El Secretario de Seguridad y Jefe de la Policía de la Ciudad, Diego Kravetz, aseguró este domingo que “la mitad de las personas que están en situación de calle tienen antecedentes penales y son peligrosas” y se mostró convencido de que “hay una adiciona entre el delito, la pobreza y la marginalidad”.
“Es un dato de la realidad que hay que saber. La mitad de las personas que no entran en el sistema del Estado y que están en situación de calle tienen antecedentes penales”, aseveró Kravetz al ser entrevistado por Romina Mangel en FM Milenium.
Y agregó: “La mitad de la gente que no se acoge a los planes de la Ciudad, que son 600 y pico, tienen antecedentes penales y son peligrosas, ya que tienen cuchillos o facas”.
En ese contexto, el funcionario porteño sostuvo que, de todo el universo de las personas que se encuentran en situación de calle, “los que tienen domicilio en la Ciudad son los menos porque la gente viene de la Provincia”.
Kravetz insistió que “los porteños en situación de calle son muy pocos en proporción a los que vienen de la Provincia” y tildó de “oportunistas” a muchos de ellos, sobre todo a los adultos que no tienen hijos menores a cargo.
“Hay mucha gente en situación de calle que es oportunista de la situación, que le gusta vivir en ranchadas. Es una forma de vida. Cuando vos le ofrecés un parador, ellos prefieren quedarse en la calle con sus amigos. A veces son más bravas las ranchadas de las mujeres, que de los hombres”, explicó.
A diferencia de la contención que se brinda en su distrito, el Secretario de Seguridad porteño criticó la falta de asistencia en territorio bonaerense. “La Provincia no tiene mecanismo de ningún tipo para personas en situación de calle. Tenés la nada misma contra los paradores, los comedores, los cursos laborales y los subsidios que brinda la Ciudad”, comparó.
En otro tramo de la entrevista puso como ejemplo que, “cuando fue la pandemia y estuvo la discusión de soltar presos, hubo algunos presos de la Provincia -que él mismo Kravetz dijo conocer con nombre y apellido- que manifestaron estar más cómodos en el calabozo que en su casa, en la villa”.
También dijo haber conocido a chicos de 9 años que empezaron a delinquir y que a los 14 años ya se convirtieron en “maestros del delito”, por lo que expresó la necesidad de bajar la edad de imputabilidad a los 14 años.
“Un chico de 14 años que delinque desde los 9 no tiene la mentalidad de tu hijo o el mío. Cuando un chico entra más de una vez a una comisaría hay que sacárselo a los padres y hacer una medida de abrigo. No hay que idealizar a la familia porque hay familias que no son valiosas para cuidar niños”, enfatizó sobre la delincuencia juvenil y la llamada “puerta giratoria”.
Según Kravetz, “si un chico de 14 años comete delitos gravísimos tiene que ser juzgado como adulto”. Incluso, se mostró partidario de la “mano dura” en otras cuestiones donde la Policía es la que debe poner orden.
“Nosotros nos manejamos dentro del margen de la ley, no es mano dura a cualquier costo. La nuestra es una gestión con límites claros en lo que se puede y no se puede hacer”, aclaró con respecto a las últimas represiones policiales, una de las cuales tuvo como blanco a los maestros.
“Vos ves el final de la escena”, criticó Kravetz a la periodista, quien cuestionó el uso de la fuerza pública para reprimir a los docentes frente al Congreso, a principios de abril, en el marco del paro nacional de Ctera.
A lo que el funcionario retrucó: “El uso de fuerza tiene una gradualidad y empezó con la voz de las fuerzas de seguridad pidiendo que no ocupen la calle. Los maestros querían cortar la calle, la Policía les pidió que cesen y los empujó con los escudos para que vuelvan a la vereda. Hubo una reacción violenta de los sindicalistas docentes de agredir a la Policía”.
Kravetz aseguró que su misión es cumplir la posición que fijó el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que “es ordenar la calle dentro del marco legal que corresponda y usar la fuerza pública para hacer valer la ley”. De esta manera, justificó el lanzamiento de gases lacrimógenos y gas pimienta a los manifestantes dentro del protocolo antipiquetes.