El interbloque del Frente de Todos en el Senado, que comanda el formoseño José Mayans, comenzará en las próximas horas a activar la estrategia de rechazo a la disminuida Ley Ómnibus y al paquete fiscal, en medio de dos fuertes internas en pleno corazón cristinista. Una, por la votación del martes en Diputados, con diferencias en artículos sensibles; y la segunda, por las críticas a una legisladora camporista que rompió el pacto tras el polémico aumento de dietas de la Cámara alta del mes pasado.
La pintura del maratónico cónclave en Diputados dejó dos heridas aún frescas en Unión por la Patria -se llaman diferentes entre Cámaras- y apuntan a la postura de legisladores catamarqueños, distrito que maneja el gobernador Raúl Jalil. Según el caso, hubo abstenciones y apoyos a dos puntos de la Ley Bases: la reinstauración del Impuesto a las Ganancias y el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). A esto debe agregarse la cuestión de los impuestos al tabaco, que generó fuertes controversias en la Cámara baja y un sector de la oposición finalmente logró incorporarlo al texto.
Si bien un potencial espejo no puede trasladarse de manual al Senado, esto generó alertas en el interbloque de Mayans y fue centro de comentarios de algunos despachos en la Cámara alta, donde se aparecen fatigas por el método de decisión entre pocos y movimientos que se entera la bancada a último momento. No es que no puedan opinar: en la mayoría de las ocasiones, no lo hacen por el temor que aún tienen varios al Instituto Patria. De allí la imposibilidad de salir del estancamiento post derrota y la nula autocrítica sobre agosto, octubre y noviembre de 2023.
Por caso, en la última sesión que se concretó en el recinto del Senado, el kirchnerismo había llegado al encuentro con libertad de acción para votar a los embajadores políticos de Javier Milei. Durante el encuentro, todos acompañaron los pliegos del Gobierno libertario para no mostrarse divididos. Pasó algo desapercibido, pero las sugerencias de algunos legisladores dieron vuelta la proclama inicial del interbloque. Siempre, sobre el final del día, aparecen las promocionadas ventas de supuestas señales enviadas desde afuera de la Cámara alta.
La bancada también arrastra la decisión de haberse abstenido el 13 de diciembre pasado para votar autoridades y repartirse las comisiones, que quedaron en manos del oficialismo y de la oposición anti kirchnerista. Esto representó un golpe a Mayans que, por lo bajo, celebró ese día que la presidencia provisional del Senado quedara en el puntano Bartolomé Abdala y no en el formoseño Francisco Paoltroni, que puja por dinamitar la reelección indefinida en dicho distrito. En febrero, las mismas autoridades se ratificaron y, allí, el kirchnerismo acompañó.
Todo este embrollo -lógico en el peronismo, tras una derrota en las urnas- fue apaciguado semanas atrás, cuando se rechazó en la Cámara alta el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desregula la economía. No obstante, después vino el polémico aumento de dietas. En esa ocasión, el Frente de Todos fue una de las únicas fuerzas que mostró disciplina partidaria y respetó el acuerdo que tenían casi todos los bloques, más allá de las volteretas posteriores e hipocresía a granel.
En los últimos días, este panorama cambió. La segunda del interbloque, la camporista Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), deslizó a través de su entorno y en medios provinciales que donaría parte de su dieta a escuelas, lo que generó furia en varios compañeros de la bancada que preside Mayans. Incluso, entre los más adheridos a la visión kirchnerista. “Resulta que vamos al recinto a poner la cara, con una suba que a algunos nos parecía exagerada y que nos enteramos con poca anticipación, nos comemos los sopapos durante días al regresar al territorio y después, para limpiar culpas, aparecen colegas que van a donar parte de la dieta. Muy peronista todo”, resumieron desde un despacho del Frente de Todos a Infobae.
Será interesante ver, desde mañana, las pisadas del interbloque y las reflexiones que realizarán ex gobernadores que, en la actualidad, son senadores -Sergio Uñac, Lucía Corpacci, Juan Manzur, Alicia Kirchner y Claudia Ledesma Abdala de Zamora- y saben lo que es tener un distrito ahogado de fondos. En el Frente de Todos tienen más que claro que en el Congreso pueden despotricar contra Milei, pero, al regresar, perciben la misma furia sobre las administraciones locales por la situación económica. En los últimos largos años, esto no fue así. Todavía, los mandatarios no le encuentran explicación. Y de ahí las posibilidades del oficialismo, que tiene una delicada definición de ambas iniciativas en la Cámara alta.