Finalmente La Libertad Avanza logró imponerse por primera vez desde que asumió el gobierno y en el día de ayer obtuvo la aprobación en general y en particular el proyecto de Ley Bases, en su segunda versión, así como también el llamado Paquete Fiscal que contiene una reforma impositiva.
Ahora las leyes deberán transitar el Senado de la Nación donde el escenario es más complejo. Unión por la Patria detenta un número que lo deja al borde del quórum propio y algunos de los artículos de las leyes -como privatizaciones, régimen de incentivo para grandes inversiones y Ganancias- corren riesgo de ser modificados y que las leyes tengan que volver a Diputados.
Sin embargo, y más allá de lo que suceda en la Cámara Alta, Diputados empieza a partir de mañana un nuevo proceso en donde la correlación de fuerzas mostrará ciertos cambios.
“Los discursos son de la oposición y las leyes son del oficialismo” reza una de las máximas más importantes del Congreso. Por eso, cada vez que los oficialistas van al recinto es porque tienen los votos necesarios para que sea un trámite y no haya final abierto. Esto es algo que Martín Menem y el bloque libertario aprendió por las malas.
Pero el triunfo al que accedió La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados con el acompañamiento de los bloques del PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y MPN podría ser el último que lo muestra con tanta holgura, por lo menos, en el corto plazo.
“El tratamiento con ellos -por los miembros de LLA- fue muy complejo y poco confiable. Trabajamos mucho para que tengan la ley y las herramientas que pedían, ahora es otra historia. Ahora las conversaciones van a ser diferentes y empieza un nuevo proceso”, explicó a Infobae un diputado de HCF.
La paciencia de los bloques denominados dialoguista se agotó con el tratamiento de estas leyes y ahora buscan tener vuelo propio y empezar a despegarse del oficialismo. “No somos el oficialismo blue” dijo un legislador radical. “Ahora va a ser ley por ley y ahí se verá si aprendieron con esto o siguen de la misma manera. Ya no se pueden comportar como chicos caprichosos, ya lo de la casta no funciona en la negociación”, agregó.
Esto es algo que se viene planteando desde hace tiempo dentro de los bloques. Mucho más teniendo en cuenta que, a pesar de los apoyos que le brindaron en las votaciones el resto de los dialoguistas, el oficialismo no aceptó ningún tipo de modificación a la hora del tratamiento y votación de la Ley Bases y de la reforma impositiva.
Además, ya hubo fracturas en los bloques y algunas que, aunque no quedan dudas, todavía no salieron totalmente a la luz.
Por el lado del bloque de Hacemos Coalición Federal en la previa a que comenzara el debate la líder de ese espacio, Elisa “lilita” Carrió, anunciaba que sus legisladores dejaban ese espacio y volvían, después de muchos años, a tener un bloque propio. Así, los 6 diputados de la CC se retirarán de HCF y seguirán con su bloque propio por desacuerdos en cómo se negoció con el oficialismo.
Una fractura menos visible es la de la UCR. En el bloque donde hoy conviven 34 legisladores la ruptura es cada vez más palpable y ya hay tres sub bloques. Por un lado, está el sector que conduce Rodrigo de Loredo, por el otro el que tiene como líder a Facundo Manes y el tercero el de Evoluciòn, cuyo líder, desde el Senado, es Martín Lousteau.
De Loredo suelde refeirse a las reuniones de bloque como el “locódromo”, y esto se debe a que los diputados de Evolución plantean una estrategia totalmente diferente a la que propone el presidente del bloque y los de Manes “lo ghostean, no responden, no sabe qué van a hacer, cómo van a votar”.
En otro momento la salida hubiera sido la ruptura del bloque pero el problema es que quienes podrían avanzar en esa línea son los 14 legisladores de Evolución, y eso significaría que el propio presidente de la UCR -Lousteau- avale la ruptura, algo en principio imposible. “El presidente del partido no puede mandar a romper el bloque”, explicaba un radical.
La opción que algunos vislumbran es la de un cambio de autoridades en el bloque. Sin embargo se enfrentan a la disyuntiva de que esa carta nunca se jugó en desde la vuelta de la democracia. “Siempre se espera a que se cumplan los dos años para cambiar las autoridades, pero hay muchos con ganas”, señaló una diputada de Evolución. Un punto de inflexión puede ser si en Evolución entienden que el “clima de la calle” cambia y se avanza en la derogación del DNU, algo que Lousteau ya dejó claro que quiere cuando votó en esa línea en el Senado.
Por el lado del PRO ahora se enfrenta a un nuevo dilema. El presidente del bloque, Cristian Ritondo, se mostró bastante tranquilo en las negociaciones y en las sesiones, sin embargo, muchos de los referentes del bloque festejaron la aprobación de varios capítulos y las leyes como si fuera Mauricio Macri quien estuviera sentado en el Sillón de Rivadavia. “Son el oficialismo blue”, le dicen los más benigno. “Son la segunda marca” lo menos empáticos con el rol que tomó el bloque amarillo.
Ritondo ahora buscará despegarse y también repite a quien lo quiera escuchar que llegó el momento de “ley por ley” con el oficialismo.
Mientras los diputados de LLA se retiraban del recinto en medio de risas y abrazos con la sensación del trabajo realizado, los más experimentados en los corridos palaciegos los miraban con desconfianza. En muchos legisladores sobrevuela la idea de que ahora los libertarios se encargarán de “bloquear” cualquier idea de avanzar con leyes.
“Con la delegación y el DNU van a cerrar el Congreso. Van a frenar cualquier iniciativa porque ahora tienen el poder para hacerlo. Estamos sin presupuesto por lo que tienen mucho margen para las partidas y ahora este escenario de facultades delegadas le deja el escenario listo a Milei para que en muchas decisiones no pase por el Congreso”, señaló a Infobae un radical preocupado.
En LLA niegan que vayan a cerrar el Palacio Legislativo y se rien de esos dichos. Mientras tanto, luego de una sesión de más de 30 horas en donde el oficialismo con solo 38 diputados mostró un piso de 134 votos a la hora de votar cada uno de los capítulos de la Ley Bases, los legisladores libertarios se mostraban resueltos y seguros de que, con el apoyo de las espadas del PRO desde lo reglamentario, hoy cuenta con masa crítica suficiente para crecer.