Los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires no están ajenos a la discusión interna que durante esta semana salió a la luz en el peronismo sobre quién o cómo se debe conducir la construcción electoral y política hacia el año que viene cuando haya que definir las listas legislativas. En total son 84 intendencias bajo comando peronista, con sus diversas vertientes. La mayoría trajina diariamente sobre la gestión y argumenta ese factor para tomar distancia de una cruzada que tiene por un lado a la mesa política del gobernador Axel Kicillof -con la intención de armar un espacio que dispute o forme parte de la mesa de decisiones actuales y futuras-, y a La Cámpora y las organizaciones cristinistas por el otro. El rol que tendrá la vicepresidenta Cristina Kirchner será clave. Algunos dirigentes evalúan que más temprano que tarde intervendrá para aplacar el ruido y ordenar el tablero. Mientras, los posicionamientos empiezan a explicitarse.
La Cámpora y Máximo Kirchner cuentan para sí con un mínimo de doce intendencias que están gobernadas por dirigentes de La Orga o cercanos. Hay distritos de peso como Quilmes con Mayra Mendoza o Lanús con Julián Álvarez. También municipios del interior como Brandsen que gobierna Fernando Raitelli o Colón bajo la intendencia de Waldemar Giordano.
Sin embargo, en esta discusión interna también tiene de aliado a Lucas Ghi de Morón, que integra el espacio de Nuevo Encuentro; una organización que mantiene un acuerdo solidificado con La Cámpora. Ambos espacios tienen como conductora final a la ex presidenta. Además, el diálogo y la cercanía con otros intendentes también es real, como podría ser Federico Otermín de Lomas de Zamora o Leonardo Boto de Luján, para citar algunos casos.
Todos ponderan a CFK. Kicillof también tiene a Cristina Kirchner como conductora y no renunciará a dicha condición. Los dirigentes que en los últimos días plantearon una discusión interna entre los que están el intendente de Ensenada, Mario Secco o el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, tampoco reniegan de Cristina; aunque sí de sus entornos y es allí que apuntan a Máximo Kirchner. El trasfondo real es quién tendrá mayor injerencia en el armado de las listas legislativas del 2025 en la provincia de Buenos Aires. El 2023 fue preponderancia de Kirchner y el entonces Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde por sobre la voluntad de Kicillof y un grupo de dirigentes territoriales de peso como por ejemplo el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Este último grupo no quiere repetir la secuencia del año pasado.
Por eso, Ferraresi parece decidido a construir lejos de La Cámpora; pero en el territorio los intereses se chocan. El intendente de Avellaneda manda señales a través de reuniones que viene manteniendo en su despacho municipal. Algunos encuentros deciden hacerlos públicos; como la de esta semana con el ex intendente de Merlo, Raúl Othacehé.
Uno de los destinatarios de esa postal fue el actual jefe comunal merlense, Gustavo Menéndez por su cercanía con Máximo Kirchner. Sin embargo, cerca del intendente deslizan que la relación es por igual de fluida tanto con el presidente del PJ bonaerense como con el gobernador. De hecho, durante el primer gobierno de Kicillof, Menéndez también estuvo a cargo de la conducción del Grupo Bapro, el holding de empresas del Banco Provincia. Por ahora, Menéndez, toma distancia de una contienda que esperan que se encauce.
Son varios los intendentes que se mantienen en ese equilibrio por estas horas. Una de ellas es la jefa comunal de Moreno, Mariel Fernández. La dirigente forma parte del Movimiento Evita. En su entorno plantean a Infobae que “está activamente trabajando para que todos dejen esas diferencias de lado y se centren en lo importante, que es ver cómo resolverle los problemas a la gente, que son muchos, y agravados con la presidencia de Milei”. Agregan que “habla en privado con ambos -Kicillof y Kirchner- y en espacios con otros dirigentes, y en todos los ámbitos plantea esto mismo. Dejar esas diferencias de lado, para otro momento, centrarse en lo importante y encontrarse trabajando, gestionando”.
Por diferentes motivos tampoco quieren salpicarse de esa interna otros intendentes. Por ejemplo, los que formaban parte del esquema que comandaba Martín Insaurralde, quien había tejido un sólido acuerdo político con Máximo Kirchner. Puertas adentro, el ex Jefe de Gabinete sigue un tanto activo en el sistema político bonaerense.
Allí, omiten por ahora tomar posición los intendentes de distritos de peso como el ya citado caso de Otermín (Lomas de Zamora). También Mariano Cascallares (Almirante Brown), Federico Achával (Pilar), Nicolás Mantegazza (San Vicente) o Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas). Coincide en que sus distritos alcanzaron distintos acuerdos con La Cámpora y por la gestión diaria también mantienen puentes con la Gobernación. Ocurre lo mismo en Ezeiza con Gastón Granados; aunque en los últimos meses el intendente empieza a acercarse al esquema de la mesa de Kicillof.
Entre los distritos de peso también aparece San Martín. Allí el referente es el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, Gabriel Katopodis. El intendente es Fernando Moreira y responde directamente al integrante del gabinete de Kicillof. Katopodis también busca apaciguar los ánimos como ocurrió durante el proceso de gobierno del Frente de Todos a nivel nacional; cuando la interna a cielo abierto era entre el kirchnerismo y el esquema del entonces presidente, Alberto Fernández. No tuvo demasiada suerte en ese asunto.
Hay otros casos que también miran de afuera la interna y ante la consulta de este medio plantean que “los problemas tienen que ser los de la gente”, el impacto de las políticas de Javier Milei y no el internismo. Tigre con Julio Zamora es uno de los casos. Fernando Gray de Esteban Echeverría otro; pese a que éste mantiene marcadas diferencias con Kirchner.
En medio de esta discusión también está el Frente Renovador de Sergio Massa. Por orden del ex ministro de Economía, los jefes comunales que integran ese espacio miran de costado la discusión. En el FR cuentan 20 intendentes propios. Massa bajó la orden de poner en agenda “los problemas de la gente” y en eso se enfilan los jefes comunales. En los últimos días, dos massistas compartieron agenda de gestión con el gobernador bonaerense: Pablo Garate (Tres Arroyos) y Sebastián Iannautony (General Alvarado) recibieron a Kicillof.
Según pudo saber este medio, Massa también le pidió a los intendentes y dirigentes que mantengan autonomía, aunque con una premisa: el FR no recibe órdenes; las mismas las dá Massa.
En medio de los cruces, las intervenciones del massismo fueron por partida del director del Banco Provincia, Sebastián Galmarini -que le contestó al senador nacional Mariano Recalde- y el diputado provincial, Rubén Eslaiman. Ambos aparecieron para plantear que en las últimas elecciones Massa fue el candidato de todos los sectores. Recalde había dicho que el candidato presidencial de La Cámpora y Cristina Kirchner era el hoy senador nacional, Eduardo de Pedro. El escenario es cambiante, pero la discusión ya está sobre la superficie.
INFOGRAFÍAS: MARCELO REGALADO