La vicegobernadora de Mendoza, Hebe Casado, se refirió en las últimas horas al conflicto por el recorte en las universidades públicas y causó controversia con sus declaraciones al asegurar que hay carreras universitarias que son hobbies y que financiarlas significa derrochar dinero.
Fue en una entrevista con el programa Séptimo Día, que se transmite por el Canal 7 local, donde, quien integra el Poder Ejecutivo de la provincia junto a Alfredo Cornejo, dio su opinión acerca de la problemática que provocó una masiva marcha en todo el país en defensa de la educación pública, la cual se llevó a cabo el pasado martes.
En este sentido, la dirigente identificada con el PRO se expresó en contra de continuar sosteniendo ciertos planes de estudio que ofrecen las universidades nacionales ya que se siente “estafada” al hacerlo. “Si estoy financiando algo que sé que no va a tener salida laboral, ¿cómo lo voy a seguir financiando? Es un despilfarro, es una estafa”, sentenció al respecto.
La Vicegobernadora sostuvo que este es un punto que hay que rever de cara a la discusión por el recorte presupuestario y rápidamente buscó la complicidad del periodista. “Hay que reverlo. Vos tenés que estar de acuerdo conmigo en que eso hay que reverlo”, le dijo al entrevistador. Luego sintetizó su idea con una polémica comparación: “Hay carreras que son hobbies y carreras que son salidas laborales”.
Su declaración provocó una reacción de sorpresa en el conductor, quien puso el ejemplo de las ofertas académicas que posee la Universidad Nacional de Cuyo, de Mendoza, y le preguntó cuáles son las que, según ella, serían un pasatiempos. Hebe Casado le respondió: “La verdad que no sabría decirte en exactitud, pero hay carreras que están muy bien catalogadas en la Universidad Nacional Cuyo, en las que todos los que ingresan, egresan. Un ejemplo es medicina”.
Según explicó la dirigente mendocina, para ella la discusión sobre los presupuestos de las instituciones públicas tienen que centrarse en responder a qué se destinan los fondos y verificar que estos estén siendo utilizados para sostener aquellas carreras que estén alineadas con las profesiones que demanda el país en este momento. Sin embargo, no especificó de cuáles se trata ni mencionó aquellas no entrarían en esta categoría.
Horas antes de la protesta universitaria, que se realizó en el centro porteño pero también se replicó en diferentes ciudades de todo el país, la dirigente mendocina había expresado su postura sobre la convocatoria. En un mensaje en sus redes sociales, indicó: “Nadie discute la educación pública, cuidemos que los recursos vayan donde corresponde. La marcha hoy es política”.
La Marcha Universitaria Federal eclipsó la agenda informativa y política en la última semana. El reclamo por la falta de recursos para las 36 universidades nacionales puso el grito en el cielo y sacudió al Gobierno de Javier Milei. Fue una movilización masiva, de cerca de 800.000 personas -según cálculos de la Universidad de Buenos Aires- que logró transversalidad y unió múltiples sectores del sistema universitario, el sindicalismo, la sociedad civil y la oposición política detrás de una consigna difícil de impugnar: “En defensa de la universidad pública”.
La etiología del reclamo la originó la decisión del Poder Ejecutivo de prorrogar el Presupuesto del 2023. Con una inflación que orbita el 270% interanual, y que acumula cerca de 60% en el primer cuatrimestre de 2024, los fondos para las universidades públicas se licuaron. Las autoridades de las casas de estudio más prestigiosas del país iniciaron una disputa contra Balcarce 50 para exigir una actualización de las partidas. No obstante, Milei adoptó una postura confrontativa y evitó ceder. Esa actitud dio espacio para germinar la multitudinaria marcha.