Luego de 7 horas de negociaciones, representantes de Acindar, de las empresas contratistas y de la seccional Villa Constitución de la UOM llegaron a un acuerdo sobre la suspensión temporal de 600 trabajadores de un total de 3.000, afectados por la paralización de la actividad de la siderúrgica.
En la audiencia, presidida por Roald Báscolo, ministro de Trabajo santafesino, se resolvió que de los 1.700 empleados de empresas contratistas que cumplen tareas en la compañía, 600 de los 900 que están afiliados a la UOM quedarán suspendidos durante un mes y cobrarán el 83% de su salario y algunos adicionales, con el reconocimiento de la eventual pérdida del aguinaldo en los meses de abril y mayo. Los 300 restantes empleados encuadrados en la UOM y los otros 800 trabajadores de contratistas, representados por la UOCRA y Camioneros, no serán suspendidos y mantendrán su sueldo durante 30 días tal como quienes están vinculados directamente con Acindar.
El acuerdo incluye el compromiso de las partes de reunirse el 2 de mayo para “evaluar las condiciones de la planta, el pago del aguinaldo y la continuidad del acuerdo a futuro”, según informó el titular de la UOM de Villa Constitución, Pablo González, en un audio que envió a dirigentes y delegados. “De esta manera estamos preservando las fuentes de trabajo y encontrando una especie de tregua hasta que logremos ver cómo está la producción para el resto del semestre”, agregó.
Las autoridades de Acindar decidieron paralizar la producción del 18 de este mes y al 15 de abril por la fuerte caída en las ventas, que en los últimos meses osciló entre el 35 y el 40%. La resolución del Grupo ArcelorMittal afectó a 3.000 trabajadores de las cuatro fábricas del país: Villa Constitución (Santa Fe), que es la principal, San Nicolás (Buenos Aires), Heredia (Rosario) y Villa Mercedes (San Luis).
Al personal que trabaja en forma directa para Acindar se les pagará el 100% del sueldo en forma normal porque se los compensará con las vacaciones, francos y jornadas de capacitación, pero el conflicto se centró en los empleados de las contratistas, que no cobrarán el total de sus salarios y entrarán en un plan de suspensiones sin claridad de qué porcentaje del sueldo cobrarían.
La UOM de Villa Constitución amenazaba con protestas en caso de no llegar a un acuerdo. Con el apoyo de la CGT local y de otras organizaciones sindicales, el gremio metalúrgico ya realizó el 7 de este mes un corte total de tránsito en la autopista Buenos Aires-Rosario, a la altura de Villa Constitución, contra la paralización de Acindar y las políticas de ajuste que impulsa el gobierno nacional.
Ahora, tras el acuerdo, González destacó que la empresa tuvo una “posición beligerante” durante la audiencia de este jueves, que comenzó a las 10 de este martes y finalizó a las 17, mientras que fuentes del Ministerio de Trabajo de Santa Fe destacaron: “Seguimos en la vía de diálogo y sin conflictos”.
Fuentes oficiales admitieron a Infobae que se trata de una situación compleja para resolver porque Acindar tiene 1.400 toneladas de capacidad productiva por año y en 2023 ya había bajado a 1.000 toneladas, mientras que para este año se preveía que se reduzca a 800, pero la caída que se viene dando desde diciembre es superior a lo estimado, en el orden del 35% y 40%.
Por eso tienen que paralizar la producción (basada en el rubro de aceros largos y perfiles para la construcción, el agro y la industria manufacturera) porque no pueden tener más stock y esperan que dentro de un mes se produzca un repunte en las ventas que permita normalizar las tareas.
La empresa tiene una importante red de distribución comercial con 125 puntos de venta a lo largo del territorio nacional y la idea es mantener el abastecimiento con el stock existente, pero temía que la UOM realizara un bloqueo de las plantas para protestar y así agravara el conflicto que atraviesa.
La UOM de Villa Constitución tiene una impronta combativa: desde fines de los 60, la seccional se enfrentó a la ortodoxia peronista de líderes metalúrgicos como Augusto Timoteo Vandor y Lorenzo Miguel, con intervenciones a esa filial acusando a sus jefes, como Alberto Piccinini, de comunistas, lo que dio lugar en 1974 a una movilización para resistir la medida que se conoció como El Villazo.