El pleno del Senado sesionará mañana, desde las 11, para definir si aprueba los pliegos de seis embajadores políticos propuestos por Javier Milei. Los candidatos son Gerardo Werthein (Estados Unidos), Guillermo Nielsen (Paraguay), Mariano Caucino (India), Ian Sielecki (Francia), Sonia Cavallo (Organización de los Estados Americanos-OEA) y Axel Wahnish (Israel).
Las primeras cinco designaciones cuentan con mayor volumen de adhesiones. El caso que presenta mayor tensión es el de Wahnish, amigo y consejero espiritual del Presidente. “Veremos mañana en el recinto”, aseguró un legislador al salir de la reunión de Labor Parlamentaria realizada durante el mediodía, este miércoles en la Cámara alta.
Además de los pliegos en cuestión, el recinto votará convenios internacionales que ya tienen dictámenes de las comisiones de Relaciones Exteriores; y de Presupuesto del Senado. Para el resto de la jornada de hoy se espera que varios bloques se junten para resolver estrategias y analizar el escenario de mañana.
El Frente de Todos cuenta con 33 legisladores, a cuatro del quórum. Sólo una parte de los representantes del kirchnerismo en la comisión de Acuerdos apoyaron, según cada caso, a Werthein, Sielecki y Caucino.
Del otro lado está el conglomerado de La Libertad Avanza y la oposición no kirchnerista, que suma 39. No obstante, tal como contó Infobae días atrás, los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, que responden al gobernador Claudio Vidal, deslizaron que, si no hay recursos para las provincias, los embajadores tendrían que ser de carrera y no direccionar partidas a representantes políticos.
El Ejecutivo cometió un error importante al enviar las candidaturas. Lo hizo en un solo mensaje, por lo que todas tendrían que haberse dictaminado en bloque. En base a mecánicas del pasado en la Cámara alta, quedaron cinco en una misma orden del día y la de Wahnish, en otra.
Bajo este eventual escenario, y si el Frente de Todos decide no acompañar el paquete completo de cinco embajadores -se tendría que votar todo junto-, el oficialismo está obligado a aferrarse a siete legisladores propios y 30 de otros bloques para salvar la sesión, sin contar pujas y enojos que aún persisten contra el oficialismo.
A todo esto debe agregarse el expediente de Wahnish (Israel), cuyo dictamen apareció recién una semana después de la audiencia realizada en la comisión de Acuerdos, como contó este medio a fines del mes pasado.
Para destrabar el despacho en cuestión tuvo que ir a la Cámara alta la Canciller, Diana Mondino. También hizo lo propio Wahnish para blindar la firma del presidente del centenario partido, Martín Lousteau.
Qué pasó en la comisión
Después de su disertación, la vice de la comisión de Acuerdos, la camporista Anabel Fernández Sagasti, consultó sobre el potencial traslado de la embajada argentina en Israel a Jerusalén. “La mudanza es una decisión de nuestro señor Presidente en materia de política exterior. Esto lo viene anunciando por lo menos hace un año, fue una de sus promesas y también dentro de su campaña. Es verdad que hay un montón de variables y toda decisión incluye variables secundarias que generan impactos. Estoy seguro que, cuando tomó esta decisión, fue asesorado por expertos y tuvo en cuenta todos los pros y contras”, reflexionó el candidato.
Según Wahnish, “esta mudanza no tiene que ser vista en deterioro de relaciones con otros países”, y conjeturó: “Todo lo teórico necesita un brazo ejecutor y, entre teoría y hechos, hay que evaluar un montón de factores. La declaración de voluntad ya fue expresada. ¿Cómo se ejecuta? Con paciencia, sabiduría, siendo humilde y escuchando a todos los actores involucrados, para reducir al mínimo los impactos negativos y maximizar los positivos”.
En tanto, el postulante afirmó que “con el terrorismo no se negocia, no se dialoga” y que “si diera resultado, lo haría, pero no lo da”, y evaluó que “tomar una política de Estado en función de un capricho de grupos terroristas sería premiar actos de terror”, ya que los atentados en la Argentina “no fueron físicos, sino al corazón de la moral del mundo”.
Desde el radicalismo, Lousteau se metió en el lote de preguntas sobre el potencial traslado de la embajada empujado por el kirchnerismo, en particular, por el potencial “impacto” sobre la discusión de la soberanía de las Islas Malvinas.
“La ONU dividió a Jerusalén en dos sectores. Nunca iríamos a poner la embajada en el sector este. Se parte entonces de una premisa errónea y no estaríamos en tierra ocupada, sino en la reconocida por la ONU. Fue el primer tema cuando charlamos con Mondino”, manifestó Wahnish. Lousteau no se quedó conforme con la respuesta e insistió, sin éxito, en saber si existía un dictamen jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores en relación con el tema.
Desde el peronismo disidente, el aliado oficialista Juan Carlos Romero exigió no convertir la observación en un debate interminable y disparó: “Tuvimos un embajador en China -en referencia al cristinista Sabino Vaca Narvaja- más chino que argentino. O en la OEA, que tenía el corazón y la camiseta puesta para defender dictaduras latinoamericanas”.