aparece la cuestión de las provincias patagónicas, que tiene que ver con Ganancias, con la actividad petrolera, minera, con trabajadores que tienen muy buena remuneración. También hay un interés de los gobernadores que no se dice, que es la necesidad de recursos. Si querés plata para tu provincia, para tener previsibilidad fiscal hay que sincerar el debate. Salvo Rogelio Frigerio (Entre Ríos), no recuerdo otro gobernador que haya apoyado la reversión de Ganancias, cuando en realidad todos necesitan mejorar la cuestión fiscal en las provincias. Aunque Ganancias recaude menos que el Impuesto PAÍS, reponerlo es el camino posible.
-¿Quiere decir que hay gobernadores que se esconden?
Hay gobernadores que miran la bandera y, mientras tanto, el Congreso paga el precio junto con el presidente Milei para aprobar la ley que vuelve a poner el Impuesto a las Ganancias. Y está todo bien, estas son las reglas de juego. Hace mucho que estoy en el Congreso. Siempre ha sido así, aunque en general los gobernadores jugaron bien, porque mandaron a sus diputados a votar. Esto lo debo destacar. Martín Llaryora (Córdoba) jugó muy bien y sus diputados votaron, Frigerio también, la mayoría.
-¿Qué piensa de que el presidente Milei haya reconocido y agradecido su apoyo y compromiso para que Diputados apruebe la Ley Bases?
Lo importante no es el reconocimiento en un tuit, sino el hecho de que la relación con el Congreso sea una relación de respeto mutuo. Tener un marco razonable donde se pueda avanzar en la sanción de las leyes que el Gobierno necesita. Eso es lo que lo que dije en el cierre del debate. Encontrar un diálogo con el Poder Ejecutivo inteligente, responsable. No quiero reconocimiento, pero tampoco quiero agresiones. Este es el espíritu que tengo y siempre trabajé para la gobernabilidad. En la anterior ley me cuestionaron algunos periodistas, pero no es importante esto.