“Queremos discutir con La Cámpora la conducción del partido. Si están tan seguros de ganar, que compitan”, aseguran en la Red Federal Peronista, un grupo de dirigentes alineados en el peronismo anti K que están dispuestos a disputar con la agrupación de Máximo Kirchner la conducción del PJ Porteño. “Que vengan a discutir al interior del PJ, le daremos una muestra de conciencia política, militancia y organización”, responden en el camporismo.
El senador nacional Mariano Recalde, parte de la mesa chica de la agrupación ultra K y actual presidente del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, conduce el partido desde el 2021, como parte de un acuerdo sellado con los otros dos socios mayoritarios del esquema opositor porteño: el titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), Juan Manuel Olmos, y el secretario general de SUTERH, Víctor Santa María.
Recalde se prepara para ir por su reelección. Pero esta vez lo hará en una elección. Su competidor, en el caso de presentar los avales correspondientes antes del 12 de abril, será Fernando Gril, un Licenciado en Ciencias de la Comunicación que forma parte de un grupo emergente con dirigentes que buscan ser parte de la discusión renovadora del peronismo.
Gril está convencido de juntar los avales para competir el 19 de mayo en la elección, metodología que no se aplica en el PJ Porteño desde el 2003. Por eso, en el caso de concretarse, sería una novedad que el peronismo de la capital deje a un lado la lista de unidad consensuada para abrir una competencia interna. Una apertura a la democracia interna. Que voten los afiliados.
Esta tarde el candidato opositor lanzará su campaña y su espacio, llamado Peronismo Futura. En su manifiesto, donde explica los motivos por los que quiere ser candidato, el esquema político que integra Gril asegura que existe “una nueva generación de la militancia que se siente defraudada y desilusionada con el rol de La Cámpora en el distrito”.
Además, sostienen que no hay renovación de autoridades, pese a ser “el justicialismo distrital que más derrotas acumula desde la vuelta de la democracia”. Lo cierto es que el territorio porteño, en términos electorales, es un lugar muy hostil para el peronismo. La supremacía del PRO es abrumadora. Una muestra de la dificultad que enfrenta el espacio político está en los últimos dos candidatos a jefe de Gobierno porteño: Matías Lammens y Leandro Santoro. Ninguno de los dos surgió en el peronismo.
La Red Federal Peronista lleva sacados un puñado de comunicados con tono crítico sobre las anteriores gestiones del peronismo. En todos advirtieron la necesidad de generar una renovación de caras, pero también una discusión de fondo sobre el programa económico del espacio político. Un cambio de era que es, en definitiva, lo que gran parte del peronismo del interior empuja con más cautela que compromiso.
El grupo contiene a dirigentes de todo el país entre los que hay senadores y diputados provinciales, funcionarios de gobiernos provinciales, legisladores nacionales y militantes con cargos en distintos lugares del Estado. La elección porteña es la primera pelea electoral que intentarán dar, conscientes de que existen buenas chances de perder frente a toda la estructura que gobierna el partido desde hace tiempo.
Sin embargo, sostienen que si les toca perder, “sea por los votos y no por la lapicera”. Un triunfo opositor hoy aparece en un escenario lejano, aunque, como suele suceder con los partidos en el fútbol, las elecciones hay que disputarlas. Claro está que la decisión de este grupo de dirigentes es transformarse en una voz renovadora con un perfil opositor al kirchnerismo duro e inyectar en la discusión política caras y nombres nuevos.
“Como justicialistas creemos que quienes nos han conducido derrota tras derrota deben dar un paso al costado y debe abrirse en el Partido Justicialista un tiempo de renovación profunda para que el Peronismo vuelva a su esencia. El partido necesita hoy más que nunca de autoridades que revaliden sus conducciones a través de elecciones internas, limpias y democráticas.”, sostuvieron en su último comunicado, donde pidieron la salida de Alberto Fernández del PJ Nacional.
Justamente en el partido a nivel nacional es donde ya hay un acuerdo - que se refrendará en el congreso partidario del 22 de marzo - para que haya elecciones abiertas y que se presenten los distintos sectores que conviven bajo el techo de la identidad peronista. Incluso, aquellos que no son parte de la actual coalición Unión por la Patria (UP). Una forma de activar la vida interna de los partidos y ampliar los márgenes de la última alianza electoral.
En el camporismo apuntan contra el grupo de dirigentes peronistas asegurando que “no representan lo nuevo” y que entre sus integrantes hay “ex militantes de (Martín) Lousteau, del albertismo y funcionarios del actual gobierno de Milei”. “Es un armado superestructura. Muchos carteles pero ni una unidad básica”, sentenciaron en el entorno de Recalde.
Más allá de las chicanas y los cuestionamientos, en la conducción actual están abiertos a que haya una elección y creen que contribuirá para movilizar a la militancia y reactivar el partido. En el fondo, todos están de acuerdo con revitalizar el PJ en esta nueva etapa en el llano y frente a la necesidad de iniciar un período de renovación profunda.