Mientras Javier Milei se mostraba prescindente tuiteando sobre marcas de zapatillas, de a poco, esta tarde distintos ministros empezaron emitir algunas frases de celebración sobre el avance que logró el oficialismo esta tarde en la Cámara de Diputados para la ley Bases después de dos meses de negociaciones con los aliados de la UCR, PRO, Hacemos, Innovación y algunos partidos provinciales. Reinaba la cautela de cara al debate en el Senado, donde el PJ es más fuerte y donde el Gobierno vislumbra un panorama más complicado que en Diputados.
Con la media sanción, la prueba de fuego estará en las comisiones, que empezarían a reunirse a partir de la semana que viene, y luego en el recinto. Los libertarios están expectantes sobre las posiciones de los gobernadores díscolos que, sin embargo, dejaron abierta la puerta a la posibilidad de respaldarlos. Miran con especial atención a Alberto Weretilneck, de Río Negro; a Gerardo Zamora, de Santiago del Estero; a Claudio Vidal, de Santa Cruz, y a Hugo Passalacqua, de Misiones.
El caso del santiagueño, histórico cacique K, es el más llamativo. El ministro del interior viajó a su capital para pedirle acompañamiento, hace dos semanas, y si bien hubo sintonía, en la Casa Rosada creen que se fue prácticamente con las manos vacías. Sin embargo, guardan ciertas esperanzas en la posibilidad de que ordene que no asista o se abstenga a alguno de los tres senadores que le responden.
Es que los números están muy apretados en la próxima instancia legislativa, y están dispuestos a apelar a cualquier herramienta. Los armadores del Gobierno necesitan que el kirchnerismo y el PJ, que reúnen 33 votos, no alcancen los 37 que les alcanzarían para rechazar el proyecto. Y rezan para que no se le cambie “una sola coma”, porque significaría que la batería fundacional de medidas regrese a Diputados y la discusión se extienda más allá de la fecha que fijó Milei para el Pacto de Mayo, el 25 de ese mes. “Con que quedemos 36 a 36 y desempate Victoria, estamos satisfechos”, se resignaron en Balcarce 50.
El punto de las modificaciones es clave. Hay varios artículos que sostienen una amplia polémica, principalmente el capítulo que grava al tabaco, que el Gobierno había incluido inicialmente pero luego excluyó para evitar que se “empiojara” el debate, y que una parte de la UCR y la Coalición Cívica lograron reincorporar este mediodía con una votación sobre tablas. También despierta sospechas en el oficialismo la actitud que tomarán los indecisos sobre la reforma laboral, incluso después de las concesiones que hicieron los libertarios -especialmente el artículo sobre la cuota sindical- para ganar el visto bueno de la CGT.
Esta mañana, mientras se definía el éxito de la ley Bases en Diputados, la Casa Rosada estaba prácticamente vacía y envuelta en un funcionamiento atípico. Javier Milei, que los martes normalmente normalmente trabaja desde Balcarce 50, permanecía en Olivos sin agenda prevista para el resto de la jornada; el vocero presidencial, Manuel Adorni, suspendió su conferencia de prensa habitual hasta nuevo aviso, y lo mismo ocurrió con la reunión de Gabinete, que se celebra cada segundo y cuarto día hábil. Todos los altos funcionarios del gobierno libertario estaban a la expectativa de la votación en general y, después, en particular de los capítulos del paquete fundacional y del pacto fiscal.
Todas las suspensiones de las actividades oficiales se realizaron sobre la hora y la actividad del Gobierno quedó sujeta por completo al resultado de la votación. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el ministro del Interior, Guillermo Francos; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el asesor Eduardo “Lule” Menem, que habitan a diario la Casa Rosada, se apostaron desde la media mañana en los palcos del recinto para presenciar de primera mano el devenir de la extensa sesión después de una larga madrugada. Con expresiones faciales inmutables, escucharon las quejas de la diputada de izquierda, Myriam Bregman, los intentos para poner orden del presidente de la Cámara, Martín Menem, vieron los gestos de descontento en la bancada kirchnerista y cómo la libertaria Marcela Pagano, que no había estado al inicio de la sesión para dar quórum, finalmente apareció para levantar la mano.
Milei, en cambio, permanecía en la quinta presidencial, y en su entorno deslizaron que probablemente no estuviera viendo el debate y la votación. “No creemos que esté siguiendo ese espectáculo patético de algunos diputados”, lanzó un funcionario. Sin embargo, el primer mandatario estaba, al menos, viendo repercusiones y videos en la red social X, desde donde replicaba fragmentos de los discursos libertarios, aunque sin opinar en primera persona. Sólo publicó un tuit de su puño y letra, respondiendo a la consulta de un usuario sobre la marca de zapatillas que usa. Una forma de mostrar que no le da tanta relevancia a las discusiones políticas y, de alguna forma, menospreciarlas.
A pesar de que logró la aprobación en general, el oficialismo obtuvo dos votos menos en comparación con los números de febrero, cuando se desarrolló la primera, fallida etapa del proyecto Bases. Y si bien lograron aprobar la privatización de las empresas públicas que estaban listadas -previa poda de la lista inicial- y las facultades delegadas para el jefe de Estado, se imponía un clima de cautela en el Gobierno.
A pesar de que la votación estaba encaminada, en la sede nacional se cuidaban de no cantar victoria antes de tiempo. Y, mientras la aprobación de los capítulos del pacto fiscal se extendía, Adorni no convocaba a la conferencia que había frenado temprano por la mañana. En tanto, Francos, que había dejado la escena legislativa para asistir a una reunión a las 11, regresó al Congreso unas horas después para seguir monitoreándola de primera mano. Entre los ministros más destacados, sólo el titular de Economía, Luis Caputo, salió a festejar. “Gracias a todos los legisladores propios y ajenos que con responsabilidad, dieron media sanción a una ley que es tan importante para los argentinos”, dijo en X,
La segunda versión del proyecto se había aprobado dos horas antes, a las 9, con 142 votos afirmativos y 106 en contra. Como esperaban, tuvieron apoyo mayoritario de los bloques dialoguistas: el PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, a los que se sumó el Movimiento Popular Neuquino. En tanto, votaron en contra el bloque de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, el Partido Socialista, y la cordobesa Natalia de la Sota. Mientras que los radicales disidentes Facundo Manes, Fernando Carbajal, Marcela Coli y Pablo Juliano se abstuvieron, al igual que Mónica Frade de la CC.