El pasado martes, el Gobierno nacional confirmó la compra de 24 aviones F-16 Fighting Falcon, de los cuales 16 son monoplaza (A-M) y 8 son biplaza (B-M) que servirán como un refuerzo del sistema de defensa aérea en nuestro país. Las unidades fueron adquiridas a Dinamarca, siendo el ministro de Defensa, Luis Petri, quien viajó a Copenhague para la rúbrica del contrato, mientras que el presidente, Javier Milei, participó por videoconferencia desde Buenos Aires.
Poco después de esta adquisición, en las últimas horas, la revista estadounidense The National Interest, publicó un informe sobre las virtudes de las aeronaves que ampliarán la flota de la Fuerza Aérea de la República Argentina.
“El F-16 ha demostrado su adaptabilidad y eficacia en diversas funciones de combate, especialmente durante la Operación Tormenta del Desierto”, aclara en la introducción, la publicación de la revista internacional.
“Fue diseñado como un caza de superioridad aérea de apoyo más ligero que su avión hermano, el F-15 Eagle. Sin embargo, con el tiempo, la Fuerza Aérea siguió añadiendo requisitos de misión, hasta el punto de que hoy en día ya no se lo considera solo un caza de superioridad aérea, sino que se lo considera un caza polivalente”, aseguran.
Vale aclarar, que este avión de origen norteamericano se destaca en una función de combate aéreo y por la maniobrabilidad y el radio de combate (la distancia que puede volar para entrar en combate aéreo, permanecer, luchar y regresar). De esta manera, superan a los de todos los aviones de combate de amenaza potencial
En cuanto a las características de estos aviones, hay que destacar que tienen 14,8 metros de largo, 9,8 metros de ancho y una altura de 4,80 metros. Sin armazón en las cabinas permiten una excelente visibilidad a los pilotos. “Lo que hace que el F-16 sea tan especial, además de su configuración más liviana, es que puede localizar objetivos en todas las condiciones climáticas. También puede detectar aviones que vuelan a baja altura en el radar terrestre, lo que significa que puede defenderse mejor y sorprender a cualquier oponente que pueda estar intentando volar bajo para evadir la detección”, describen en la publicación.
Y agregan: “Al realizar un bombardeo puede volar más de 500 millas, lanzar su paquete de artillería sobre el objetivo, potencialmente luchar contra otros aviones de combate y regresar a la base. Cada subclase de F-16 tiene un motor Pratt & Whitney ligeramente diferente y un motor General Electric. El empuje máximo del ave es de unas 27.000 libras. El F-16 puede volar cómodamente a unas 1.500 millas por hora, o Mach 2. Su alcance es de unas 2.425 millas”.
Asimismo, The National Interest destacó la participación de estas aeronaves en la Tormenta del Desierto, por sus características. “El primer papel importante de combate del F-16 se produjo durante la Operación Tormenta del Desierto. Los F-16 realizaron la mayor parte de las incursiones durante esa campaña y estuvieron a la altura de su propósito polivalente. Un F-16 en misión podría atacar aeródromos militares iraquíes, instalaciones de producción, sitios de misiles SCUD y una variedad de otros objetivos. En cada misión, el F-16 demostró su valía”, sostienen.
Si bien desde la revista norteamericana consideran que la aeronave cuenta con “tecnología obsoleta”, aseguran que “hay planes para convertir algunos F-16 en sistemas no tripulados, extendiendo potencialmente su vida operativa y adaptándolos a las demandas de la guerra moderna donde los sistemas no tripulados desempeñan un papel cada vez más destacado”.
“El F-16 fue diseñado como un caza de superioridad aérea de apoyo más ligero que su avión hermano, el F-15 Eagle. Sin embargo, con el tiempo, la Fuerza Aérea siguió añadiendo requisitos de misión, hasta el punto de que hoy en día ya no se lo considera solo un caza de superioridad aérea, sino que se lo considera un caza polivalente”, explican en el informe.
Cabe recordar que Argentina adquirió 24 aviones caza F16 Fighting con la cooperación del Gobierno de Estado Unidos. El acuerdo incluye la entrega de cuatro simuladores de vuelo, ocho motores y la garantía de repuestos para las aeronaves durante cinco años. Además, el contrato prevé la capacitación de los pilotos y los mecánicos que trabajarán en este sistema de armas.