Los seis opositores al régimen de Nicolás Maduro alojados en la Embajada de la Argentina en Caracas aún no decidieron si solicitarán al Gobierno que se les conceda el asilo político para abandonar Venezuela y volar protegidos hacia Buenos Aires. Perseguidos por los servicios de inteligencia, y sin electricidad corriente por un sabotaje ejecutado hace tres días, cavilan sus próximos pasos en un escenario de incertidumbre política y personal.
Javier Milei tiene decidido otorgar sin demoras el asilo a los dirigentes vinculados a la líder opositora Marina Corina Machado, y aguarda el pedido formal desde Caracas, aunque esa instancia legal establecida por las convenciones internacionales pueda colocar a las relaciones diplomáticas con Venezuela al borde de la ruptura.
Los hospedados en la embajada argentina son Pedro Urruchurtu, Magallí Meda, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González y un sexto dirigente cuyo nombre aún no trascendió. Todos los protegidos por el gobierno argentino pertenecen a la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que es liderada por Machado y ha sido proscripta por el régimen caribeño.
La decisión del pedido de asilo de los dirigentes opositores se vincula a la campaña electoral previa a los comicios del próximo 28 de julio. Si Urruchurtu, Meda, Villalobos, Macero y González solicitan asilo, no salen de la embajada y desde allí hacen campaña contra Maduro, Argentina ingresaría en una zona de alta conflictividad diplomática con Venezuela.
En este contexto, desde Buenos Aires se adelantó a los seis hospedados en la residencia diplomática que Milei está dispuesto a conceder sin demoras el asilo político, pero que ellos deberían respetarlo con su silencio o pedir el salvoconducto legal y volar a la Argentina.
Ese dilema que mezcla voluntad política y seguridad personal deja en suspenso la posibilidad de un asilo concedido por la Casa Rosada. Y si finalmente esto sucede, la salida hacia Buenos Aires dependerá de la decisión de Maduro.
Los eventuales asilados necesitan un salvoconducto, que sólo es otorgado por el régimen populista. Si Maduro no quiere, los seis hospedados deberán permanecer en la embajada de Argentina, adonde los servicios de inteligencia o la Fiscalía de Venezuela no pueden ingresar por las disposiciones de la Convención de Viena.
Al margen de proteger a los seis opositores en la embajada en Caracas, Milei se puso al frente de la condena regional contra Maduro y su sistemática violación a los derechos humanos. El jefe de Estado cuestiona al régimen por su persecución política a los partidos opositores y en las última horas exigió que Maduro garantice un proceso electoral transparente rumbo a los comicios de julio.
“El Presidente Javier Milei insta al socialista Nicolás Maduro a asegurar la seguridad y bienestar del pueblo venezolano, así como a convocar a elecciones transparentes, libres, democráticas y competitivas, sin proscripciones de ningún tipo”, sostuvo un comunicado de prensa distribuido en Balcarce 50.
El régimen caribeño convocó a elecciones presidenciales y su decisión es lograr que Maduro triunfe con la mayor cantidad de votos posibles. Esa decisión implica que está prohibiendo a los líderes opositores y bloqueando la posibilidad de un control institucional ejercido por Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que pugnan por la transparencia electoral.
La principal coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) denunció impedimentos para acceder al sistema e inscribir a su candidata, la historiadora Corina Yoris, elegida ante la inhabilitación dictada contra María Corina Machado para competir por cargos públicos hasta 2036.
Y finalmente, vencido el plazo para presentar a Yoris como candidata del PUD, el régimen bloqueó esa nominación para beneficiar las chances electorales de Maduro.
En ese contexto, los dirigentes opositores solicitaron ingresar a la embajada argentina en Caracas, y ahora tienen que decidir si piden asilo y el salvoconducto, o se quedan allí como huéspedes hasta que termine la persecución política ordenada por Maduro.