Luego del acto que encabezó la dos veces presidenta, Cristina Kirchner, el sábado pasado en Quilmes, en La Cámpora interpretan que la discusión interna quedó saldada y que el mensaje de la dirigente fue claro: “Qué quiero pedirles hoy, esta tarde, a dirigentes, militantes, vecinos, ciudadanos, compatriotas? Hay que estudiar, hay que formarse, hay que salir a discutir estas cosas, no pelotudeces, estas cosas que son las que le interesan a la gente, que son las que le cambian la vida a la gente”, planteó. De ahí hacia adelante, lo que sigue, advierten en la organización que conduce Máximo Kirchner, es enfrentar la política de Javier Milei.
Sin embargo, hay también una lectura en clave interna y atada al contexto de la discusión que plantearon hacia afuera algunos dirigentes del peronismo, que vienen cuestionando públicamente el modo de construcción política de La Cámpora. En la organización reconocen que están apuntados y contestan con gestualidades. El sábado en Quilmes se exhibieron con sutileza en la logística propia del acto. Una gran bandera desplegada en la tribuna “Nada sin Cristina”, por ejemplo, fue parte de esa ambientación.
La vicepresidenta orbitó por dos frecuencias. Por un lado, optó por confrontar directamente con Milei -hablándole también a una porción del electorado que probablemente haya votado al presidente, luego haber apostado en 2019 por un peronismo que al llegar el 2023 no logró resolverle los problemas económicos que arrastraba-. Por el otro, exploró con cautela el barro internista de las últimas semanas. No en vano la acompañaron en el escenario desde el que saludó a la militancia la intendenta Mayra Mendoza; el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner y el senador nacional Eduardo Wado de Pedro.
En La Cámpora ponen en valor la presencia de varios intendentes del peronismo que se mueven con cierta autonomía en la discusión interna, como pueden ser Mariano Cascallares (Almirante Brown), Federico Achával (Pilar) o Nicolás Mantegazza (San Vicente), por mencionar algunos. Y puntualmente destacan que el sábado haya estado Fernando Espinoza de La Matanza. Según pudo saber Infobae, en la previa se “trabajó” con orfebrería en algunas invitaciones que terminaron con la aceptación del convite en cuestión.
Antes de que empezara el acto, se compuso una foto con Cristina Kirchner y todos los intendentes bonaerenses que se hicieron presentes en el acto. En esa imagen, si bien aparece la vicegobernadora, Verónica Magario, no está el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. La explicación fue que, a ese momento, aún no había llegado al Microestadio Néstor Kirchner; estaba en viaje.
Sin embargo, pese al reconocimiento de los intendentes al liderazgo de Cristina, dentro de La Cámpora aún reina hay cierta inquietud por los próximos movimientos que puedan llegar a dar los intendentes Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi (Avellaneda). Ninguno de los dos se hicieron presentes en Quilmes. De una fidelidad kirchnerista en el pasado reciente, ambos organizaron el último sábado sus propios actos que fueron cerrados por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. “Son extrañas esas ausencias, pueden estar disconformes pero no era un acto de Máximo, era un acto de Cristina”, evalúan en el entorno de la familia Kirchner.
En tanto, como dio cuenta este medio, el mandatario bonaerense aún admite la jefatura de CFK, pero trata de esquivar la discusión interna. El lunes post acto y mientras empezaba a discutirse el proyecto de la Ley Bases, dio una entrevista en Radio 10 en la que no hizo referencia alguna a la interna. Del acto en sí, ratificó el concepto de Cristina Kirchner sobre el “modelo neocolonialista” que propone Milei.
El sábado, algunos intendentes hablaban de una reunión en el mediano plazo del PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner, para dar una muestra de unidad. Otros de una eventual recorrida de Kirchner por algunos puntos de la provincia a modo de partido itinerante. Lo concreto, admitió alguien de trato habitual con el presidente del partido, es que los movimientos que vaya a dar están atados también a la coyuntura política del momento; tal como lo hizo la vicepresidenta.
Quien sigue explicando las diferencias internas y admitiendo errores programáticos del peronismo -que en parte desencadenó la victoria electoral de Milei- es el ministro del Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque. El funcionario es uno de los que articula una mesa política que busca darle volumen propio a la figura de Kicillof. Ya alejado de la conducción de La Cámpora desde aproximadamente dos años, Larroque escoltó a Kicillof durante el acto en Quilmes. Consultado por Infobae por los planteos de la ex presidenta hacia la dirigencia contestó: “Trabajo todos los días y me ocupo de la situación social del 40% de la Argentina desde el rol que me toca”.
Luego de la reaparición pública de CFK dio varias entrevistas. En declaraciones a Radio Continental dijo sobre La Cámpora: “Es la organización que fundé, en la cual puse mi vida. Néstor decía que no hay que enamorarse de los instrumentos. Siempre entendí a La Cámpora como un proceso dinamizador del peronismo y no como un tapón y me parece que esa discusión claramente la perdí. La estructura terminó muy encorsetada y es una pena”. También dijo que “el 99,9% de los militantes de La Cámpora son excelentes militantes, pero en las dinámicas de debate capaz no se ve reflejado todo ese potencial que puede tener una organización”.
Con todo, en La Cámpora dejan correr que la discusión interna no tiene sentido y que la ex presidenta lo dejó en claro. Sin embargo, miran qué pasa con los eslabones de la cadena que quedaron sueltos. Léase parte de la mesa política de Kicillof.