El tempranísimo armado electoral de Karina Milei avanza a paso firme, y en la Casa Rosada están convencidos de que, a final de cuentas, no sólo logrará quedarse con el sello de la coalición La Libertad Avanza (LLA) en la mayor parte de los distritos, sino también a nivel nacional. Acaban de dar un paso vital en la pelea judicial en Córdoba, y hoy enviarán un mensaje político con un acto de lanzamiento de su fuerza homónima en la Ciudad, mientras redoblan los esfuerzos de sus espadas jurídicas en los principales distritos. La jugada divide aguas en la alianza y hace mella en la relación con el ala de PRO que responde a Mauricio Macri. Pero Javier Milei, reacio a las discusiones políticas, por ahora se mantiene en los márgenes.
Como Menem después de ganar las elecciones, Karina busca independizarse de los “sellos de goma”, como se llama en la jerga a los partidos de menor calaña que, sin embargo, fueron indispensables en el primer tramo de la aventura política libertaria para facilitarle al candidato outsider las herramientas jurídicas para presentarse en las contiendas provinciales y, luego, en la nacional.
En Córdoba, el juzgado federal con competencia electoral le acaba de dar la derecha, en la disputa por el sello con los partidos locales, al diputado Gabriel Bornoroni, que responde a Karina. Y si bien la puja judicial continúa, todo indica que a la postre lograrían quedarse con la codiciada marca. Además, Karina impulsa un acto político en un bar de Palermo Soho para presentar a Juan Pablo Scalese, un joven libertario, ex candidato a diputado, a quien apuntala para las próximas legislativas, entre rumores que probablemente se prolongarán hasta el año que viene sobre si ella misma aspira a liderar una lista.
El mitin porteño será encabezado por Karina, el diputado nacional por la Provincia, “Bertie” Benegas Lynch, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Pero, más que las presencias, esta tarde llamarán la atención las ausencias. No estarán ni ex candidato a jefe de gobierno, Ramiro Marra, legislador devenido en asesor económico; ni Oscar Zago, titular de la bancada libertaria en la Cámara de Diputados y titular del partido MID a quien Karina intentó remover de su rol legislativo a través de emisarios; ni el diputado nacional Nicolás Emma, otro integrante del grupo originario y apoderado del Partido Libertario.
Los fundadores están iracundos. Cuentan que Zago se peleó en duros términos con Menem cuando le recordó que le había prestado su firma para que pudiera crear el único partido LLA del país, en La Rioja. Perciben, sin dudas, que buscan desplazarlos de manera definitiva, pero se preparan para dar la pelea en la Justicia electoral local con los precedentes de referentes que fallaron en sus intentos de monopolizar sellos que habían nacido como coaliciones.
Del otro lado del ring, los especialistas jurídicos de Karina Milei aseguran que tienen la partida en el bolsillo en todos los distritos. Su as bajo la manga es que cuando Martín Menem armó el partido en La Rioja ante un juzgado federal de su provincia, no recibió impugaciones, aún cuando previamente, en 2021, había existido la alianza LLA en Capital Federal, por lo que el “derecho de autor” sería suyo.
El acto porteño de hoy será la muestra más reciente de la incipiente batalla que divide al tándem Karina-Menem y la línea de mileistas de la primera hora, a quienes la secretaria y sus asesores riojanos intentan desplazar desde la cúpula prácticamente desde el día que ganaron las elecciones nacionales. El conflicto se replica, con otros contrincantes, en la mayor parte de los distritos y se libra con especial belicosidad en los más poblados: además de Córdoba y CABA, Mendoza, Buenos Aires y Santa Fe, aunque también crece en Corrientes, y esta semana, el diputado correntino Lisandro Almirón visitó a Lule en su despacho de la Casa Rosada para diseñar la continuidad de la estrategia en el territorio que conduce el radical Gustavo Valdés.
Un armador de la primera línea libertaria que responde a Karina Milei aseguró que aspiran a formar el partido en 15 provincias antes de las próximas elecciones, y que hacia las presidenciales buscarán presencia formal en las 24. Para eso, la hermana del Presidente aspira a deshacerse de una vez por todas, de los sellos de goma que los ayudaron y que considera un lastre.
Karina trabaja con ayuda de sus asesores, Eduardo “Lule” Menem y Santiago Caputo, y de Santiago Viola, el abogado que la asesoró durante la estructuración de la coalición en 2023, a quien incluso había evaluado para nombrar como secretario de Legal y Técnica, que se tanteó incluso para la Procuración General y que finalmente asumiría al frente de la Auditoría General de la Nación. Ex defensor de los hijos del empresario kirchnerista Lázaro Báez, Viola trabajó diez años con el juez Ariel Lijo, que Milei acaba de proponer para ocupar una de las dos vacantes de la Corte Suprema junto al académico Manuel Mansilla.
Mientras tanto, en el territorio trabaja el viceministro del Interior, Lisandro Catalán. Su jefe, Guillermo Francos, está ocupado principalmente de la negociación política con los gobernadores, aunque no se descarta que se involucre en la parte electoral en el segundo semestre. “No debería tener un doble rol en esta parte clave del mandato, sería contraproducente”, dicen en Balcarce 50, muy deseosos de lograr la aprobación en ambas Cámaras de la ley Ómnibus y porque sobreviva el DNU de desregulación.
La jugada de Karina Milei es un mensaje doble. Además de enfrentar a los propios, “el Jefe” intenta fortalecerse frente a los insistentes ofrecimientos de “ayuda” de Mauricio Macri, que en el entorno más cercano del jefe de Estado reciben como una amenaza en el mediano plazo. Y, aparte de los ruidos internos entre libertarios, el modo de conexión política entre ambas terminales divide posiciones entre los amarillos.
Del lado de Patricia Bullrich, titular saliente del partido y ministra de Seguridad de Milei, dicen entender perfectamente a la secretaria general, y lanzan críticas directas a la posición que adopta Macri. “Lo que está haciendo Karina es lógico. Es cierto que (al Gobierno) le faltan cuadros, fundaciones, territorio, buenos gestores, y buenos candidatos. Pero Mauricio les ofrece ayuda con una actitud agresiva, se presenta con actitud de dueño”, le espetaron en el ala de los bullrichistas, que acaban de perder la presidencia partidaria en manos del ex presidente.
“Están tratando de que el proceso inevitable al que vamos, donde el PRO va a ser una parte accesoria del Gobierno, sea menos traumático. Karina se fortalece para tener más herramientas, pero en un sistema hiperpresidencialista todo apunta a que serán ellos los que decidirán todo”, agregan.
Quienes frecuentan al ex presidente le atribuyen un indisimulable malestar con Karina, y consideran la presentación en la cuna de PRO como un desafío flagrante y una demostración cabal de la reticencia a sumarlos. Otros hacen esfuerzos por relativizar esa bronca. “El interbloque no es algo de lo que nos estemos ocupando ni preocupando”, dijeron en la bancada que preside Cristian Ritondo y aparece como figura de peso Diego Santilli, alineado con las políticas de Milei. “Estamos ocupados en la ley Bases, esperando que nos llame el Gobierno de nuevo, a ver cómo va avanzando con las modificaciones que pidieron los gobernadores y el resto de los bloques”, agregaron, con calma.
En La Libertad Avanza las posturas sobre una alianza con PRO también son disímiles. Mientras Karina resiste, otros están dispuestos a dar un paso al costado a favor de un interbloque y a facilitar un pacto electoral el año que viene, incluso aunque se vieran perjudicados. Ese sector, que se reivindica como “de Milei” en contraposición a su hermana, acusa de “inseguros” a los libertarios que se niegan a compartir el botín de las últimas elecciones. “Los Menem son cuartas líneas al lado de los Ritondo y los Santilli. No quieren que desembarquen porque saben que los hacen desaparecer”, dicen. “Que arranque con un acto en la cuna de PRO es un desaire total”, agregó un diputado libertario proclive a una alianza violeta-amarilla.
Mientras tanto, Milei prefiere mantenerse alejado de estas disputas. Su única intervención pública, sin embargo, fue una reivindicación de Cristian Ritondo, uno de los referentes políticos de peso de PRO que ofrecen colaboración, con creciente cuidado de no excederse en las pretensiones. Al final, dicen los libertarios que se encuentran en la vereda opuesta de Karina, será él quien decidirá.