La interna sindical quedó al rojo. La estrategia de la CGT de estirar los tiempos antes de definir un nuevo paro general contra el gobierno de Javier Milei encontró un inesperado opositor, Luis Barrionuevo: este martes, en un encuentro con unos 100 dirigentes en Parque Norte, el líder gastronómico exigió que “la CGT debe convocar con carácter de urgente a un plenario de secretarios generales y que todos ahí resolvamos cuáles van a ser las medidas que va a tomar”.
El sindicalista señaló, además, que “no debe pasar mucho más tiempo para barajar y dar de nuevo y elegir otra CGT” e incluso dijo que Héctor Daer debería renunciar a la central obrera: “Cuando Gerardo Martínez era secretario de la CGT le pedían la renuncia -recordó-. Hubo un acto en la plaza de los dos Congresos. Era presidente Menem y Gerardo renunció convocando a un paro de 36 horas. Qué buen gesto sería que Daer haga lo mismo”.
El dato explosivo es que lo dijo al lado de un cotitular de la CGT, Carlos Acuña (estaciones de servicio), que consideró “brillante” el reclamo e incluso cuestionó a sus pares que dirigen la central obrera: “Nadie se tiene que creer dueño de la CGT e ir por allá para hablar, como en alguna oportunidad, que algunos entraban por la puerta de atrás”, en alusión a los contactos con otros gobiernos.
También acompañó a Barrionuevo y Acuña el titular de La Fraternidad, Omar Maturano, que fue aún más allá en las críticas: “La emblemática CGT de Rucci y de Ubaldini no hace un carajo y deja que sectorialmente salgamos a pelear y no dice ‘apoyamos la lucha de los gastronómicos” sino que no dice nada y no sacan un comunicado de apoyo cuando uno sale a pelear solo, no se mete”.
“Queremos una CGT solidaria, que esté junto a las necesidades de los compañeros, que defienda las paritarias libres, sin techo, y que vaya al Ministerio de Trabajo, pegue dos patadas en la puerta y haga homologar los aumentos que se pudieron conseguir de pedo. Esa CGT queremos, no la CGT blandita. Y si no nos sirve esta CGT, vayamos a sacarlos a patadas en el culo”, propuso.
El encuentro fue organizado por Barrionuevo para celebrar los cumpleaños de Acuña y de Daniel Vila (Carga y Descarga), pero se convirtió en un acto político cargado de críticas contra Milei, Sergio Massa, Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Mauricio Macri y, de manera inesperada, contra el sector dialoguista de la CGT, que pilotean Héctor Daer (Sanidad), de “los Gordos”, y los independientes Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias.
De esta forma, la interna sindical se intensificó al poner en la mira la estrategia de la cúpula de la CGT, que sigue demorando la definición de una nueva medida de fuerza e incluso logró este martes que el plenario de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), con la presencia de Daer y Pablo Moyano, no fijara la fecha de un paro y apoyara la estrategia de mayor prudencia.
Barrionuevo pasó de haber sido el primer aliado sindical de Milei al más tenaz opositor. En el encuentro de Parque Norte embistió contra el Presidente: “No entiende nada. Yo estuve dos horas (con él) y no quise entrar más. Este muchacho cree que el déficit fiscal tiene que ser con el hambre del pueblo y que cierra los números no pagándole a nadie y echando a 100 personas en el Estado”.
“Este muchacho fue durante 15 años empleado de Eduardo Eurnekian en Aeropuertos Argentina 2000 -dijo-. Y cuando sos asesor de una empresa, máxime recibiendo prebendas del Estado, manejás esa góndola de la empresa y esto es lo que él creyó que iba a manejar, pero el país es un supermercado donde estamos todos y no una góndola sola que le conviene a él porque quiere cerrar los números”.
El sindicalista hizo un diagnóstico muy crítico de la situación económica actual al advertir que “estamos viviendo en una pandemia sin virus” y dio detalles: “El sector de la construcción se cae, y toda la obra pública genera casi 1 millón de puestos de trabajo; se caen el turismo, la hostelería y la gastronomía, otro millón de personas, y, por ende, se llevan puestos de comercio porque no tenés plata en el bolsillo; la siderurgia también está parada”. Y agregó: “Ya vivimos la crisis. Cuando viene, te mandan a tu casa y te dan del 80% sueldo por un mes. Después volvés a trabajar y te dan vacaciones. Después abren el retiro voluntario y al final te rajan. Esto es lo que estamos viviendo hoy”.
Además, Barrionuevo apuntó contra Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa porque el gobierno anterior “estaba parcelado en tres” y “tenían que entender que no podían ser reelegidos porque tenían el 70% de imagen negativa”, pero, resaltó, “la gente buscaba un cambio y lamentablemente no lo entendieron”. Enseguida acusó a Massa de haber usado “la chequera” para quedarse con la candidatura presidencial y de haber llevado a la derrota del peronismo “por su ambición desmedida”. Y habló de su apoyo a Milei: “Yo jugué con él, la gente buscaba un cambio y me monté arriba del que Massa le había dado la plata. ¿Para qué le dio la plata y candidatos? Para desmembrar y lastimar a Cambiemos. Y la oportunidad que tenía el peronismo de volver con una nueva figura no estaba lejos porque (Mauricio) Macri destruyó Cambiemos, al PRO, a (Elisa) Carrió. Destruyó todo. Es el ángel exterminador, como dice Jorge Asís”.
Tras quejarse de que en “dos elecciones seguidas Cristina Kirchner eligió a quien quiso ella” como candidato, pidió “la reconstrucción del peronismo” y propuso “trabajar desde el movimiento obrero para imponer a los más jóvenes y salir nosotros de escena porque la gente busca ese cambio”.
De todas formas, el líder gastronómico se encarnizó particularmente contra la cúpula cegetista: “La conducción de la CGT se ha quedado en el tiempo. Jugaron con Alberto (Fernández). Desayunaban, almorzaban, merendaban y cenaba con Alberto y en cuatro años nunca les dieron nada. Siempre fueron reuniones y promesas. Cuando terminó eso aparece Massa y se fueron con él, pero por las dudas fueron a verlo a (Horacio) Rodríguez Larreta. Con lo cual perdieron el plan A y el plan B”.
“La democracia votó. Buscó el cambio. Si el que asumió no funciona, no es un problema nuestro. Defendamos los derechos de los trabajadores. Esta es nuestra obligación. Y esto es lo que le tenemos que decir a la CGT. No debe pasar mucho más tiempo para que tengamos que barajar y dar de nuevo y elegir otra CGT porque esto no nos asusta. Cuando Gerardo Martínez era secretario de la CGT le pedían la renuncia. Hubo un acto en la plaza de los dos Congresos. Era presidente Menem y Gerardo renunció convocando a un paro de 36 horas. Qué buen gesto sería que Daer haga lo mismo”.
Acuña, quien siguió en silencio las palabras de Barrionuevo y Maturano contra sus pares de la CGT, habló al final del encuentro y calificó de “brillante la idea de que haya un plenario de secretarios generales para que cada uno pueda decir lo que piensa y se decida lo que se va a hacer”.
Sostuvo luego que “la sociedad está mal, los trabajadores están mal, la pequeña y mediana empresa y hasta las grandes empresas están mal”, por lo cual “es un buen momento para que nosotros, entre todos, decidamos cuál es el mejor camino que tiene que tomar la CGT para sacar al país adelante; es difícil porque este gobierno no sabés para dónde agarra, pero siempre contra los trabajadores”.
El acto liderado por Barrionuevo representa el resurgimiento de su CGT Azul y Blanca, que llegó a tener una veintena de sindicatos, y su alianza con Maturano y los gremios del transporte agrupados en la UGATT, la entidad que compite con la CATT y que incluye a la UTA de Roberto Fernández. No tienen el poder de fuego de sus rivales en la CGT, pero cuentan con Acuña en el triunvirato de conducción y la capacidad de presión de ferroviarios y colectiveros.
En las 10 mesas, distribuidas como si fuera una fiesta de casamiento en el Salón Nogal del predio del Sindicato de Comercio, había otros dirigentes como Roberto Solari (guardavidas), Daniel y Gustavo Vila (Carga y Descarga), Oscar Rojas (maestranza), Luis Cejas (viajantes), Aníbal Torreta (municipales porteños), Horacio Jerez (calzado), Marcelo Orlando (Utedyc), Pablo Quiroga (aguas gaseosas), Rubén Aguiar (panaderos), Alejandro Poli (remiseros) y representantes de tintoreros y perfumistas.
Otro factor que precipitará las peleas internas en el sindicalismo es que en el festejo de Parque Norte estaban los dos principales opositores internos de Hugo Moyano: Sergio Aladio, del Sindicato de Camioneros de Santa Fe, y Juan Sailén, del gremio de recolectores de residuos de Córdoba (Surrbac). Toda una señal antimoyanista porque, más allá del cuestionamiento al sector dialoguista de la CGT, también se puso en la mira a un combativo como Pablo Moyano por no empujar el paro general.