Julio Cordero será el secretario de Trabajo en reemplazo de Omar Yasín. El abogado laboralista, que se desempeña en Techint y en la Unión Industrial Argentina (UIA), finalmente aceptó la propuesta del Gobierno, aunque ya estaba asesorando al equipo libertario y fue uno de los expertos que participó de la redacción de la reforma laboral incluida en el DNU 70 dictado por Javier Milei, que fue frenado por la Justicia.
La decisión fue impulsada desde el ala dura del Gobierno, que integran el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el asesor Federico Sturzenegger, y aceptada por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que había propuesto la designación de Yasín. Al ex funcionario, el Presidente lo despidió este lunes, al hacerlo responsable del “error” de haber aprobado el aumento salarial del 48% para los máximos funcionarios nacionales, aunque fue decidido en otras áreas del Gobierno.
Las ideas de Cordero están en sintonía con las de Milei en materia laboral y sindical. Para la CGT se trata de una noticia que prende luces de alerta: considera que el nuevo secretario de Trabajo defenderá con más énfasis los intereses empresariales y que “le costará mantener la imparcialidad” en la gestión, aunque lo conocen y la mayoría de los dirigentes destaca sus “conocimientos y profesionalismo”.
En septiembre pasado, en nombre de la UIA, el abogado argumentó en contra del proyecto para reducir la jornada laboral ante la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
El nuevo responsable de la política laboral del Gobierno era hasta el momento titular del departamento jurídico laboral del grupo Techint, vicepresidente del departamento de Política Social de la UIA y delegado ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por el grupo empleador de la Argentina. Además, preside el congreso de relaciones laborales de FORUM Argentina, es vicepresidente del Instituto Derecho Social y del Trabajo y asesora a los empresarios del Grupo de los Seis (G6).
El designado secretario de Trabajo heredará un complejo cuadro para desarrollar su gestión. Por un lado, la CGT mantiene su ofensiva contra el Gobierno y la redoblará en las próximas semanas, cuando seguramente anuncie que realizará otro paro general, mientras Milei quiere avanzar con la reforma laboral e incluso anunció un proyecto para transparentar las elecciones sindicales que se convirtió en otro elemento de la pelea con el gremialismo. Por otro, deberá encargarse de homologar, o no, los acuerdos salariales que superaron la pauta del Ministerio de Economía, de un 15%, que podría abrir otro frente de batalla con sindicatos poderosos como Camioneros, que encabeza Hugo Moyano.
La reforma laboral que propone Milei quedó atrapada en el laberinto de la Justicia a partir de la presentación de la CGT que logró que ese capítulo del DNU 70 sea considerado inconstitucional, pero el gobierno libertario no se resigna.: apuesta a que lo destrabe la Corte Suprema y, a la vez, analiza incluir esas propuestas laborales en un proyecto de ley para que sea aprobado por el Congreso.
Para ese objetivo, la Casa Rosada busca incluir la reforma laboral entre los puntos por acordar con los gobernadores como parte del Pacto de Mayo que anunció Milei, aunque ese tema sólo sobrevoló el encuentro del viernes pasado de los mandatarios provinciales con funcionarios del Gobierno.
En el equipo laboral libertario aseguran que Milei no quiere resignarse a que todos los cambios contemplados en el DNU 70 no tengan vigencia legal y deslizan que en el Gobierno siguen con especial interés un proyecto de ley presentado esta semana en el Congreso por la diputada nacional del PRO Verónica Razzini. Se trata de la ex presidenta del Movimiento Empresarial Anti Bloqueos (MEAB) y dueña de una empresa de distribución de materiales de construcción en Rosario que en 2021 fue bloqueada durante tres meses por activistas del Sindicato de Camioneros. Ahora, desde su flamante banca, Razzini promueve la sanción de una iniciativa cuyo texto es un espejo de la reforma laboral contenida en el DNU y en la ley ómnibus, y que está ganando adhesiones en la Cámara de Diputados. ¿Será el vehículo elegido por el oficialismo para instrumentar su reforma varada?
Para Cordero, darle nueva vida a la reforma laboral de Milei y contener las paritarias para no alimentar las expectativas inflacionarias son dos de sus principales desafíos, en una Secretaría de Trabajo que aún no completó su grilla de funcionarios y que quedó desbordada de expedientes sin tramitar, mientras los sindicatos embisten contra el plan económico y los ajustes de la reforma estatal.