Julio Cordero no para un minuto. Recién este jueves llegará a la enorme oficina del piso 13 de la Secretaría de Trabajo, en la avenida Leandro N. Alem 650, donde cumplirá una tarea muy compleja luego de haberse desempeñado muchos años como abogado de Techint y de la UIA. En las últimas horas hizo los trámites para su designación como sucesor de Omar Yasín, analizó los nombres de su equipo y definió las políticas que signarán su gestión al frente del área laboral del Gobierno.
Antes de haber asumido, el cotitular de la CGT Pablo Moyano (Camioneros) lo recibió con un ataque inusitado: “No es un gorila, que es una manada de gorilas. Es antiobrero, antisindical. Van a buscar pulverizar los convenios colectivos de trabajo”, afirmó en declaraciones radiales. Fue apenas un anticipo de lo que le espera. Los sindicatos redoblan sus protestas contra el ajuste de Javier Milei de manera individual, mientras la central obrera se apresta a decidir un nuevo paro general.
Aun así, Cordero tiene una fluida relación con la máxima dirigencia sindical por su experiencia como titular del departamento jurídico laboral del grupo Techint y vicepresidente del departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA). Además, por su tarea como delegado ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por el grupo empleador de la Argentina, el futuro funcionario libertario mantiene un diálogo frecuente con Gerardo Martínez, el líder de la UOCRA y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, que integra el Consejo de Administración de la OIT. “Es un defensor del diálogo tripartito”, lo elogia un sindicalista que lo conoce desde hace años.
Es cierto que tuvo un fuerte cortocircuito con el cotitular de la CGT Héctor Daer (Sanidad) en la última reunión del Consejo del Salario, cuando el sindicalista, al tanto de su rol en el gobierno libertario y su participación en ese encuentro por la UIA, le preguntó: “¿Vos a quién representás?”. Pero no es un desconocido para el sindicalismo: fue quien acompañó a Guillermo Francos, el actual ministro del Interior, en las reuniones secretas con la CGT apenas Milei le ganó el balotaje a Sergio Massa. Allí, el abogado de Techint fue quien les dio garantías a los sindicalistas de que la reforma laboral que se elaboraba no pondría en riesgo el poder de la dirigencia gremial. Finalmente, el DNU 70 tuvo una revisión final a cargo de Federico Sturzenegger en la que introdujo la limitación a las cuotas solidarias: la CGT no estaba al tanto de ese punto y por eso rompió relaciones con los libertarios.
Mientras Yasín encabezaba Trabajo, además, Cordero tenía una oficina en otro piso de Alem 650 desde donde seguía de cerca la gestión laboral. El abogado empresarial era la primera opción para pilotear el área laboral del Gobierno, pero la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, insistió en designar allí a Yasín, con quien había compartido la militancia universitaria en la agrupación liberal UPAU (la política ahora los dividió: la ministra tuvo que aceptar el despido de su amigo y todavía no lo llamó para hablar sobre el episodio que lo dejó desempleado, acusado de un “error” por el Presidente).
Cordero, miembro del equipo laboral de La Libertad Avanza junto con Miguel Angel Ponte y Luis Palomino, entre otros, cuenta con el amplio respaldo del ala dura del Gobierno, que integran el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el asesor Sturzenegger, quienes desconfiaban de Yasín y de su segundo, Horacio Pitrau, a quien echaron por buscar un canal de diálogo con el sindicalismo para mantener la cuota solidaria, aunque fue, en el fondo, con el objetivo de dividir el frente interno de la CGT.
¿Quién secundará a Cordero en Trabajo? Posse le habría sugerido que incluya en el equipo sólo a expertos de su confianza, algo que pone en la cornisa a funcionarios ligados al ex ministro de Cambiemos Jorge Triaca que llevó Yasín, como la subsecretaria de Trabajo, Mariana Hortal Sueldo, a cargo de la Secretaría hasta que asuma su nuevo titular. Otro es Carlos Urriza, quien se desempeña como director general de Coordinación Estratégica. Triaca colabora en las sombras para el Gobierno con el aval de Mauricio Macri, pero está en duda si su gente seguirá en sus puestos. “Julio no cree en las etiquetas políticas. Va a elegir a las mejores personas para acompañarlo”, aseguran sus amigos.
Cuando Yasín fue echado, Patricia Bullrich sugirió el nombre de un sucesor: Federico Belleze, ex jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo bonaerense en la gestión de María Eugenia Vidal. Fue una sugerencia de Dante Sica, ex ministro de Producción y Trabajo del macrismo, que en la campaña lideró el equipo laboral del bullrichismo en el que estaban Yasín y Pitrau, desplazados por el ala dura del Gobierno, y el propio Cordero, que tras el balotaje se sumó a a los especialistas de La Libertad Avanza. ¿Belleze puede integrar ahora el nuevo equipo de Trabajo? Todos descuentan que seguirá el subsecretario de Empleo, Luis Palomino, uno de los referentes laborales libertarios de la primera hora.
El futuro secretario de Trabajo quiere que se aplique la reforma laboral de Milei, de la que fue uno de sus autores intelectuales. En su entorno, sin embargo, destacan que el Presidente prefiere esperar a que la Corte Suprema habilite el capítulo laboral del DNU 70 antes de avanzar con un nuevo proyecto de ley para insistir los cambios en el mundo del trabajo. De por sí, como anticipó Infobae, la reforma laboral no estaría incluida en la nueva ley ómnibus que el Gobierno negocia con los gobernadores como parte del Pacto de Mayo y, si la Corte no avale el DNU, quedaría para más adelante.
Por eso cerca de Cordero deslizan que hay que “prestar mucha atención” al proyecto de la diputada del PRO Verónica Razzini, ex titular del Movimiento Empresarial Anti Bloqueos (MEAB), que replicó el mismo contenido del DNU en materia laboral y le serviría al Gobierno para buscar consensos políticos en el Congreso y darle un marco jurídico firme, como una ley, a su reforma laboral.
El otro tema caliente que heredará el nuevo secretario de Trabajo es la homologación, o no, de los últimos acuerdos salariales que superaron la pauta del 15% fijada por el ministro de Economía, Luis Caputo, para no generar expectativas inflacionarias cuando comienza a bajar el costo de vida. Entre las paritarias cuya homologación está frenada se encuentra la del Sindicato de Camioneros, que pactó con los empresarios una mejora del 25% en marzo y 20% en abril. Aun así, Yasín parecía dispuesto a avalar el incremento si ambas partes aceptaban reacomodar las cifras para que el aumento figurara para un período anterior. Hay quienes sospechan que lo echaron justamente por eso: para que no homologara el aumento pactado por Camioneros. Esa brasa ardiente le caerá ahora a Cordero.