El Presidente Javier Milei avanza con su giro en política exterior que alineó a Argentina con Estados Unidos, Israel, el G7 y una parte de la Unión Europea. Una parte central de ese cambio está en la decisión de ejecutar una “modernización” de las Fuerzas Armadas como requisito para lograr el ingreso del país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en calidad de “socio global”. Luis Petri, ministro de Defensa, estuvo en Bruselas esta semana donde presentó la carta de intención que expresa la solicitud de la Casa Rosada para incorporarse a la alianza militar más poderosa del mundo.
La OTAN es un sistema de defensa colectiva que representa los intereses geopolíticos de las potencias occidentales y tiene como némesis a Rusia e Irán. Así como también a China por la inserción global del país comunista en asuntos estratégicos que pueden representar una amenaza para Estados miembro.
La alianza defensiva tiene actualmente 32 integrantes permanentes, además de nueve “socios globales”. Colombia es el único estado de la región con esa cualidad. Se trata de países que no se ubican en la geografía del atlántico norte, pero ingresaron como aliados bajo ese estatus. Para alcanzar ese rótulo, Argentina debe atravesar un proceso que puede durar entre tres y cuatro años.
Para comenzar el camino, Petri dio el puntapié en Bruselas. Formalizó la entrega de la carta de intención con la solicitud y del Programa Mínimo Viable, por el cual Argentina manifestó que está dispuesta a contribuir con la OTAN. El ministro estuvo acompañado por Juan Battaleme, secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa y su asesor clave en política exterior, y por el brigadier Xavier Julián Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina.
Milei tiene la voluntad de trabajar en la modernización doctrinaria y material de las fuerzas. Conoce que a través de la OTAN podrá obtener insumos, logística y adiestramiento. El proceso ya está en marcha y Petri trabaja en ese sentido desde el 10 de diciembre.
El ministro de Defensa se reunió el jueves con Mircea Geoană, secretario General Adjunto de la OTAN, a quien le presentó la carta de intención de Argentina. En un encuentro en Bruselas, sede del organismo internacional, dialogaron acerca de los desafíos en seguridad y defensa de Europa y América Latina. El alto funcionario de la alianza militar le agradeció a Petri el “apoyo” a Ucrania en asistencia humanitaria, como alimentos y medicinas.
En otro gesto del alineamiento geopolítico con las potencias occidentales, Balcarce 50 respalda a Kiev en la guerra contra Rusia. El Gobierno argentino vio con buenos ojos la decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que aprobó ayer un paquete de ayuda a Ucrania por 61.000 millones de dólares. La OTAN celebró esa medida a través de un comunicado de Jens Stoltenberg, su secretario general.
En paralelo al acercamiento a la alianza militar del atlántico norte, Milei profundiza su alineamiento con Washington DC. Ese vínculo también se ve reflejado en materia defensiva. El mismo día que Petri estaba reunido con representantes de la OTAN en Bruselas, la Casa Blanca oficializó el envío de financiamiento para Argentina.
“Estados Unidos se enorgullece de anunciar que está otorgando a Argentina 40 millones de dólares en Financiamiento Militar Extranjero (FMF) para apoyar la modernización de la defensa”, informó Marc Stanley, embajador norteamericano en Buenos Aires, mediante un comunicado que difundió a través de su cuenta de X. El FMF es un subsidio de asistencia en seguridad que Washington reserva para “socios importantes”.
Ese dinero se destinará a financiar la adquisición de las 24 aeronaves F-16 que Argentina le compró a Dinamarca. Durante su gira europea de esta semana, Petri también estuvo en Copenhague para firmar el contrato por los cazas norteamericanos. “El gobierno de EE.UU. está trabajando estrechamente con nuestros socios argentinos para fortalecer aún más la seguridad de Argentina y la asociación de defensa entre ambos países bajo el estandarte del programa F-16″, concluyó la misiva que difundió el embajador estadounidense.
En idéntico sentido, la OTAN difundió un comunicado el mismo jueves en el que celebró la intención de Buenos Aires de asociarse al organismo. “Argentina desempeña un papel importante en América Latina y agradezco la solicitud de hoy de explorar la posibilidad de convertirse en socio de la OTAN”, expresó Mircea Geoană en su cuenta de X.
Washington y la alianza militar consideran una amenaza a sus intereses geopolíticos la presencia de las bases que China tiene en la Patagonia. Y contribuyen con Argentina para disuadir el avance de Beijing en un punto del globo terráqueo que funciona como puerta de acceso a la Antártida y control del estrecho de Magallanes, paso estratégico para el comercio internacional.
Además de los F-16, el Ministro de Defensa viajó a Noruega el viernes con motivo de intentar destrabar la compra de cuatro aviones noruegos que había iniciado la administración de Alberto Fernández. Se trata de aeronaves P-3 Orion que se utilizan para la videovigilancia marítima.
Durante una reunión en Oslo con Anne Marie Aanerud, secretaria de Estado de Defensa noruega, el funcionario llegó a un acuerdo para negociar plazos en la compra de los P-3 y destrabó la habilitación del equipamiento de los aviones. Además, manifestó el interés de Milei en profundizar los vínculos con Noruega en temas marítimos.
El proceso para ser “socio global” de OTAN
Quien también valoró la voluntad de la Casa Rosada fue Javier Colomina, subsecretario general adjunto para Asuntos Políticos y Política de Seguridad de la OTAN, con quien mantuvo otro encuentro con el ministro argentino durante su estadía en Bruselas. Durante las reuniones en Bélgica, los directivos de la alianza militar valoraron el apoyo de Argentina a Ucrania, y dialogaron sobre interés común en temas de seguridad marítima y cibernética.
Según supo Infobae, Geoană y Colomina se comprometieron a que sea “expeditivo” el proceso de aprobación de la solicitud de Argentina como “socio global”. Los pasos a seguir consisten en que el Comité Adjunto de la OTAN evaluará la carta y el Programa Mínimo Viable que envió el Gobierno. Luego, se requiere el consenso de los 32 estados miembros.
Por orden de Milei, Petri se mueve en ese sentido para alcanzar apoyos internacionales. Lo hace en articulación con Diana Mondino, canciller de Argentina. Ya cuentan con la venia de Washington, que es el miembro más poderoso de la OTAN.
Milei inició las gestiones a la OTAN el mes pasado. El 21 de marzo se desarrolló en Bruselas la Cumbre de Energía Nuclear, organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que preside el diplomático argentino Rafael Grossi. Argentina envió como su representante a al secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo. Se trata de un funcionario tan relevante como perfil bajo que orbita en torno a Nicolás Posse, jefe de Gabinete de la Nación. En ese viaje, la Casa Rosada hizo saber a la OTAN sobre la voluntad política de adoptar el estatus de “socio global”.
Durante la presidencia de Carlos Menem, Argentina había logrado en 1997 ser “aliado extra-OTAN”. Una categoría que le permitió al Gobierno tener una oficina en Bruselas y recibir instrucciones y equipamiento bélico. El ex presidente riojano intentó profundizar ese estatus, pero no lo logró. Durante el kirchnerismo, tanto Néstor como Cristina Fernández de Kirchner adoptaron un giro de política exterior que distanció a Balcarce 50 de Washington y sus aliados.
Milei pretende ahora exhumar la alianza con un salto de status. La cualidad de “socio global” le permitirá a la Argentina profundizar sus aptitudes defensivas, acceder a equipamiento para las Fuerzas Armadas, tener adiestramiento militar y obtener información de utilidad para los movimientos geopolíticos.
El equilibrio de poder en el sistema internacional tembló el fin de semana. El ataque con 200 misiles, drones y 60 toneladas de explosivos que aplicó Irán contra Israel escaló el conflicto en Medio Oriente y encendió alarmas a nivel global. Es en este mismo contexto en el que Argentina ejecuta un giro en política exterior, con un nuevo horizonte de alianzas estratégicas.
En plena tensión internacional por el ataque de Teherán a Israel, la OTAN repudió el bombardeo aplicado por el régimen de los ayataola. Lo hizo a través de su portavoz, Farah Dakhlallah: “Condenamos la escalada por parte de Irán, hacemos un llamado a la moderación y estamos siguiendo de cerca los acontecimientos. Es vital que el conflicto en el Medio Oriente no se salga de control”.
Idéntica actitud adoptaron los países del G7. Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Japón y Reino Unido condenaron el ataque de la potencia persa. Son todas naciones, a excepción del país asiático, que integran la OTAN.
Entre el 13 y el 15 de junio se llevará adelante la cumbre de presidentes de ese foro de potencias. Se espera que la situación en Medio Oriente sea uno de los temas centrales del cónclave. Milei fue invitado a participar de la reunión del G7 por Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, país que ejerce la Presidencia Pro Tempore de ese bloque internacional.
Si bien aún no oficializó su asistencia, el Presidente conoce que la participación en ese foro le dará la oportunidad para reforzar la búsqueda de consensos para consolidar el acceso a la OTAN.