José Ignacio Rucci fue asesinado el 25 de septiembre de 1973, en un operativo de la organización guerrillera Montoneros que los medios denominaron “Operación Traviata”. Nélida “Coca” Vaglio, viuda del entonces secretario general de la CGT, rompió el silencio este lunes, a 50 años de aquel hecho trágico, para pronunciarse sobre los actos que se realizaron ayer para recordar el inicio del último golpe militar.
“Tenía muchas ganas de hablar porque ayer pasé un día terrible. Nunca pude entender por qué se borró la mitad de la historia. Porque en este país se cuenta la historia según la idea política que tenga. Yo tengo 94 años y gracias a Dios una buena memoria y yo viví el terrorismo, yo lo viví en carne propia”, manifestó “Coca” Rucci en comunicación con el periodista Eduardo Feinmann en radio Mitre.
En ese sentido, recordó: “Vivía escapando, no sabía de qué, hasta que llegó el fatal 25 de septiembre, cuando mataron a José y seguí viviendo terriblemente con miedo, con terror. Quiero saber por qué se olvidan de esa parte de la historia, yo lo cuento porque lo viví en carne propia, a mí no me lo contó nadie”.
“Ayer se festejó el día de la memoria, la verdad y la justicia, para mí incompleta; no cuentan la verdad. Yo solo sé lo que viví, lo que sufrí y lo que sigo sufriendo, lo que llevo en el alma hace más de 50 años. Miraba la televisión y escuchaba las fanfarronadas que decían, las pavadas que decían. Porque era un día para manifestarse, sí, pero en silencio, porque eso lo sufrimos todos, no una parte, todos. Lástima que se olvidan de lo anterior, lo anterior los que lo han querido borrar. Y eso no se puede borrar, yo no lo puedo borrar“, agregó.
El 25 de septiembre de 1973, al mediodía, un grupo comando asesinó a Rucci cuando salía de su casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio porteño de Flores. El cadáver del líder sindical tenía 23 impactos de bala. El crimen trajo consecuencias políticas, ya que a partir de allí se concretó la ruptura de la cúpula de Montoneros con el entonces presidente Juan Domingo Perón.
La viuda de José Ignacio Rucci apuntó directamente contra Montoneros. “Acá vivimos el terrorismo, aquí no eran montoneros, aquí eran asesinos montoneros. No tenemos que olvidarnos que aquí hubo militares, existieron los militares, existieron los terroristas montoneros, esos todos asesinos, todos fueron asesinos”, sostuvo.
Además, confirmó la estrecha relación que mantuvo su ex esposo con Perón, al revelar un diálogo que mantuvo con el líder político tras la muerte de Rucci. “Lo quería como un hijo, sí, tanto es así que me dijo a mí, ‘me cortaron las piernas, me cortaron las piernas’ y yo pregunté por qué, e Isabel me contestó, ‘por leal señora, por leal’”, compartió Vaglio.
“Al poco tiempo de asumir en la CGT empezaron con las amenazas, no solamente lo amenazaban a él de muerte, sino que nos amenazaban a nosotros también, a mis hijos y a mí, yo tenía que escapar vuelta a vuelta, de casa en casa, escapando con los chicos y con el pajarito. Eso lo viví en carne propia y todavía lo llevo en el alma. Por eso me duele enormemente que en este país se olvide la mitad de la historia, que no se cuente las cosas como fueron, que se acuerden solamente de una parte”, expresó.
En referencia al asesinato de su esposo, “Coca” Rucci repasó los momentos previos y el hecho en puntual. “Lo recuerdo terriblemente, yo creo que me salvé porque no era mi destino, yo creo mucho en el destino. Me salvó una llamada del teléfono de una amiga. Yo siempre acompañaba a José hasta la puerta y si hubiera escuchado los tiros como escuché, hubiera salido corriendo para la calle. Pero esta amiga no cortaba y José me hacía señas de que se iba, hasta que me dio un beso y salió. Y ahí escuché los tiros y largué el teléfono y tuve un desmayo, un bajón y me agarraron entre mi hermano y un muchacho que estaba haciendo unos arreglos”.
“Me acuerdo de que empezó a caer gente y yo, qué sé yo, estaba en otro lado. Hasta que en un momento dije, ¿qué, pero yo qué hago acá, tengo que estar en la CGT? Y me cambié y me fui para la CGT, lo viví todo como, no sé, como un sueño. No podía creer, nunca pensé que hubiera asesinos, que hubiera gente que pudiera matar por matar, por tener ideas distintas, matar por matar”, añadió.
“Dios me ayudó dándome dos hermosos hijos, dos buenos hijos. Tengo ocho nietos, nueve bisnietos, todos lindos, sanos, Dios me premió de esa forma, pero el dolor que llevo en el alma no me lo sacan nadie y jamás no hablo ni con mis hijos. Pero ayer no pude aguantar porque escuchaba tantas pavadas que hablan”, agregó en su relato.
Y concluyó: “Los premiaron todavía dándoles puestos en el gobierno y están viviendo dignamente en el interior y en el exterior, llenos de plata. A mí, mi marido no me dejó plata, pero me dejó el orgullo de un apellido, que lo decimos con la frente alta. Yo no quedé millonaria, yo tuve que salir a trabajar con honor, con honor, salí a trabajar, pero digo el apellido con orgullo”.